El tan esperado momento de la pensión llega para Eric, quien vive en Bélgica y durante 37 años dio clases en una escuela primaria. Después de haber trabajado toda la vida junto a los niños, Eric se pregunta qué puede hacer por quién no recibió ninguna instrucción, por quien vive en situaciones marginales y en tierras lejanas. En realidad, los niños son todos iguales, tienen la misma mirada curiosa y la misma risa contagiosa. Por este motivo, junto a su esposa Lut, decide dedicar su tiempo libre a una iniciativa de solidaridad. Eric, quien ya ayudaba a un niño, decide difundir los programas de AFN osfl de apoyo a distancia. Ayudado por la más joven de sus hijas, Maria-Laetitia, involucra a amigos y conocidos, contribuyendo a reavivar en cada uno la necesidad de donar incluso una pequeña suma. «Para nosotros como para tantas personas, la situación de numerosos niños en el mundo es insoportable: ellos son las primeras víctimas de todo tipo de violencia y carestía», explica Eric. Los dos cónyuges reciben en más de una ocasión experiencias e ideas poder reflexionar: un joven papá de Rumanía cuenta que gracias al apoyo a distancia pudo terminar los estudios lo que le permitió encontrar un trabajo y formarse una familia. Una mujer que vivió por muchos años en Congo, estando en contacto con el proyecto Petite Flamme pudo constatar la ayuda que el apoyo a distancia ofrece a los niños. Estos testimonios alimentaron en Eric y Lut la seguridad que estaban comprometidos a favor de algo grande. «Nuestro sueño – prosigue Eric – era llegar al menos a 10 personas que durante el 2016 decidieran sostener a un niño. Me parecía una montaña porque en tres años habíamos encontrado sólo dos personas (¡mejor dicho nosotros y mi papá!)». Pero el compromiso y el tiempo que dedicamos a difundir los varios programas tuvieron fruto. Una pareja decidió sostener a un niño haitiano y sostener la iniciativa de solidaridad. También los hijos de Eric y Lut quisieron ayudar. También un señor y un amigo suyo, un sobrino que vive en Suiza, feliz de “hacer algo por la humanidad”, una joven pareja recién casada, un empresario quiso sostener a un chico junto con su empresa, un joven papá, los padres de Lut que quieren mantener a una niña desde la casa de descanso en la que viven. Y así, ¡muchas bellas experiencias alrededor del proyecto de ayuda! Los proyectos en favor de la infancia desfavorecida del mundo van adelante gracias a los beneficiarios, a su sensibilidad y a su ayuda. Además de Eric y Lut, encontramos también a Enzo y Fiorenza, que con su ayuda acompañan a Jessica, una chica brasileña, durante gran parte de su vida. Pero emprender una ayuda a distancia significa sobre todo crear un vínculo con el niño, un hilo de solidaridad que va hasta el otro lado del mundo para conectar países lejanos. Y es por eso que Jessica, siendo ya adulta, quiso contactar a sus beneficiarios para la Navidad, ofreciéndoles el regalo más bonito que podían encontrar bajo el árbol: el reconocimiento por una vida rescatada de la pobreza. Fuente: AFNosfl – Espacio Familia
Poner en práctica el amor
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