Movimiento de los Focolares

El todo en el fragmento

Ago 21, 2020

Recientemente salió el nuevo libro del Co-presidente de los Focolares, Jesús Morán, con el título: “Carisma y profecía”. Una continuación del volumen precedente “Fidelidad Creativa. El desafío de la actualización de un carisma”, Morán ofrece este texto, a partir de algunas conversaciones mantenidas en los últimos tres años, y es su reflexión sobre el “genio eclesial” de Chiara Lubich. De ello hablamos con el autor.

Recientemente salió el nuevo libro del Co-presidente de los Focolares, Jesús Morán, con el título: “Carisma y profecía”. Una continuación del volumen precedente “Fidelidad Creativa. El desafío de la actualización de un carisma”, Morán ofrece este texto, a partir de algunas conversaciones mantenidas en los últimos tres años, y es su reflexión sobre el “genio eclesial” de Chiara Lubich. De ello hablamos con el autor. ¿Cómo nace la idea de este libro? Tenía estos textos que todavía no habían sido publicados y pensaba en honorar a Chiara Lubich en el año de su Centenario y, al mismo tiempo, hacer un acto de amor a todos en el Movimiento de los Focolares. Desde que empecé a utilizar esta expresión, “el genio eclesial de Chiara”, hace varios años, vi que a muchos les gustaba, es decir que captaban en ella un concepto-síntesis que podía definir la maravillosa unidad sinérgica entre la persona de Chiara y su carisma, como el “todo en el fragmento”. Estoy convencido de que Chiara, además de haber sido dotada por Dios de un “genio eclesial” es, realmente, un “genio eclesial”, en continuidad con otros que lo han sido en la Iglesia y han abierto nuevos horizontes, siempre vinculados a la tradición que se remonta al mismo Jesús. Y era un deber profundizarlo en este Centenario. Como usted mismo ha explicado en varias ocasiones, el Movimiento de los Focolares, después de la fase carismática, está viviendo su fase histórica, aquella que ha definido de “fidelidad creativa”. Es la fase de la encarnación en la historia de las profecías de Chiara. ¿Según su parecer cuál es el principal aporte que el Movimiento de los Focolares puede dar hoy, en el ámbito eclesial, a la actuación del camino hacia el ut omes? Cuando afirmo que hemos entrado en la fase de la fundación histórica del Movimiento, en fidelidad creativa con la fase de la fundación carismática, no pretendo contraponer dialécticamente las dos fases. De hecho, también la fundación carismática ha sido histórica y, por lo tanto, también en la fase histórica no falta la carismaticidad.  Pero son dos fases distintas, con acentos diversos, que se refieren tanto al fondo como a la forma de las cosas. No hay duda de que hoy el tema de la encarnación del Carisma de la unidad adquiere una importancia y una urgencia especiales. La fidelidad creativa se ejercita sólo teniendo presentes dos principios: la escucha de las exigencias que Dios pone en el mundo y la escucha de lo que Dios sigue diciendo a partir del núcleo fundamental del carisma. Según mi entender, una de las exigencias que Dios está planteando a la Iglesia que camina a lo largo de la historia del mundo es lo que sintéticamente podríamos llamar “sinodalidad”, con sus adjetivos propios: abierta, comunional, próxima, atenta a la dignidad de las personas, especialmente de las más vulnerables. El Movimiento de los Focolares contribuye a este camino eclesial con un aporte específico, que nace del corazón del carisma, es decir la experiencia vital y encarnada del Dios uno y trino que se hace historia, sin la cual la sinodalidad se reduce a una nueva forma de organización pero sin la vida del Espíritu. ¿Y cuáles en cambio son los aspectos de encarnación de tales profecías ante las cuales todavía hay mucho camino por recorrer? Pienso que para estar a la altura de nuestra auténtica vocación en la Iglesia, los miembros del Movimiento deben crecer en el así llamado sensus ecclesiae. No es que no exista, pero es necesario crecer, y esto quiere decir vencer definitivamente cualquier tipo de auto-referencialidad y alcanzar esa madurez que los últimos Papas nos auguraban. Además es necesario superar cualquier tipo de dualismo entre el compromiso civil y el compromiso eclesial, mirando al modelo que desde siempre tenemos como cristianos en la figura de Jesús, el hombre-Dios, verdaderamente hombre y verdaderamente Dios. Con el corazón abierto, ¿qué nos quisiera decir, a la luz de las reflexiones que nos ofrece su texto, ahora que se acerca la conclusión de estos seis años en los que ha sido Co-presidente del Movimiento de los Focolares? Yo ruego a Dios para que nos dé las gracias necesarias para actualizar vitalmente y radicalmente el carisma de Chiara Lubich. Pienso que debemos volver a empezar, renaciendo del corazón del carisma, de aquello que nosotros llamamos el Ideal, y a partir de allí poner en movimiento las reformas necesarias para que el Movimiento, también como institución, refleje cada vez mejor la vida humano-divina que lo anima. Y renacimiento quiere decir purificación y conversión.

A cargo de Anna Lisa Innocenti

 

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