Con gestos concretos las encíclicas del papa Francisco sobre el cuidado de nuestra casa común Laudato si’ y Laudate Deum. En Formia, Italia, surge la idea de desarrollar formas de energía renovables fomentando una mayor eficiencia energética. “En algunos lugares se están desarrollando cooperativas de energía renovable, lo que permite la autosuficiencia local e incluso la venta del exceso de producción. Este simple ejemplo indica que, si bien el orden mundial existente se muestra incapaz de asumir responsabilidades, la instancia local puede marcar la diferencia”. Estas son las palabras del papa Francisco en la encíclica Laudato si’ sobre el cuidado de nuestra casa común, publicada en 2015. Tras la publicación de esta carta y a la luz de la nueva exhortación apostólica Laudate Deum del pasado 4 de octubre, muchas comunidades en todo el mundo se sintieron animadas a hacer algo concreto para cuidar el medio ambiente, cambiar sus estilos de vida y por tanto hacer algo contra el cambio climático. En Formia, Italia, la comunidad de los Focolares decidió intervenir eficazmente en el cuidado de las personas y del medio ambiente, sintiendo esta responsabilidad. A principios de 2023, tras un breve proceso organizativo, nació una Comunidad de Energías Renovables en torno a una parroquia de su municipio. Una agregación de múltiples entidades con el objetivo de producir, auto consumir, vender y compartir electricidad. Y todo nació del deseo de concretar lo que el Papa Francisco propuso en Laudato si’. Siempre el Papa, refiriéndose a las comunidades locales, afirma que es precisamente allí donde “puede nacer una mayor responsabilidad, un fuerte sentido de comunidad, una capacidad especial de cuidado y una creatividad más generosa, un amor profundo por la propia tierra, además de pensar en aquello que se deja a los hijos y nietos”. De ahí la idea de desarrollar formas de energías renovables y poco contaminantes fomentando una mayor eficiencia energética. No solo. Si por un lado existe el deseo de prestar más atención a la solución de la crisis medioambiental, por otro lado, también intentamos intervenir en las dificultades que algunos ciudadanos tienen para pagar sus facturas de energía. Sin embargo, la comunidad energética involucra una variedad de sujetos: desde la parroquia hasta las familias, desde las instituciones educativas hasta las actividades comerciales. Juntar diferentes sujetos probablemente genera diversos malentendidos o visiones diferentes. Por eso, desde el principio intentamos implicar a todos y explicar los objetivos del proyecto para tomar conciencia del camino que teníamos que afrontar. Para ello se llevaron a cabo varias reuniones para comprender las motivaciones, superar dudas y dificultades. Por lo tanto, la comunidad local participó en una licitación pública para recibir fondos. Los subsidios fueron diseñados específicamente para comunidades de energías renovables. Los aportes que recibieron les permitieron comenzar con el proyecto.
Lorenzo Russo
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