Frente a los hechos que desde haces unos días convulsionan al mundo entero, el Movimiento Politicos por la unidad, que inspira su acción en la experiencia y el ideal del Movimiento de los Focolares, afirma el compromiso común en favor de la paz a la que se llega solo a través de una “acción” concreta.
“Si quieres la paz, prepara la paz”. Así se expresaba Igino Giordani, un político pacifista del siglo XX. Solo un cotidiano esfuerzo multiforme por la paz puede detener la guerra que la historia ya ha declarado demasiadas veces como una opción absurda.
Los medios de la oposición están desactualizados y abren el camino a una mayor inseguridad, tanto a nivel local como global.
De ello estamos convencidos los políticos, funcionarios, ciudadanos, diplomáticos del Movimiento Político por la Unidad, y desde todo el mundo expresamos nuestra cercanía a los pueblos que sufren esta trágica guerra, mientras apoyamos firmemente a quienes, de diversas maneras, continúan negociando por la paz, la única solución verdadera.
Nunca es demasiado tarde para reabrir la negociación y el diálogo, a corto y largo plazo.
Que la obligación de la paz nos guíe. Identificamos estas tres direcciones principales de compromiso:
1- A menudo la creación de los estados nacionales no ha sido una elección libre de los pueblos, sino el resultado de mesas de tratativas de la posguerra, legados de imperialismos. Viejas y nuevas divisiones exigen un esfuerzo político valiente, que dé nuevo significado a las identidades nacionales, que interpele las uniones continentales, en primer lugar a la Unión Europea, más allá de los intereses inmediatos.
2- La historia nos enseña que las sanciones económicas dejan indemnes a los gobiernos y empobrecen a la sociedad civil, a las mujeres y los hombres, y sobre todo a los niños. Siria es el último y más grave ejemplo de esto.
La elección de las sanciones ha de llevarse a cabo con cautela, para que no forme parte de la lógica de la guerra y de las contraposiciones de fuerza. La política debe saber controlar los circuitos de las armas y de la industria del carbón y solo así construirá una verdadera paz.
3- Ante el recrudecimiento de las armas nucleares con su potenciación estratégica, hoy pedimos en voz alta a nuestros gobiernos que se firme e implemente el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, adoptado solo por 122 Estados el 7 de julio de 2017. La fuerza política de la ONU debe volver a la acción y la voz de los gobiernos debe integrarse con la voz de las ciudades del planeta, reunidas en una específica asamblea mundial, para darle más fuerza a nuestros pueblos.
En estas horas en que parece prevalecer el crudo poder de la fuerza, afirmamos sin vacilación alguna que todavía y siempre creemos en la construcción de la paz, en los procesos de diálogo, en los instrumentos de la política.
Son las organizaciones de la sociedad civil, con la fuerza espiritual y cultural de su fe y con las muchas buenas prácticas las que pondrán de relieve los grandes ideales para sostener la historia.
Que nuestros representantes silencien las armas cuanto antes y escuchen a las mujeres y a los hombres de paz.
Mario Bruno, presidente del MPPU
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