«Resignación y cansancio no pertenecen al alma de Europa; las dificultades pueden convertirse en potentes promotoras de unidad», ha afirmado el papa Francisco a la consigna del Premio Carlomagno, el pasado 6 de mayo. Si para buena parte de los europeos el 9 de mayo significa celebrar la integración, la unidad y la paz en Europa en el aniversario de la declaración de Schuman del 9 de mayo de 1950, en el origen de la Unión Europea, para otros, marcó el comienzo del período de privación de derechos bajo la Unión Soviética, comenzado con la declaración de la victoria de Stalin en Alemania el 9 de mayo de 1945. Esta es la historia con la cual el innovador proceso de integración de Europa debe enfrentarse hoy, después de 60 años. Y sobre las contradicciones inherentes a estos paradigmas culturales y sociales que atraviesan los pueblos de Europa, en la crisis actual, se plantea la pregunta: ¿Es todavía válida y actual la experiencia europea? ¿Los europeos todavía quieren estar juntos? Para Pasquale Ferrara, diplomático italiano, estudioso y profesor de Relaciones Internacionales y Diplomacia, «la visión europea de la integración, es decir, poner juntos no tanto la soberanía cuanto la voluntad política de muchos países para gobernar juntos fenómenos que escapan al control de los Estados, sigue siendo una gran intuición». Mediante la integración «Europa demuestra que el multilateralismo puede tener, también hoy, un valor añadido si ya no es el estado el foco de atención, sino la función política que desempeña, es decir, responder a las necesidades de los ciudadanos en un mundo globalizado y transnacional». «Una Europa capaz de estar junta y redescubrir de esta forma lo que puede hacer más y mejor por el mundo». Así, Maria Voce resume la perspectiva del Movimiento de los Focolares en su participación en los procesos en curso en Europa. Un ejemplo de esto es “Juntos por Europa”, en el que convergen más de 300 Comunidades y Movimientos de iglesias cristianas, una red que trabaja con objetivos comunes en función del continente, promoviendo una cultura de reciprocidad mediante la cual individuos y pueblos pueden aceptarse, conocerse, reconciliarse, apoyarse mutuamente. «”Juntos por Europa” no es un fin en sí mismo, sino que posee una naturaleza exquisitamente política, en el sentido más noble del término: trabaja por el bien de esta porción de humanidad que es Europa, con el fin de reavivar sus raíces, consciente también de dar un aporte al resto del mundo». Del 30 de junio al 2 de julio de 2016 “Juntos por Europa” promueve en Munich, Alemania, un evento de reflexión y acción. Durante dos días, 36 mesas redondas y foros permitirán el intercambio de experiencias y perspectivas sobre muchas cuestiones relativas a Europa. El evento tendrá su conclusión, el tercer día, con un acto público en la plaza. Papa Francisco y el Patriarca Bartolomé asistirán a través de vídeo mensajes personales. Jean-Claude Junker, presidente de la Comisión Europea y Thorbjørn Jagland, secretario general del Consejo de Europa, han otorgado su patrocinio (http://www.together4europe.org/). «En el momento en que hay más necesidad de Europa, menos Europa se muestra a la altura de estos desafíos», afirma Ferrara en referencia a la falta de figuras políticas con una visión amplia. Y concluye: «¿Pero quizás miramos en la dirección equivocada? Tal vez pensamos que se necesiten uno o más líderes políticos y en cambio debemos tomar en cuenta a la sociedad civil, centrándonos más en los jóvenes y en su creatividad social y política, en su capacidad de imaginar el “viejo” continente como un continente “nuevo”». Fuente: Notas de Prensa
Poner en práctica el amor
Poner en práctica el amor
0 comentarios