De Onitsha (Nigeria) escriben que delante de la Basílica Most Blessed Holy Trinity, el 23 de enero, había más de un centenar de evangélicos, pentecostales, católicos, miembros de varias iglesias autónomas, rezando juntos y acompañados por sacerdotes y dos obispos. Los Focolares fueron los catalizadores del evento e instituyeron un comité con miembros de 5 realidades representativas de las distintas iglesias presentes en Nigeria: CCN (iglesias autónomas), OAIC (iglesias y organizaciones nacidas en África), PFN (iglesias pentecostales), CSN (iglesia católica) y ECWA/TEKAN (iglesias evangélicas del oeste de África y Ghana). Alguien se preocupó por conseguir los grupos musicales, otros prepararon el documento con el programa, otros embellecieron el atrio de la Basílica. Un pastor anglicano fue quien pronunció la homilía. Él, “como un son de trompetas para despertar del sueño a todos los cristianos en Nigeria” invitó a “vivir como verdaderos seguidores de Cristo y a trabajar por la unidad en la diversidad”. «Oramos con una sola mente y una sola alma – atestigua una joven – experimenté el calor del Espíritu en medio nuestro». Y un joven: «Viendo a las personas de varias iglesias que oraban juntas por la unidad y la paz, me sobrevino la certeza de que realmente la unidad se alcanzará, porque Jesús mismo le pidió al Padre que ‘todos sean un uno’». En Ottmaring (Alemania), sede de la ciudadela ecuménica de los Focolares, en ocasión de la “semana” se dieron cita 7 pastores luteranos suecos, 4 pastores anglicanos y un pastor reformado, inglés y 7 sacerdotes católicos. La reflexión fue acerca de “El Resucitado y los discípulos de Emaús”. El obispo luterano Âke de Skara (Suecia), introdujo el tema y evidenció como Jesús, aún hoy, es atraído por las heridas y la oscuridad de la humanidad para llevar su luz. Con esta realidad en el corazón, todo el grupo se dirigió al cercano campo de concentración nazi de Dachau, lugar emblemático del misterio de Jesús Abandonado. Interesante también la visita en Augsburgo de algunos lugares significativos para la iglesia luterana, que concluyó con una escala en la iglesia católica dedicada a St. Moritz, donde se encuentra una impactante imagen del Cristo Salvador que ilumina la oscuridad del mundo. En este clima de intensa comunión, la celebración de las distintas liturgias, a lo largo de la semana, adquirió una sacralidad muy especial. En la conclusión hubo propósitos unánimes: “Quiero volver al mundo donde Jesús Abandonado me espera”. “La Iglesia debe estar allá donde están las heridas de las personas”. “Lo primero que haré, volviendo a mi casa, será visitar al pastor luterano más cercano”. En Matera (Italia), hablamos con Cinzia, quien, desde que encontró la espiritualidad de la unidad lleva adelante en su parroquia un camino ecuménico en colaboración con una pastora luterana: «Se trata de veladas siempre muy hermosas y llenas de alegría – nos cuenta – en las se evidencia lo mucho que nos une, más que lo que nos separa. Para animar las celebraciones de la “semana de oración” que celebramos juntos desde 1997, nació un coro ecuménico que nos acompaña también en las distintas iniciativas culturales y humanitarias que hacemos juntos. Este año, en colaboración con asociaciones y movimientos de la ciudad, se realizó una marcha por la paz y la unidad, en la que participaron unas 300 personas de varias confesiones, además de personas de otras religiones. Una vez más fue una ocasión para poner en práctica el ecumenismo de la vida y expresar ese profundo deseo de fraternidad que va más allá de las diferencias. La parroquia de S. María en Pesaro (Italia), tiene una relación de amistad ecuménica con la catedral ortodoxa de Resita (Rumania), gracias a los párrocos y varios laicos que viven la espiritualidad de la unidad. «Este año – cuenta una joven ortodoxa rumana – quisimos dar un paso más. Los jóvenes sentían la exigencia de comprometerse en la formación de los más pequeños, así fue que empezamos un curso en Pesaro para animadores católicos y ortodoxos juntos, donde experimentamos la unidad en la diversidad». También en Cochabamba (Bolivia), la “semana” fue la ocasión para que los distintos movimientos, entre ellos los Focolares, suscitaran iniciativas ecuménicas. En un encuentro de oración ecuménica participaron miembros de la iglesia anglicana, metodista y católica. Estuvo presente también el obispo emérito quien recordó los 500 años de la Reforma e invitó a todos a vivir la misericordia y un compromiso renovado para trabajar por la unidad. Leer también: Ecumenismo: Semana de la Unidad Semana de la Unidad en La Habana
Poner en práctica el amor
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