Igino Giordani dedicó muchas páginas a María, a la comprensión de su misterio. Entre ellas, ésta en la que invita a mirar a María a los pies de la Cruz, a ser como Ella. Que tu modelo sea María Desolada. Ella, después de haber dado vida a Jesús y haberlo amado y servido, aun sintiéndose separada de Él y rechazada por la masa que no era todavía Iglesia, sin embargo, en la fidelidad, no vaciló; y en la prueba suprema no faltó a la cita bajo la cruz. Fue tal cual el Espíritu Santo la había modelado: corazón en el que las ofensas de los hombres se extinguían; centro del que brotaba solo el amor. Donación total. Muerta a sí misma, vivía de Dios: no vivía en Ella más que Dios. (…) Los hombres te dejan solo, para que tú te quedes solo con Dios. Y entonces, tu alma ya no estará distraída o sustraída: entonces, en el silencio dialoga con el Eterno. Está, con el Crucificado, a la altura de Dios.
Igino Giordani
(Igino Giordani, Maria Modello perfetto, Città Nuova, Roma, 1989, 131-133)
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