Ser una comunidad es más que estar juntos. Es responder a una llamada y construir: dar vida a una familia sostenida por la Palabra y reencontrarse. Así lo expresan algunas personas que participaron en la Mariápolis de Tierra Santa el pasado mes de julio en este vídeo. Una brisa ligera acaricia las antiguas ruinas de la Iglesia de San Giorgio, en Taybeh, el único pueblo enteramente cristiano de Tierra Santa, el lugar, según narran las escrituras, donde Jesús vino a descansar con los suyos antes de la Pasión. Y precisamente aquí, entre el 8 y el 9 de julio de 2022, adultos, jóvenes y niños del Movimiento de los Focolares se reunieron para vivir una Mariápolis verdaderamente especial, un momento de fraternidad y de verdadera comunión. “La Mariápolis es un momento para estar en familia, dice Mayra, de Belén. Normalmente se organiza todos los años, pero debido a la pandemia no hemos podido. Este año, después de tres años lo hemos conseguido y para mí es como hacer una pausa en mi vida y recargarme espiritualmente”. “Ser testigos del amor” ha sido el título de estos dos días que contaron con la participación de personas de diversas partes del país, desde Haifa, Nazaret, hasta Jerusalén, Ramallah, Belén y Gaza. A pesar de las dificultades sociopolíticas y culturales que caracterizan a Tierra Santa, el deseo de disfrutar de la belleza y de vivir en comunidad se convierte en una opción capaz de superar las barreras físicas y a menudo también internas. En efecto, la comunidad es el lugar donde recoger valores que se conviertan en alimento, donde construir un presente y un futuro que respete la dignidad de todos; el lugar donde la escucha y el testimonio del otro a la luz del Evangelio nos invita a comprender mejor la obra de Dios en nuestra vida y, sobre todo, donde nadie está solo Lo cuentan Marcell y Boulos, de Nazaret, que en su camino pudieron experimentar el encuentro y la familia en el momento más doloroso de sus vidas, ante la muerte de su último hijo, Jack. Y de nuevo Khader, de Gaza, que a pesar de las luchas diarias que afronta en el contexto en el que vive, pone su esperanza en Dios, reconociendo con alegría la belleza de la vocación a la que está llamado: la de la felicidad.
Maria Grazia Berretta
Activar los subtítulos en español https://youtu.be/cCMZ1jlYzhA
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