Si ponemos en práctica las palabras del Evangelio, los mandamientos de Jesús, sobre todo el amor recíproco, la Trinidad pondrá su morada en nosotros. ¿Cómo puede el cristiano llevar dentro a Dios mismo? ¿Cuál es el camino para entrar en esta profunda comunión con Él? Es el amor a Jesús. Un amor que no es mero sentimentalismo, sino que se traduce en vida concreta, y más precisamente en guardar su palabra. A este amor del cristiano que se plasma en hechos, Dios responde con su amor: la Trinidad viene a habitar en él. (…) ¿Cuáles son las palabras que el cristiano está llamado a guardar? En el Evangelio de Juan, «mis palabras» con frecuencia es sinónimo de «mis mandamientos». El cristiano está llamado a guardar los mandamientos de Jesús. Pero estos no deben entenderse como un catálogo de leyes; más bien es necesario verlos todos sintetizados en lo que Jesús ilustró con el lavatorio de los pies: el mandamiento del amor recíproco. Dios manda a cada cristiano que ame al otro hasta donarse completamente, como Jesús enseñó e hizo. (…) ¿Cómo llegar a que el Padre mismo nos ame y la Trinidad habite en nosotros? Poniendo en práctica el amor recíproco entre nosotros con todo nuestro corazón, con radicalidad y perseverancia. En esto principalmente encuentra el cristiano el camino de esa profunda ascética cristiana que el Crucificado exige de él. Ahí, en el amor recíproco florecen en su corazón las distintas virtudes y ahí puede medir con seguridad su propia santificación. Y, en fin, en el amor recíproco Jesús está presente como Resucitado en el corazón de los cristianos y en medio de ellos.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, en Palabras de Vida/1 Ciudad Nueva, 2020, pp. 274-275)
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