Chantal Grevin
¿De qué modo una organización como la UNESCO fomenta la paz? En primer lugar hay que recordar que la UNESCO es parte integrante de las Naciones Unidas. Y la paz es el elemento basilar que hizo nacer a las
Naciones Unidas. El objetivo de la UNESCO es la coordinación de la cooperación internacional en lo que se refiere a la instrucción, la ciencia, la cultura y la comunicación y, de algún modo, la que le da su aporte ético. Su función fundamental es por lo tanto la paz, sobre todo a través del diálogo entre las culturas. Su programa científico intergubernamental, dedicado a las transformaciones sociales (MOST), pone en evidencia que ningún cambio puede realizarse si no está integrado en las diversas culturas.
De hecho, la UNESCO es conocida por el desarrollo del pluralismo cultural. Pero, ¿cuál es el vínculo con la búsqueda de la unidad y cómo lograr que la voz de New Humanity se escuche entre todos los promotores de paz? Si la riqueza de la diversidad de culturas debe ser protegida, así también como la biodiversidad ¿dónde está entonces la unidad, a la cual aspira la humanidad? Todavía no hemos podido superar este estado de cosas. La declaración universal de los derechos del hombre es, a este propósito, un fundamento común, aunque a veces es discutible, pero es necesario encontrar aquellos valores comunes, universales, indispensables para nuestro contrato social global. El evento del 15 de noviembre permitirá reflexionar sobre este punto. Esta manifestación de New Humanity en la sede de la UNESCO es una contribución a los trabajos de la misma con lo que nosotros podemos ofrecer: buenas prácticas unidas a una reflexión de fondo. Nuestra ONG puede hacer comprender que la unidad es la fuente y la meta de la vida de la humanidad.
En un mundo llagado por los conflictos, ¿no es utópico creer en la posibilidad de un evento de este tipo? Es cierto que el mundo anda mal, pero tenemos razones para creer en la paz. El evento logrará que sean visibles aquellos que la hacen posible. La promoción de una cultura de paz no se podrá nunca medir realmente, pero el camino está abierto. Personalmente, creo en las organizaciones internacionales. Pueden parecer impotentes pero no es poca cosa que 195 países puedan discutir juntos y que países beligerantes entre ellos se encuentren en la misma sala. En el momento en que nos ponemos en un nivel cultural en lugar que político, los intercambios son más libres. Un ejemplo: cuando Palestina no podía entrar en las Naciones Unidas, la UNESCO lo hizo posible considerando su patrimonio cultural, que había que tutelar. Deseamos que nuestro evento tenga una incidencia a través de lo que ha sido enviado a los embajadores presentes en la UNESCO. Los actos del evento pueden convertirse en un punto de referencia, en un patrimonio cultural interesante para investigadores y para personas de todo el mundo. Y esto, durante muchos años.
Entrevista de Chantal Joly
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