La sospecha y la desconfianza nacen con frecuencia del miedo y del poco conocimiento entre las personas. Frente a tensiones provocadas por la identidad cada vez más fuertes y que amenazan la cohesión social, son numerosas y fructíferas las ocasiones de diálogo y de comunión espiritual creadas por asociaciones o instituciones religiosas. Es el caso de “Ensemble avec Marie” (Juntos con María), una iniciativa que nació en Líbano y se difundió en Francia, Bélgica y distintos países de África, con el fin de facilitar y promover, “con un acercamiento espiritual y popular”, una sociedad más fraterna, abierta a todos los ciudadanos que buscan modos de convivencia pacífica, respetuosa de la libertad de culto y del derecho de ser diferentes. “Juntos con María”, parte de la única mujer que se menciona por su nombre, 34 veces, en el Corán (una sura completa, cada una de las 114 reparticiones del texto sagrado, está dedicada a ella) y el relato de la Anunciación, reconocido como un verdadero momento de contacto entre el Corán y el Evangelio. Ambas tradiciones, la cristiana y la musulmana, reconocen en efecto, la concepción virginal de Jesús en el seno de María (Mariam), luego del anuncio del Ángel Gabriel (Jibril). La jornada de Lausana comenzó con la lectura en árabe y en francés de la sura sobre María, luego de la lectura del relato bíblico. «Colaboramos en la construcción de una civilización del amor y de la paz, en el respeto de la identidad de cada uno», afirmó el presidente de la asociación, Gérard Testard. También el Movimiento de los Focolares, activo en el diálogo ecuménico e interreligioso a nivel local e internacional, participó de la iniciativa. «Las palabras diálogo, encuentro, comunión, son esenciales para mí. En el plano vertical como en el horizontal. Este es el motivo por el cual me comprometo con todo lo que colabora a la unidad y a la renovación de la Iglesia», afirmó Martín Hoegger, miembro de la comunidad de los Focolares, Pastor de la Iglesia Evangélica Reformada del Cantón de Vaud, Suiza, uno de los participantes del encuentro. Y Gwenaella Dalalande, comprometida en el diálogo interreligioso expresó: «Hablar de María como modelo es un tema muy amplio. Hice una selección y subrayé sólo algunos aspectos. Algunos momentos de su vida pueden enriquecer también las etapas de nuestra vida. Con respecto a la Anunciación pregunto: “¿Acaso no existen también en nuestra vida momentos de anunciación?”. Son aquéllos en los cuales Dios se manifiesta y nosotros estamos invitados a responderle. Chiara Lubich subraya el vínculo entre la Palabra de Dios y María, presentándola como Aquella que está “totalmente revestida de la Palabra”. Finalmente compartí también una experiencia personal. El ejemplo de María y su perseverancia en el dolor me han ayudado a superar un período muy difícil. Renovando mi sí a Dios, como hizo Ella, he reencontrado una nueva vida». Por su parte, Naceur Ghomraci, Imam y asistente espiritual en la cárcel del cantón de Vaud agregó: «La fuerza y el compromiso de Chiara Lubich son un gran descubrimiento para todos los fieles. Su invitación a poner en la base de la acción la regla de oro (“haz a los demás lo que quisieras te hicieran a ti”, presente en todas las religiones), me impresionó mucho. Es un proyecto de Dios al cual todos deben contribuir». En su comunidad, está en fase de construcción una mezquita nueva. «Quisiera dedicarla a María», afirmó el Imám, quien participó también en el Congreso internacional de musulmanes y cristianos organizado por el Movimiento de los Focolares, el pasado mes de abril. «Un misterio, un océano que no tiene fondo», así definió a María el responsable del Centro donde se realizó el encuentro, el Imam Abdel Ahid Kort, quien expresó la opinión de muchos exegetas musulmanes: «Una profetisa y una mujer realizada, que nos lleva de una espiritualidad individual, desde su comunión con Dios, a una espiritualidad comprometida, al encuentro con los demás. Siempre animada por el amor. ¿Cómo superó sus pruebas? En el silencio, en la oración y en el altruismo. Vivió el verdadero ayuno: el del corazón, el de las palabras y el de las vanidades mundanas». ¿Quién es para el Imam su hijo Jesús? «Es la sonrisa y la humildad de mis hermanos cristianos. Me enseña el perdón y el amor al enemigo».
Poner en práctica el amor
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