Para amar a Dios y amar a los hermanos tenemos siempre y solo un momento: el actual. Este es uno de los conceptos en los que Chiara demostró ser “maestra” de una pedagogía genial como sencilla. Poner todo el empeño en vivir bien el presente le muestra a cada uno un método que permite realizarse y alcanzar la felicidad. […] También entre nosotros hay quien cumple su Santo Viaje después de una larga espera y quien lo cumple en un soplo, cuando menos lo piensa. Cabe entonces preguntarse: ¿Cómo será para nosotros? Y espontáneamente se deduce que es bueno estar siempre preparados. ¿De qué manera? Permaneciendo en gracia de Dios y viviendo plenamente el momento presente. Por esta razón he deseado en estos últimos días fijar una vez más mi atención en ese típico aspecto de nuestra espiritualidad que consiste en concentrarse en vivir el momento presente. Y con el pensamiento volví a muchas frases tomadas por ejemplo de los santos, que nos motivan a ponerlo en práctica a la perfección. ¿Recuerdan? Santa Catalina de Siena decía: «La aflicción que pasó ya no la tenemos, porque el tiempo se escapó; lo que ha de venir, no lo tenemos, porque no estamos seguros de tener tiempo»[1]. Así nos invitaba a vivir el momento presente. Y santa Teresa del Niño Jesús: «Tú lo sabes, Dios mío, que para amarte […] tengo solo hoy»[2]. Y recordé también un lema que nos fue útil en el pasado, que era fácil de retener porque, en italiano, cada una de sus palabras comienza con la letra s: «Seré santa si soy santa enseguida». Pero también en estos días me di cuenta de que este modo de vivir la vida lo aman también otros santos, que lo aconsejan con pasión. «Afortunada el alma –escribía Pablo de la Cruz– que descansa “in sinu Dei” (en Dios), sin pensar en el futuro, sino que procura vivir en Dios momento a momento, sin otro cuidado que el de hacer bien su voluntad en cada circunstancia»[3]. «Afortunada el alma…». Nosotros podemos poseer esta fortuna, porque es propio de nuestra espiritualidad vivir así. Viviendo el presente es como podemos cumplir bien todos nuestros deberes. Viviendo el presente es como las cruces se hacen soportables; por algo se aconseja esta práctica a aquellos que se acercan a la muerte. Viviendo el presente es como se pueden comprender las inspiraciones de Dios, los impulsos de su gracia que llegan en el presente. […] ¡Vivamos, pues, el presente! […] ¡Vivamos el presente a la perfección! Nos encontraremos, en la noche de cada día y en la noche de la vida, cargados de buenas obras cumplidas y de actos de amor ofrecidos. […]
Chiara Lubich
(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 23 de octubre de 1986) Extraído de: “Vivir el presente con perfección”, en: Chiara Lubich, Juntos en Camino, Ciudad Nueva , 1988, pp. 185-187. [1] Epistolario de santa Catalina de Siena, espíritu y doctrina, Tomo 2. Ed. San Esteban [2] S. Teresa de Lisieux, Obras completas, Ed. Biblioteca de autores cristianos. [3] S. Pablo de la Cruz, “Lettere, I”, Tipografia Pontificia Istituto Pio IX, Roma 1924
0 comentarios