Movimiento de los Focolares

Protestar y actuar hasta que el cambio sea irrefrenable

May 19, 2019

El próximo 24 de mayo en todo el mundo tendrá lugar una nueva jornada de movilización global por el clima. Esta acción nació de la idea de una chica de 16 años, sueca, y coincide con el cuarto aniversario de la publicación de la Carta Encíclica del Papa Francisco “Laudato Si’”. Le preguntamos a Lorna Glod, economista, miembro de los Focolares, que trabaja para la agencia católica irlandesa para el desarrollo "Trocaire" y es autora del libro “"Climate Generation: Awakening to our Children's Future", que nos explicara por qué es necesario un esfuerzo inmediato, individual y colectivo, en pos del planeta tierra.

El próximo 24 de mayo en todo el mundo tendrá lugar una nueva jornada de movilización global por el clima. Esta acción nació de la idea de una chica de 16 años, sueca, y coincide con el cuarto aniversario de la publicación de la Carta Encíclica del Papa Francisco “Laudato Si’”. Le preguntamos a Lorna Gold, economista, miembro de los Focolares, que trabaja para la agencia católica irlandesa para el desarrollo “Trocaire” y es autora del libro “”Climate Generation: Awakening to our Children’s Future”, que nos explicara por qué es necesario un esfuerzo inmediato, individual y colectivo, en pos del planeta tierra. Eres especialista en el ámbito del desarrollo internacional y has trabajado durante casi dos décadas en contextos académicos y en Organizaciones no Gubernamentales. ¿Cómo nace tu compromiso por el ambiente? Mi compromiso comenzó cuando era pequeña y, con los chicos del Movimiento de los Focolares, hice acciones para construir un mundo más unido. Recuerdo, en particular, cuando los jóvenes de la Amazonia (Brasil) me contaron que estaban destruyendo las selvas. Quedé horrorizada. Entonces empecé rápidamente a hacer una campaña en mi colegio y en mi comunidad para proteger esa región. Luego, estudié e hice un doctorado, investigando sobre el desarrollo sustentable, concentrándome en la Economía de Comunión, como ejemplo de economía en la que las personas no se concentran tanto en el consumismo, sino más bien en la compartición y la construcción del bien común. En mi trabajo en “Trocaire”, que se ocupa de apoyar a las personas que viven en la pobreza, entendí que si no logramos proteger la tierra, estamos fracasando también con los pobres, y con todos nosotros. Sin proteger las condiciones de base de la vida de la que todos dependemos, no hay un camino para salir de la pobreza. Has adherido a la inciativa “FridaysForFuture” promovida por Greta Thunberg involucrando en Irlanda a chicos y padres. ¿Qué hacen ustedes cada viernes? Estoy muy preocupada por el cambio climático y desde hace años trabajo para influenciar las políticas de los gobiernos. Quedé impactada por Greta Thunberg. Hubo otros como ella en el pasado, pero ahora, con el poder de las redes sociales, existe la posibilidad de que las palabras de un niño lleguen a ser un “fuego” que nos haga mover a todos. Ella invitó a todos a protestar los días viernes, particularmente el 15 de diciembre de 2018. Desde el comienzo percibí esa invitación como dirigida a mí personalmente; entonces fui a protestar delante de nuestro Parlamento. Y volví todos los viernes. El número de las personas que se encuentran todas las semanas crece y nacen nuevos grupos similares en toda Irlanda. El 15 de marzo de 2019 todo el país se movilizó: 15.000 niños y adultos salieron por las calles de Dublín y en otras 40 localidades. ¿Cómo hacer para que el compromiso por el planeta cambie nuestro estilo de vida? Debemos protestar y actuar. Cualquiera puede iniciar la protesta de los viernes en su comunidad local y registrarla en el mapa global en el sitio Fridaysforfuture.org. Pero también se puede hacer una acción positiva como plantar árboles. Esto generaría un doble impacto: protestar y plantar. Mientras tanto continúan las protestas globales, como la de hoy. Junto al Global Catholic Climate Movement, del que forman parte también los Focolares, les pedimos a todos, a personas de toda creencia y de toda comunidad, que nos unamos a los estudiantes en esta jornada. ¿Cuánto influyó en tus opciones de trabajo y de vida el encuentro con el carisma de los Focolares? Mis opciones de vida han sido influenciadas seguramente por el encuentro con el Movimiento de los Focolares. Aprendí que el amor todo lo vence. Para resolver el problema climático es necesario que todos trabajemos juntos. Tenemos tecnologías, ideas y también dinero, pero a menudo faltan la colaboración y una auténtica voluntad de trabajar por el bien común. Creo que el Movimiento de los Focolares tiene un rol importante que desempeñar en la generación de espacios en donde todos puedan ser ayudados a trabajar en espíritu de auténtica colaboración. ¿Cómo te ha venido la idea de escribir un libro y con qué objetivo? ¿En qué consiste el compromiso que propones para la salvaguarda del planeta? La idea nació de la profunda preocupación de ver que los padres no se dan cuenta de lo que está sucediendo con el clima y no entienden a menudo cuánto influirá en los hijos. He trabajado en este tema durante dos décadas. La situación es terrible. Si no cambiamos radicalmente nuestras sociedades, en los próximos diez años, nuestros hijos tendrán que afrontar un cambio climático con el aumento de 4 ó 5 grados antes de finales de siglo. Significa que la civilización, como la conocemos, no sobreviviría. La gran mayoría de las especies desaparecería. Nuestros hijos se encontrarían con un peso imposible de soportar. Para mí, como madre, esto es inaceptable. Hay un enorme interés por mi libro aquí en Irlanda y acaba de ser publicado en los Estados Unidos por New City Press. Espero que se publique en otros países también. En el libro sugiero tres cosas: volver a conectarnos con la tierra, la maravillosa creación de Dios y volver a encontrarnos nosotros mismos en la gran comunión, no sólo con los demás seres humanos, sino con todo el cosmos. En segundo lugar, cambiar nuestro estilo de vida para reducir al mínimo el impacto ambiental, y para ello es necesaria una “conversión ecológica”, como la llama el Papa Francisco. Un buen punto de partida es marcar la propia huella ecológica online (hay muchas maneras de hacerlo en la web) y ver cómo hacer para reducirla. Ninguna opción será fácil, algunas requerirán cambios importantes. Por último, tenemos que unirnos a los demás, para hacer presión, incluso a nivel político, y obtener grandes cambios. Las acciones individuales no son suficientes. Acabar con las inversiones públicas en combustibles fósiles es un paso fundamental en esta dirección. También las campañas de sensibilización son esenciales, hasta que el cambio sea irrefrenable.

Anna Lisa Innocenti

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