1944. Chiara Lubich deja sus amadísimos libros en la buhardilla para entrar en la escuela del único Maestro, Jesús, abandonado el sueño de estudiar Filosofía en la Universidad Católica, donde pensaba que había podido conocer a Dios. 53 años después, una Universidad Católica de Ciudad de México le otorga el Doctorado hc en Filosofía. A 20 años de distancia, la comunidad de los Focolares en México organizó un triple evento, como memoria y actualización de su mensaje: Filosofía del ser, Iglesia comunión e inculturación. 29 de junio de 2017: “El rostro de Dios Comunión” es el título del simposio que tuvo lugar en la Universidad Pontificia de México. El Dr. Piero Coda, rector del Instituto Universitario Sophia (IUS) desarrolla dos conferencias: “Papa Francisco: 4 puntos para una Iglesia en salida” y “Chiara Lubich: una mística del nosotros para vivir el cambio”. Dos reflexiones que suscitan en los presentes, en su mayoría sacerdotes, religiosos y religiosas, la urgencia de una ‘conversión pastoral’ que haga visible el rostro de una Iglesia misericordiosa, sinodal, pobre y abierta. «Surgió – afirma Mons. Coda – la necesidad de mantener un diálogo abierto con las fuerzas vivas de la Iglesia mexicana, para asumir con fuerza el desafío de la conversión pastoral lanzada por el Papa Francisco. Promoviendo el compromiso de los laicos a nivel cultural y social, el acompañamiento a los jóvenes y el camino sinodal de la Iglesia donde los Carismas puedan ofrecer su aporte”. 30 de junio. En una acogedora sala de la Universidad de La Salle, en Ciudad de México, el Dr. Enrique Alejandro González Álvarez, rector del ateneo, explica la importancia del doctorado hc conferido en 1997 a Chiara Lubich: “No fue una distinción que la Universidad le hizo a ella, sino una distinción que ella le hizo a la Universidad al aceptar el Doctorado que la Universidad le estaba proponiendo”. Subrayó además la profunda sintonía entre el Carisma de la Unidad y el carisma lasallista: “La Universidad se siente muy identificada con el Movimiento de los Focolares, porque de manera conjunta estamos luchando por implantar el Reino de Dios en la tierra, y esta fue sin duda la misión principal que tuvo Chiara (…) Ojalá que sigamos estrechando lazos y que consideren a la Universidad como su casa, no sólo para Chiara Lubich, sino para todos los que llevan el espíritu de ella en esta vida. Porque hoy Chiara debe de seguir viva en cada uno de sus seguidores”. En dicha ocasión el Dr. Piero Coda desarrolló una conferencia titulada “El aporte de Chiara Lubich a una nueva filosofía del ser”. “El discurso de Chiara de hace 20 años –dijo Coda- se reveló profético para México, porque se percibe a nivel sociocultural una nueva exigencia de sentido, de luz y la necesidad de un nuevo paradigma cultural. Por lo tanto su discurso resultó orientador y vinculado con el compromiso del Instituto Universitario Sophia”. De hecho entre el Instituto Universitario Sophia, la Universidad Pontificia de México y la Universidad La Salle se han abierto en estos días nuevas perspectivas de colaboración. 2 de Julio. Las comunidades de los Focolares del país celebran con una gran fiesta el aniversario. Presentes el Nuncio Apostólico, Mons. Franco Coppola y el Rector de la Universidad Pontificia de México, el Dr. Mario Ángel Flores Ramos. Música, danzas, videos y el testimonio de que estaba presente ese día memorable son el marco más apropiado para redescubrir el alcance del mensaje de Chiara Lubich. “En la Basílica de Guadalupe –dijo María Voce, en su mensaje a la Comunidad Mexicana – delante de la ‘Morenita’, Chiara puso en evidencia los maravillosos símbolos con los que María se revistó, presentándose como un ejemplo extraordinario de inculturación”. La consigna de Chiara, eco trasparente del ‘mensaje guadalupano’ resonó una fuerza extraordinaria. “En estas palabras –dijo uno de los presentes- muchos de nosotros mexicanos, descubrimos el valor de nuestro origen, nuestra dignidad de hijos de Dios y sobre todo, la altísima vocación a la cual nuestra madre María de Guadalupe nos invitó hace quinientos años, pero también hoy”. “Confiémonos a Ella, ícono de la cultura del encuentro’, –concluyó la presidente de los Focolares-, para vivir plenamente el hacerse uno y llevar a cada ambiente la espiritualidad de comunión”.
Poner en práctica el amor
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