Movimiento de los Focolares

Hungría: “País-Puente”

Mar 11, 2012

El Movimiento de los Focolares está presente en Hungría más o menos desde hace 40 años. Alrededor de los centros de Budapest y Szeged rotan las comunidades esparcidas en el país con un radio de influencia de alrededor de 10.000 personas. Los preparativos para el Genfest.

Hungría, con su identidad bien demarcada es desde siempre un importante puente entre el Este y el Oeste de Europa, después de décadas de comunismo hoy día se encuentra en un momento de profundos cambios. El país está en búsqueda de un nuevo equilibrio entre la salvaguardia de las propias características y la apertura a una dimensión universal. Dirigiéndose precisamente a la comunidad húngara, en su reciente visita, María Voce –actual presidente de los Focolares- invitó a tomar conciencia de los muchos talentos que hay aquí. Donarlos y acoger los de los demás pueblos, aprendiendo a colaborar cada vez más”.

Hungría, gracias a su estratégica ubicación geográfica y a los acontecimientos históricos, ha tenido un papel importante también para los Focolares. Ya en 1956, después de los trágicos eventos de la revolución estallada ese año, el entonces Papa Pío XII, lanzó un llamado a los fieles de todo el mundo, para “hacer volver a Dios a la sociedad”. Ante este llamado Chiara Lubich respondió dando inicio a la aventura de los voluntarios y las voluntarias de Dios. En 1996 Budapest fue el anfitrión del 40° aniversario de ese nacimiento, y en el 2006 del “Volontarifest”, con 12.000 presentes provenientes de 92 naciones.

En 1961, Chiara Lubich, visitando Budapest, quedó impresionada por la situación de la Iglesia obligada a vivir en la clandestinidad. Ese año se abrió el focolar en Viena, desde donde se hacían viajes a Hungría, entre los años ’70 y ’80, para tomar contacto con cuántos habían conocido el Movimiento en Italia y Austria. Las primeras comunidades de los Focolares se remontan a los años del comunismo, cuando, en el ’81-’82 se abrieron también los focolares masculino y femenino en Budapest.

El Movimiento de los Focolares en ese difícil periodo histórico jugó un papel importante en el establecimiento de relaciones entre las personas y asociaciones católicas, contribuyendo a mantener y desarrollar la fe en el país. Fue importante el rol de algunas familias que con generosidad se transfirieron y llevaron la Espiritualidad de la unidad a varias ciudades de Hungría y más allá de sus confines. Y también gracias al compromiso de algunos sacerdotes, la espiritualidad del Movimiento fue penetrando en otros ámbitos, custodiando la frescura y la autenticidad de la vida evangélica.

El sufrimiento común también reforzó la relación entre los cristianos de las tres Iglesias históricas húngaras (católica, reformada y luterana), quienes hoy están comprometidos en dar testimonio de un fructífero diálogo ecuménico.
Como fruto tuvieron lugar dos citas históricas: en el 2000 el primer encuentro ecuménico de los jóvenes, organizado por los movimientos juveniles con 3000 participantes, y un segundo, en el 2003, con 16.000. La Espiritualidad de la unidad se ha difundido también a través de los libros y la revista Új Város.

Se imprimen 15.000 copias de la Palabra de Vida, y se publica en semanarios, en la web y es transmitida por radio.

La historia ha preparado también a los Focolares del país mangiaro a ser promotores de algunas iniciativas que dan testimonio del compromiso de construir fragmentos de fraternidad a nivel local e internacional, promovidas por niños, adolescentes, jóvenes y adultos: “72 horas sin componendas”, “Red proyecto Paz”, “Fuertes sin violencia”, “Misión para la ciudad”, “Run for unity”, “Semana Mundo Unido”. Esta última iniciativa tuvo lugar en el 2010 en la simbólica ciudad de Esztergom, donde trescientos jóvenes húngaros y eslovacos –en directo por Internet- dieron un fuerte testimonio de paz entre sus naciones, en un momento de tensión política y social.

50 años después de la visita de Chiara a Hungría, María Voce, en el 2011, visitó la comunidad del Movimiento, encontrando sacerdotes, familias y jóvenes. Pudo constatar el compromiso de Familias Nuevas con las parejas jóvenes y la colaboración con otras asociaciones e iglesias para trabajar juntos a favor del matrimonio y de la familia. Se reunió con las personas comprometidas en el Movimiento Humanidad Nueva, que reúne personas que trabajan en ámbitos comunes: salud, economía, política, deporte, pedagogía.

Pero uno de los momentos más importantes será el encuentro con los jóvenes. De hecho el Movimiento en Hungría se prepara para acoger a 12.000 jóvenes de varios países, del 31 de agosto al 2 de septiembre de 2012, para la décima edición del Genfest. De este modo Budapest se convertirá en un laboratorio de unidad para el mundo entero. “Let’s bridge” es el título de la manifestación, que dará la posibilidad a los países de Europa del Este de “construir puentes” haciendo conocer sus propios valores y características. «Debería ser una gran fiesta– dijo María Voce a los jóvenes húngaros en esa ocasión-, debería dar una enorme alegría a los jóvenes que vendrán,… hacerles saborear que no hay nada más bello que la revolución evangélica. Porque revoluciones hemos visto también de otro tipo: en campo artístico, en campo musical… pero hay una sola revolución que ha cambiado nuestra vida y que puede cambiar la vida de muchos otros… la revolución del Evangelio, la única que Dios nos ha hecho realmente con esa fuerza… ¡hagamos todo lo posible para hacerla ver a los demás!».

¡Visita la página de Hungría en Focolar Worldwide!

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