Movimiento de los Focolares

Livia Groff Goller: encontrar a Jesús en el otro

Sep 8, 2023

El 8 de agosto de 2023, a la edad de 99 años, Livia Groff, viuda de Goller, focolarina casada de Trento (Italia), de la primera comunidad de los Focolares formada en torno a Chiara Lubich, ha regresado a la casa del Padre. La recordamos a través de un breve fragmento en el que nos cuenta cuál fue su verdadera conversión.

El 8 de agosto de 2023, a la edad de 99 años, Livia Groff, viuda de Goller, focolarina casada de Trento (Italia), de la primera comunidad de los Focolares formada en torno a Chiara Lubich, ha regresado a la casa del Padre. La recordamos a través de un breve fragmento en el que nos cuenta cuál fue su verdadera conversión. “El que vive en Cristo es una nueva criatura” (2Cor 5:17). Esta es la frase extraída del Nuevo Testamento que Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, entrega como lema de vida a Livia Groff viuda de Goller quien, a sus 99 años, finalizó su viaje en esta tierra el pasado 8 de agosto. Nació el 25 de mayo de 1924, tercera de siete hermanas, comenzó a trabajar siendo joven como empleada en Trento y, a los 21 años, por invitación de una amiga, Doriana Zamboni, una de las primeras compañeras de Chiara Lubich, la conoció y se unió al grupo de chicas que la rodeaban, que toman literalmente las frases del Evangelio, las ponen en práctica y se cuentan unas a otras los efectos de vivir esas palabras. Para Livia, este encuentro es una verdadera fulguración. El descubrimiento del amor de Dios y el descubrimiento de Jesús presente en cada prójimo serán el protagonista de su vida y la guía segura en un camino compartido siempre junto a su marido, Olivo Goller, y sus hijos, Diego, María Elena y Andrea. Testigo de gran fortaleza y cercanía con los demás, afronta las diversas pruebas que la vida le presenta apoyada en la fe en Dios y en su amor. Durante 37 años cuida de su esposo Olivo quien, debido a un inexplicable accidente automovilístico, queda paralizado de sus piernas y ya no podrá caminar por el resto de su vida. Otra gran prueba llega a los 61 años, cuando su hija María Elena murió repentinamente a los 33 años de un infarto, en Predazzo, cerca de Trento, donde enseñaba. Con gran valentía y concreción, Livia siempre ha tratado de poner a Jesús en el centro de cada relación y con extrema bondad ha sabido cuidar de cuantos encontraba en su camino, acompañando a sus hijos Diego y Andrea, ambos focolarinos, en sus opciones de vida; apoyando a los enfermos, como ministra extraordinaria de la Eucaristía como ya lo había hecho con su marido; invitando a muchos a la oración. Una belleza, que muchos reconocían, encarnada, que iba más allá del estilo, pero que ocultaba en sí un secreto: mirar el amor de Jesús en la cruz que grita el abandono, reconocerlo en las pruebas de la vida y aceptarlo sin dudarlo. Compartimos a continuación un breve extracto de una entrevista con Livia Groff en Trento, fechada el 13 de diciembre de 2011, en la que habla de su primer encuentro con Chiara Lubich y del inicio de un viaje que cambió su vida. Mira el video (activar los subtítulos en español) https://youtu.be/vmFJ5v15rLg

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