Entrevista a Guilherme Baboni, que participó en nombre de los Focolares en el XI Foro Internacional de los Jóvenes, promovido por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, desde el 19 al 22 de junio pasados. “Queremos dar a todos la luz del Evangelio, ser testigos del amor de Jesús, salir de nuestros ambientes para llegar hasta los que están más lejos”. Con gran entusiasmo Guilherme Baboni, 26 años, brasileño, cuenta su experiencia en el XI Foro Internacional de los Jóvenes, promovido por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, desde el 19 al 22 de junio en Ciampino, cerca de Roma. Es la ideal continuación del Sínodo de los obispos de octubre pasado, querido por el Santo Padre, y momento de reflexión para la puesta en práctica de la Exhortación Apostólica Christus Vivit. El evento reunió alrededor de 250 chicos entre los 18 y los 29 años, en representación de 109 países y de 37 comunidades y movimientos eclesiales. Guilherme intervino como miembro del Movimiento de los Focolares. Aquí cuenta su experiencia: “A veces la imagen difundida de la Iglesia es la de una institución vieja, muerta, alejada de la vida real. En el Foro, en cambio, hemos experimentado una Iglesia viva, creativa y universal, hecha de muchos jóvenes que se han encontrado con Jesús y que, impulsados por el Espíritu Santo, quieren llevar la luz del Evangelio a sus coetáneos y a los adultos. Una Iglesia que tiene muchos brazos que actúan para realizar ese objetivo”.
¿Qué contribución concreta pueden dar los jóvenes a la vida de la Iglesia? “Los jóvenes pueden aportar energía y vivacidad. Como el Papa Francisco subrayó durante el Sínodo, el hecho de ser jóvenes es sobre todo una condición del alma, una energía que viene desde adentro, el deseo de cambiar y llevar el fuego al mundo”. El Papa exhorta a la Iglesia a caminar juntos, a vivir la sinodalidad. ¿Qué es para ti la sinodalidad? “Para mí es una Iglesia en salida, que va hacia la gente, deseosa de acoger y acompañar a todos. No basta que mantenga la puerta abierta, tiene que hacer el recorrido inverso y llegar ella misma hasta donde está la gente, sobre todo quienes están lejos”. ¿Qué significa para un joven ser expresión de una Iglesia en salida? “Significa dar testimonio con sus propias acciones en su familia, con los amigos, en el colegio, en el trabajo. No es tanto cuestión de hablar, eso puede hacerse más tarde; hay que ser ejemplo vivo y luminoso del Evangelio. Entonces, la persona que está cerca de nosotros a veces queda impresionada por nuestro comportamientos y quiere saber qué es lo nos impulsa a obrar así. Allí podemos hablar de Dios”. ¿Qué aporte puede dar el Movimiento de los Focolares para promover una Iglesia Sinodal? “El Papa les pide a los jóvenes que sean ejemplo de unidad en un mundo dividido. Justamente ese ejemplo de unidad es la contribución que el Movimiento de los Focolares, nacido del carisma de unidad de Chiara Lubich, puede dar al mundo. El deseo de dar a todos la luz de Dios es expresión de la espiritualidad del Movimiento: una luz que – creemos – no es sólo para los católicos sino para todos los cristianos, los fieles de otras religiones y para quien no tiene una referencia religiosa”. ¿Qué compromisos han tomado los jóvenes del Foro para poner en práctica el mensaje de la Christus Vivit, que el Papa ofreció a toda la Iglesia a terminar el Sínodo? “Nosotros jóvenes nos hemos comprometido a trabajar con la Iglesia de una manera creativa para llevar a todos la exhortación. Cada movimiento según su carisma, cada grupo según su especificidad. Somos muchos brazos del único cuerpo, vivo, de la Iglesia”. ¿Qué aporte puede dar el Movmiento para la realización de la Exhortación Christus Vivit? “Escuchar a los jóvenes y hacerlos protagonistas es algo que en el Movimiento hacemos desde siempre. Por ejemplo, dentro de poco tendremos la Asamblea de los jóvenes de los Focolares, un momento para escucharlos y promover iniciativas. Además todos los años, durante la Semana Mundo Unido los chicos se comprometen en múltiples actividades para dar testimonio de unidad y amor evangélico. El Papa nos exhorta a comprometernos en el acompañamiento de los jóvenes, y en esto hemos dado ya un primer paso, con una escuela dedicada justamente al acompañamiento de las personas, en general, en cualquier fase y estado de vida, que se llevó a cabo en Castelgandolfo, con 500 partecipantes de más de 60 países.Claudia Di Lorenzi
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