“Todo lo que haces lo debes pensar en función del otro” – dice Micaela Gliozzi, investigadora farmacéutica de Calabria– “Trabajo en investigación preclínica, por lo tanto no sólo para obtener un resultado en sí, sino que estoy siempre proyectada al sentido que el trabajo tiene para quien está delante de mí”.
Felipe De Mato Miller, filósofo de Porto Alegre: “Estoy agradecido a Chiara Lubich por haberme donado su carisma que me inspiró a desarrollar, dentro de mi disciplina, la epistemología: una nueva pista de investigación sobre la dimensión relacional y social del conocimiento”
Lina O’Bankien, de India, en el campo de la economía, quien trabaja a menudo con el gobierno. El problema de la corrupción no es una sorpresa, sino que “He descubierto que puedo también yo contribuir en la construcción de un mundo mejor, junto con los demás, no sola”
De la epistemología, a los efectos sobre las enfermedades cardiovasculares, a la lucha contra la corrupción: ¿Qué tienen en común estos tres temas? Algunos pertenecen a investigadores, doctores, estudiantes, profesores, que provienen de todas partes del mundo, que participan en el Convenio internacional “Chiara Lubich Carisma historia Cultura”, que se desarrolló en Roma el 14 de marzo, y continúa en Castelgandolfo el día 15, en el 5° aniversario de la desaparición de Chiara Lubich. Tienen en común el descubrimiento de una espiritualidad que da vida a cada profesión y pensamiento.
Fueron más de 600 los participantes en el convenio, abierto a la consigna del nuevo Papa, pues recuerda el llamado de Chiara a la fraternidad, un término familiar a los focolarinos por la afinidad con la propia misión, la fraternidad encerrada en el “que todos sean uno” de Jesús (Jn, 17, 21), motivo inspirador del Movimiento.
Chiara tenía una gran pasión: el estudio – se menciona- que abandonó, “poniendo los libros en el altillo” para seguir a Dios y al Movimiento que estaba naciendo. Pero el carisma a ella confiado estaba destinado a florecer también en el aspecto cultural, como lo demuestran no sólo los numerosos títulos recibidos, sino los centenares de estudiosos allí presentes. Si bien, al comienzo de esta profundización, como declaran los organizadores del Centro de Estudios del Movimiento “Escuela Abbà”, se comienzan ya a ver reflejos en el conocimiento contemporáneo: por ejemplo en el tema ambiental, en el tema de la economía que trata de los bienes comunes, en la ley y los nudos de la política. Estos son los ámbitos elegidos en esta oportunidad.
La actual crisis ambiental es ilustrada por el filósofo científico Sergio Rondinara, esencialmente como una crisis antropológica, destinada a resolverse tal vez cuando el hombre recupere el significado de su relación con la naturaleza. Mientras que el economista Luigino Bruni, ofreció su visión de la Economía de Comunión como una nueva página de historia carismática, en la cual se puede superar la ‘tragedia de los bienes comunes’. Cuando el interés individual prevalece sobre los bienes comunes. Bruni indica en la atención a la pobreza una de las principales vías por recorrer. Derecho y política fueron temas afrontados por la abogada Adriana Cosseddu y por el politólogo Antonio Baggio.
Las raíces de la reflexión presentada en la jornada, van a fondo en una dimensión teológica y filosófica, dimensión ampliamente tratada en las intervenciones del prof. Piero Coda y de la socióloga Vera Araujo. En especial Coda enfrentó el “centro” de la doctrina de Chiara Lubich: la mirada a Jesús Abandonado, “la llaga que en aquellos años [el terror de la Segunda Guerra Mundial y de los totalitarismos ndr] secretamente habían expresado el anhelo de verdad y de justicia de hombres y mujeres (Bonhoeffer, Stein, Weil) que experimentan en toda su desplegada crudeza las consecuencias trágicas de aquella muerte de Dios…”
Maria Voce habla con una cierta emoción. Entre las aulas de esta universidad ella se contactó por primera vez con el ideal de Chiara, por el cual decidió jugarse toda la vida, y vuelve ahora como presidente de los Focolares, la primera en suceder a la fundadora. Habla de la “cultura de la resurrección”, como le gustaba definirla también a Chiara, una cultura que es fruto de la búsqueda del hombre contemporáneo: “una búsqueda tal vez sufrida y oscura, semejante a una noche epocal y colectiva, de la cual ella misma participó en su último tramo de existencia.. Pero al mismo tiempo, búsqueda, en la cual Chiara siempre supo captar el surgimiento de una cultura invadida por la luz, que, misteriosamente, pero realmente, brota cuando se pasa de la muerte hacia la Vida”
Intervinieron también el embajador de la UNESCO Savoia, algunos académicos provenientes de universidades extranjeras (Lombardi de Maracaibo, Gabriel de Viena, Pearce de Nueva York) e italianas (Amaldi de Milán, Scaraffia de La Sapienza de Roma). También el alcalde de la capital Alemanno, quien el mismo 14 de marzo dedicó una placa a Chiara Lubich, en la estación del metro Bi “Libia”, para subrayar su relación con la Ciudad Eterna.
Una impresión de la rica jornada nos llega de Brendan Leahy, obispo irlandés de Limerich, recientemente nombrado, y miembro de la Escuela Abbá en el sector eclesiología. “Somos muchos los que reflexionamos sobre la vida y la doctrina de una mujer que tuvo un carisma, del cual tal vez sólo hoy comenzamos a comprender su profundidad. Escuchando en este contexto cosas dichas por Chiara en el correr de los años, se captan las implicancias y cuán actual es su mensaje bajo el punto de vista de la unidad: aquel misterio de Jesús Abandonado que abre a Dios y abre al hombre a nosotros. Estamos entrando en una fase nueva de la historia tiamo entrando in una fase nuova della storiaen donde el cristianismo mismo se renueva mediante los carismas, hacia un futuro prometedor. Lo negativo existe y hay que reconocerlo, pero no es la última palabra”
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