La línea de uno de los sietes talleres que se desarrolló después del Genfest, era la pregunta “¿qué hago con mi vida?”; se afronto el tema de las elecciones de vida, la propia “Life Direction”. «La construcción de ese taller -cuentan los organizadores, adultos junto con un grupo de jóvenes de varias partes del mundo- empezó ya el pasado febrero con encuentros por Skype, una experiencia realmente edificante, asumida por todos con seriedad, responsabilidad y creatividad». «Llegando a Tagaytay nos conocimos personalmente, y nos dimos cuenta cuán alta era la expectativa de todos. También los números esperados para el taller eran altos, de los mil inscritos en los siete talleres, 250 habían elegido Life Direction. Los participantes provenían de varios países del mundo, hablaban 16 idiomas diferentes». La conducción del programa, era ágil y progresiva, hacia contenidos cada vez más “profundos” en donde las experiencias era el factor principal; fue preparado y llevado adelante por los mismos jóvenes de la ciudadela asiática, el hilo conductor era el “lema cotidiano” un pensamiento para poner en práctica durante la jornada. «El primer día se inició con el tema “Abre tu corazón”: una invitación abrir el corazón a la verdadera felicidad, tratando de quitar todo lo que podía ser un impedimento para vivir con intensidad el momento presente. Se presentaron cuatro experiencias en formas y situaciones diferentes sobre el tema de la felicidad encontrada gracias al amor verdadero, o su descubrimiento después de una caída, o en situaciones dolorosas y difíciles. El intercambio en pequeños grupos permitió verificar cuán profundamente habían penetrado y las preguntas y expectativas que cada uno llevaba consigo». «El segundo día –prosiguen- el lema era “What is the call” (¿Cuál es el llamado?). En éste se requería nuestra participación en forma activa. Para presentar el sentido del “llamado” con un lenguaje comprensible para poder ser acogido, se asoció a tres palabras clave: comprender, escuchar, elegir. Después de presentó la historia con Dios de cinco personajes bíblicos: Samuel, el joven rico, el hijo pródigo, María y Pedro. Un matrimonio, un religioso, una persona comprometida en el mundo profesional y una focolarina fueron entrevistados siguiendo la línea de estas tres palabras clave. «En grupos más pequeños se pudo profundizar el sentido de cada una de estos llamados, interactuando también con preguntas y respuestas». «El tercer día se apuntó hacia lo alto con el lema: “Aim high”. Dejamos la palabra a Chiara Lubich quien encuentra sobre su llamado a los jóvenes en Barcelona en el 2002. Las preguntas, esta vez eran escritas, poco a poco fueron llenando el buzón que se había puesto a disposición, y fueron la materia con la que se animó el programa de la tarde, siempre con entrevistas a nuestros invitados, cada uno subrayaba la belleza de la propia vocación desde la perspectiva de un único llamado al amor. Fue una hora y media que ¡se fue volando!». «En estos cuatro días -escriben los adultos- hemos visto jóvenes con sed de poder tener una relación con Dios, en profunda búsqueda, abiertos a la escucha, pero también llenos de sufrimientos, de dudas, de temores, todo se vivió en un clima de gran serenidad y simplicidad. Hemos advertido que en cada uno sucedió algo nuevo, una experiencia de luz se abrió brecha, se trata de un nuevo camino de diálogo con los jóvenes sobre el llamado y sobre una vocación radical». Algunas impresiones de los presentes: «Era exactamente lo que tenía necesidad a este punto de mi vida. Vivir el momento presente, abrir mis puertas, dar pasos radicales que van más allá de nosotros mismos. Esto es lo que me llevó». «Los jóvenes que contaron de su elección de seguir a Jesús en una forma totalitaria me animan a hacer elecciones sólo por amor». «Para mí era importante entender cómo responder al llamado. Entender (que Dios me ama), escuchar (la voz dentro) y decidir (seguir a Jesús). Estoy muy feliz por esta experiencia. ¡Gracias!».
Poner en práctica el amor
Poner en práctica el amor
0 comentarios