Después de casi dos años del fuerte terremoto, la comunidad de los Focolares agradece a todos los donantes que han sostenido su país en un momento de gran dificultad. Pero la comunión de bienes no se detiene; los recursos en excedencia han sido enviados a los que han tenido que afrontar nuevas emergencias. A las 3.54 del 26 de noviembre de 2019 un fuerte temblor sacudió la República de Albania, en el área centro septentrional. Las víctimas fatales son 52 y más de dos mil los heridos; numerosos los derrumbes y los daños. Más de 4.000 personas tuvieron que abandonar sus casas. La Coordinación Emergencias del Movimiento de los Focolares se puso enseguida en movimiento para ir al encuentro de las necesidades del país. Durante los trabajos preliminares se identificaron 6 familias en estado de necesidad, cuyas viviendas habían sufrido daños importantes, tales como para que pudieran entrar en el proyecto de reconstrucción. Por la pandemia los trabajos tuvieron serios atrasos, pero todas las familias pudieron afrontar la estación invernal en una estructura conveniente. Al día de hoy, en 5 casas se han completado los trabajos. La única familia que aún espera ver su casa reparada está a la espera de los permisos necesarios por parte del Ayuntamiento. Después de la noticia del terremoto, muchos miembros de los Focolares en el mundo se movilizaron para ir al encuentro de las necesidades de la comunidad albanesa. Se efectuó una gran comunión de bienes organizada junto con AMU (Acción por un Mundo Unido) y AFN (Acción para Familias Nuevas), recogiendo donaciones de numerosos países entre los cuales Italia, Alemania, Suiza, Austria y Australia. Destaca Francesco Tortorella de AMU: “Los efectos se multiplican cuando nos movemos juntos, no como organizaciones aisladas o aisladas expresiones del Movimiento de los Focolares, sino como una única realidad.” En total se recaudaron 53 mil euros, de los cuales 14 mil fueron usados –y se usarán– para proyectos de reconstrucción en Albania, incluyendo los trabajos de la última casa, que se llevarán a cabo tan pronto se obtengan los permisos. La parte restante fue enviada a las poblaciones indígenas de Honduras, tras la destrucción de campos y palafitos de los campesinos, por la acción de dos tifones durante el año 2020. “Por lo tanto, la experiencia de reciprocidad involucró todo el proyecto –sigue explicando Francesco Tortorella– estaban todos de acuerdo en usar el dinero de más para esa nueva emergencia”. Una parte de los fondos fue invertida en la realización de un curso sobre las emociones para jóvenes: tras el terremoto y la pandemia se veía esa necesidad, sobre todo por parte de los chicos, de recibir ayuda en la gestión del stress y de la angustia. Son 25 los jóvenes de entre 14 y 24 años que están participando del curso actualmente. Elsa Cara, miembro de los Focolares, economista en Tirana, la capital albanesa, cuenta: “A causa del terremoto perdí a 7 primos. Fue algo muy duro, pero tuve que ponerme manos a la obra: gracias a las donaciones de los Focolares estuve en Thumane, uno de los lugares más afectados por los temblores. Siendo un país prevalentemente musulmán, la comunidad católica es muy pequeña. Decidí ir allí todas las semanas, para estar cerca de los niños, desarrollando un curso de catecismo. Al comienzo estaban todos bajo el efecto de un shock. Ahora son un grupo unido y feliz de atravesar este recorrido y muchos de ellos ya se han bautizado. Todo ello ha sido fruto de una colaboración entre los Focolares, la Iglesia local y la Cáritas.” Alfred Matoshi, abogado en Tirana y colaborador en el proyecto de reconstrucción, agradece a los donantes en nombre de toda la comunidad de los Focolares en Albania: “Gracias porque son ellos los que me han permitido ir al encuentro de las familias en dificultad, de los niños de la calle sin casa, de las personas que lloraban por el miedo. Gracias, no dejen de donar, hay necesidades en todas partes.”
Laura Salerno
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