“¿Por qué vas a la JMJ?” “Porque espero encontrar a Jesús ”, respondió una joven que llegó a Colonia junto a un centenar de miles de jóvenes de todo el mundo. Pienso que no es la única que tiene en el corazón este deseo impetuoso: ¡encontrar a Jesús! Y es también el lema de esta Jornada Mundial de la Juventud: buscar a Cristo, encontrarlo y adorarlo. La “Jornada Mundial de la Juventud” – esta inspirada invención de nuestro amadísimo Papa Juan Pablo II – es una ocasión privilegiada para encontrar a Jesús vivo en su Iglesia, en unidad con el nuevo Papa Benedicto XVI, con los obispos y entre los jóvenes provenientes de todos los rincones de la Tierra. Encontrar a Jesús, adorarlo y después llevarlo a los demás, donde quiera que vayamos. Queridísimos jóvenes ¿Saben que existe un secreto para no perder más a este Jesús que durante los acontecimientos de la JMJ se nos presenta tan bello, tan vivo, tan fascinante? El secreto es éste: ¡es necesario amar! ¡Para amar a Dios, para permanecer en Él, para estar en la luz siempre, es necesario amar a los demás! Miren, yo les hablo desde mi experiencia de más de sesenta años, pero también desde la experiencia de un pueblo entero, esparcido por todo el planeta, de millones de hombres, mujeres y niños que ¡han elegido el amor como estilo de vida! ¡Éste es el secreto de una vida feliz, plena, interesante, siempre nueva, nunca aburrida, siempre sorprendente! Les cuento un pequeño, pero gran ejemplo: He sabido recientemente que un grupo de jóvenes en un campo de refugiados en África, donde falta casi de todo, quiere cambiar, con su amor, el campo en un Paraíso, y me cuentan experiencias concretas verdaderamente donde esto se realiza. ¿Entienden lo que significa esto? Quiere decir que ¡el amor vence todo!. Se podrían decir infinitas cosas de este amor que Jesús nos enseña con su vida, con sus palabras, con sus santos. Pero hoy me gustaría subrayar sólo dos puntos, que sin embargo son de una importancia fundamental: Es necesario amar A TODOS, sin excepciones, sin selecciones, sin preferencias, ¡como Dios hace con nosotros! Y aquí se trata de amar al amigo y al enemigo, al simpático y al antipático, al profesor y al vecino de casa, al cartero y al compañero. Amar A TODOS significa también amar a la gente que está lejos de nosotros, pero presente a través de los medios de comunicación, como las víctimas del Tsunami en el Sudeste Asiático, o los jóvenes de la JMJ, llegados desde Países pobres, a los que ustedes han ayudado con el Fondo de solidaridad. El segundo punto: es necesario SER LOS PRIMEROS EN AMAR. Normalmente, amamos cuando nos sentimos amados, se responde al amor que nos llega. ¿Y si no nos llega? No, es mucho mejor tomar nosotros la iniciativa, ser nosotros los primeros en dar un signo de amistad, de perdón, de voluntad de volver a empezar desde el inicio. Intenten amar de esta manera, experimentarán una gran libertad porque ¡ustedes son los protagonistas! Queridísimos jóvenes, ¡ánimo! Vale la pena vivir así, ustedes no están hechos para las cosas a medias, den su corazón a Aquél que sabe llenarlo. Dios necesita jóvenes así, incendiados, que no se dejan frenar por sus propios problemas, estos eternos obstáculos al amor, personas que han quemado todo en el fuego del Amor de Dios y que arrastran a los demás. ¡Qué Jesús, a quien han encontrado, permanezca siempre con ustedes! En el Amor verdadero. (Chiara Lubich, Colonia, 16 agosto 2005) Fuente: Centro Chiara Lubich
Poner en práctica el amor
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