“Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo, donde él está sentado a la derecha de Dios” Se comprende, entonces, la exhortación del apóstol: “busquen los bienes del cielo”. Es decir, traten de salir espiritualmente de este mundo, abandonen las reglas y las pasiones del mundo para dejarse guiar por los pensamientos y los sentimientos de Jesús. En efecto, “las cosas del cielo” significa la ley del Reino que Jesús trajo a la tierra y quiere ver realizada por nosotros desde ahora. ¿Cómo llevar a la práctica esta Palabra? En primer lugar, nos anima a no contentarnos con una vida mediocre, de medias tintas y componendas, y nos impulsa a encaminarla en la ley de Cristo. Nos invita a vivir y a asumir el compromiso de dar testimonio de los valores que Jesús nos trajo. En algunos casos se tratará del espíritu de concordia y de paz, en otros de servicio a los hermanos, de comprensión y de perdón, de honestidad y justicia, de corrección en el trabajo, de fidelidad, pureza y respeto por la vida. Como se advierte, la propuesta es tan amplia como la vida, pero para no quedarnos en vaguedades tratemos de poner en práctica la ley que, de alguna manera, sintetiza a todas: reconocer en cada hermano a Cristo y ponernos a su servicio. Por otra parte, ¿no es acaso lo que se nos pedirá al final de nuestra existencia? Chiara Lubich Publicación mensual del Movimiento de los Focolares Este texto fue publicado en abril de 1988
Poner en práctica el amor
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