El 1 de febrero de 2023, el Centro Internacional del Movimiento de los Focolares ha tenido la alegría de recibir a la rabina argentina Silvina Chemen, amiga de mucho tiempo, comprometida en el diálogo interreligioso. En un diálogo abierto y fraterno, relató su participación en el Foro de líderes religiosos de Indonesia (R20,) realizado poco antes del G20 y una peregrinación a Tierra Santa con un grupo de judíos y cristianos. “Si miro mi vida, mi compromiso con el diálogo interreligioso, puedo decir que todos los caminos empiezan aquí, con el Movimiento de los Focolares”. Palabras de extrema felicidad, las que la rabina Silvina Chemen, en una visita al Centro Internacional de Rocca di Papa (Italia) a principios de febrero de 2023, pronunció ante una nutrida asamblea de personas deseosas de saludarla y hacerle algunas preguntas. Argentina, de Buenos Aires, Silvina Chemen es profesora del Seminario Rabínico Latinoamericano y realiza su servicio en la comunidad Bet-El fundada por el rabino Marshall Meyer. Su compromiso por el diálogo entre las religiones es una opción que impregna radicalmente su vida y que la llevó a conocer profundamente el carisma nacido de Chiara Lubich, compartiendo el profundo deseo del “ut omnes” trabajando intensamente en favor de la paz y la fraternidad universal. En noviembre de 2022 Silvina participó en el R20, el Foro de las Religiones en Indonesia, un momento histórico que, en presencia de muchos líderes religiosos, ha definido en voz alta hasta qué punto las religiones pueden realmente ser socias y ayudar a construir una sociedad más pacífica. “Nosotros – dice Chemen – los religiosos del mundo, somos parte de la sociedad y tenemos mucho que ofrecer a un mundo tan herido. Es cierto, en este momento histórico, a nivel internacional, político y religioso, estamos dando los primeros pasos hacia un diálogo común, pero debemos dar un paso más, mirando más a los problemas de la gente común”. Es un camino largo pero que, con el tiempo, con paciencia, es capaz de dejar entrever los más bellos frutos, valorando las diferencias de cada uno, custodiándolas, escuchando con interés y mirando todos hacia un mismo objetivo. Así, recuerda Silvina, tal como sucedió en las primeras experiencias de diálogo entre personas de diferentes religiones que pudo vivir: “Mi tradición, la tradición judía, no es sólo un conjunto de preceptos, rituales o una liturgia, sino que está mezclada con la vida cotidiana, con cada instante de la vida humana, con nuestros comportamientos, acciones, con lo que somos. Es una cosmovisión de la vida real, en la que el judaísmo no se vive sólo dentro de la Sinagoga, sino fuera. Ser una comunidad cohesionada y testimoniar con nuestra vida: esto es lo que creo que vale para todos. A menudo se piensa que las personas de diversas religiones no somos parte integral de la sociedad y que tenemos que vivir dentro de los muros de nuestras comunidades. En cambio, creo que no podemos perder esta oportunidad de hablarle al mundo y hablar de diálogo, de lo que hemos aprendido con nuestra experiencia, no para convencer a alguien, sino para sembrar semillas de bien, para impactar en la realidad. Estoy enamorada de esta posibilidad de leer una religión con los ojos de la actualidad. Estamos aquí para molestar a los cómodos y apoyar a los incómodos. Cuando uno se siente demasiado cómodo significa que está completamente desconectado de la realidad, lo cual es muy incómodo por naturaleza. Entonces, nuestra misión es incomodarnos”. Silvina ha realizado recientemente una peregrinación a Tierra Santa, fruto de un camino que comenzó en su ciudad, Buenos Aires, hace unos siete años, denominado “lecturas compartidas”: “Cada primer lunes de mes nos reuníamos, judíos y cristianos, para estudiar los textos de la Biblia – dice -. Un espacio de verdad y conocimiento, que también contó con la participación del teólogo católico José Luis D’Amico, de la orden de las Hermanas de Sion, un centro bíblico de Buenos Aires. En algunos momentos también tuvimos la alegría de tener hermanos musulmanes entre nosotros y pudimos leer juntos la Torá, el Evangelio y algunos pasajes del Corán. Esta experiencia nos ha llevado a cada uno de nosotros a tener un sueño: peregrinar juntos a Tierra Santa para revivir los textos en su contexto de referencia”. Así fue como del 9 al 22 de enero de 2023, 45 personas, entre judíos y cristianos católicos, acompañadas de un guía israelí, vivieron esta experiencia verdaderamente intensa: participar de la emoción del otro en lugares que para cada uno tenía valor y comprender el mensaje último de los textos que se leían. “Fuimos entre Jericó y Jerusalén – dice Silvina – al lugar donde se dice que tuvo lugar el encuentro entre el buen samaritano y el moribundo, texto que para nosotros los judíos es un poco problemático, que podría hacer pasar a los judíos por personas sin piedad, tal como se describe al levita, el sacerdote de la parábola. Era importante tratar este texto en ese lugar, darle una lectura diferente y entender que la misericordia era la clave de esa Palabra como también leemos en el Eclesiastés: más vale dos que uno, porque si uno cae, el otro le ayuda (cfr. Ec 4,9-10). Enseguida después hicimos un ejercicio, el de hablar con alguien con quien no habíamos hablado todavía durante el viaje. Fue un momento verdaderamente único: tener la oportunidad de escucharnos, discutir y encontrar un mensaje común. No éramos un “nosotros” y un “ustedes” separados, sino que estábamos juntos. Un momento precioso, incluso diría profético, de un mundo verdaderamente unido”.
Maria Grazia Berretta
0 comentarios