Un viaje para llevar solidaridad a los migrantes que dejan su país debido a la guerra y las persecuciones. La música del Gen Rosso siguiendo la estela del compartir y de la fraternidad. “Estamos afrontando muchos problemas pero con ustedes, con este tipo de actividades, nos sentimos empujados a ir adelante”. Son las palabras de un migrante que escapó de Pakistán debido a los problemas que afligen a su país. Hoy él, con otros miles de migrantes, se encuentra en un campo de refugiados de Lipa y Borići en Bosnia Herzegovina y pudo encontrarse con el Gen Rosso. De hecho, del 4 al 8 de mayo de 2022, el grupo artístico internacional regresó por segunda vez a la “ruta balcánica”, donde todos los días transitan los migrantes que escapan de su país debido a las guerras y persecuciones. Solidaridad y dignidad hacia los migrantes, hacer crecer la esperanza en un mundo mejor, reforzar la autoestima y respirar juntos un clima de familia, éste es el objetivo del viaje organizado con la ayuda del Jesuit Refugee Service (JRS) que ofrece alojamiento y ayuda de primera necesidad a quienes la solicitan. “Ya habíamos estado aquí en octubre de 2021 -cuenta Michele Sole, uno de los cantantes- y me ha dejado una linda sensación regresar a lugares familiares. La otra vez fuimos al campo de refugiados más grande de Lipa donde encontramos a otros migrantes y lo que siempre nos sorprende es ver que ¡la sonrisa y la acogida sin prejuicios marca la diferencia y hace brillar sus rostros!”. Gestos de acogida, pequeños regalos en los breves momentos vividos con ellos, les han abierto una espiral de alegría y de luz. La otra etapa fue la visita al instituto escolar “Juan Pablo II” de Bihać y el encuentro con un centenar de chicos que pudieron participar en los talleres de danza y canto y asistir a dos conciertos del Gen Rosso. Durante estos días, junto a los alumnos y a sus padres, también algunos migrantes provenientes de Pakistán, Afganistán e Irán pudieron participar activamente en las manifestaciones artísticas. “Era nuestra forma de intentar integrar a todos y permitirles experimentar cuán importante e inimaginable es el don de compartir fraternalmente con esta parte de humanidad que sufre” agregó Michele. “No sé qué me pasó esta mañana -cuenta una mujer musulmana presente- pero sentía que vuestra música penetraba dentro de mí y me sentía conmovida y afortunada de estar aquí”. “Gracias, verdaderamente gracias, por la pasión y la esperanza que no han dado -dice un chico afgano-, el canto ha sido muy bello”. Al coro de mensajes de alegría y esperanza se sumó el del director escolar del Instituto de Bihać: “El concierto ha sido algo especial. Sinceramente esperamos encontrarnos nuevamente. Ha sido un gran honor y un placer para nosotros tenerlos aquí en nuestra escuela”.
Lorenzo Russo
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