Declaración conjunta de SIGNIS, Pax Christi Internacional y el Movimiento Focolar en solidaridad con el pueblo de Myanmar SIGNIS, la Asociación Católica Mundial para la Comunicación, escucha el clamor del valiente pueblo birmano que se resiste, sin violencia, al golpe militar en Myanmar que anula una elección legítima y democrática. Lo expresamos de la mano de Pax Christi International y sus miembros en la región Asia-Pacífico, quienes en su declaración de febrero sobre el “Estado de Emergencia” en Myanmar expresaron serias preocupaciones sobre la situación en el país. Asimismo, el movimiento internacional de los Focolares se une a nosotros en solidaridad con el pueblo birmano. Todos los días, personas valientes, de los cuales muchos son jóvenes, regresan a las calles para protestar pacíficamente, incluso mientras los soldados los golpean y disparan. Como símbolo de su protesta, conforme a la costumbre birmana, se puede escuchar un signo de la justa ira del pueblo hacia los militares, en el golpe firme y constante de ollas y sartenes para protegerse de los espíritus malignos. Hemos sido testigos de la detención arbitraria de miembros del gobierno democráticamente electo, así como de líderes civiles y religiosos que han participado en la larga lucha del pueblo birmano por la democracia. Dado que la información veraz es fundamental en una democracia, rechazamos la campaña de desinformación del ejército de Myanmar, que busca justificar sus acciones. Pedimos la total garantía de los derechos humanos y el debido proceso de los periodistas arrestados por compartir noticias e información sobre lo que está sucediendo en el país, y exigimos su derecho a la libertad de prensa. Deploramos el autoritarismo extremo que consideró oportuno pisotear la constitución de la nación, y que en los hechos permitió una democracia limitada al tiempo que mantuvo gran parte del poder político en las élites de las fuerzas armadas. A pesar de enormes desafíos, Myanmar estaba dando sus primeros pasos hacia la democracia, generando en sus ciudadanos la esperanza de un nuevo futuro. Esta esperanza debe restaurarse. Sobre todo, escuchamos la voz del pueblo de Myanmar: este golpe se trata esencialmente de derrocar su voluntad. En última instancia, no se trata de eliminar a los oponentes políticos o al supuesto orden público, sino que suprime años de paciente trabajo por los derechos fundamentales de los ciudadanos y aplasta los sueños de construir un país libre y democrático. Como organizaciones católicas, nos unimos al Papa Francisco y a los líderes civiles y religiosos de todo el mundo que han condenado el golpe y piden un “diálogo significativo” para restaurar la democracia. Además, nos unimos a otras organizaciones para exigir:
- La liberación de Aung San Suu Kyi y de otros funcionarios y líderes detenidos.
- Que los militares dejen de utilizar la violencia y la detención arbitraria de manifestantes pacíficos y de periodistas.
- Justicia y rendición de cuentas por las acciones violentas cometidas por el ejército contra el pueblo rohingya y contra otras minorías étnicas, así como la prevención de tales crímenes y abusos en el futuro.
- Que miembros de la comunidad internacional, especialmente en la región de Asia-Pacífico, presionen al régimen para que dimita y restablezca la democracia, y no utilicen esta crisis para sus propios intereses geopolíticos.
Hacemos un llamado a los miembros de SIGNIS, Pax Christi International y el movimiento de los Focolares de todo el mundo para ser eco del llamado del pueblo birmano, informando en medios de comunicación locales y nacionales sobre la situación, e instar a sus gobiernos a tomar acciones diplomáticas firmes. oponerse al golpe y ayudar a devolver la democracia a Myanmar. Nuestra misión como organizaciones es promover la paz. Así, nos unimos al Arzobispo de Yangoon, Cardenal Charles Maung Bo, presidente de las conferencias episcopales asiáticas, cuando afirma: “La paz es posible. La paz es el único camino. La democracia es la única luz en ese camino”. Descargue la declaración aquí
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