“Quitarle peso a la ley del provecho y de la rentabilidad y volver a poner en el centro a la persona y al bien común”, dijo el Papa Francisco en modo terminante ante miles de desocupados durante su visita a Cerdeña. Son los “jóvenes desocupados, las personas que necesitan un subsidiado del Estado o que están en situaciones precarias, los empresarios y comerciantes que tienen dificultades para salir adelante” las que más tengo en mi corazón.
En este contexto de preocupante precariedad el Pontífice no duda en afirmar con fuerza que “no hay dignidad sin trabajo”. Le presentan algunos testimonios que quieren ser ya una respuesta a su llamado. Como el caso de la Cooperativa “Primavera 83” nacida por iniciativa de la Asesoría de Servicios Sociales de la Municipalidad de Cagliari, con el objetivo utilizar los fondos de una Ley Regional sobre la ocupación para dar trabajo a un grupo de chicos con problemas sociales, encomendándoles el cuidado de los jardines de las escuelas de la ciudad.
María Grazia Patrizi, a nombre de los empresarios sardos, cuenta: “Creamos una cooperativa que desde sus primeros pasos ha hecho de la cohesión y la coherencia su verdadero capital. Éramos jóvenes apasionados y tenaces; superamos muchos fracasos, volviendo a empezar todas las veces.
En 1993, la formación y el profesionalismo nos permitieron ganar la licitación del mantenimiento de las áreas verdes de nuestra ciudad, Cagliari. En 1994, “Primavera 83” presentó la propuesta de revalorar con un jardín el barrio San Elias, una aldea de pescadores que se había convertido en una zona marginal de la ciudad. Todos pensaban que invertir allí era desperdiciar el dinero, en cambio hoy ese jardín (diseñado, realizado y mantenido por “Primavera 83”) es uno de los más bellos de la ciudad. A menudo es utilizado con orgullo por sus habitantes, como espacio para hacer el álbum fotográfico del casamiento”.
En 1999, los socios y los empleados de “Primavera 83” que trabajaban en el mantenimiento de las áreas verdes de la ciudad de Oristán, hicieron una interpretación innovadora del contrato con los trabajadores, y decidieron regalar una parte de sus vacaciones para permitir a un colega que asistiera a su hijo que tenía una enfermedad crónica, sin que perdiera su salario
En el 2008, para festejar los 25 años de actividad, la cooperativa donó al Municipio de Cagliari la decoración de la rotonda ubicada frente al cementerio. La misma, está dedicada a los socios de “Primavera 83” que nos precedieron en el cielo en los años ’90, debido al SIDA.
“Hoy, después de 30 años de vida –prosigue María Grazia Patrizi- la cooperativa, que adhiere a la Economía de Comunión, da trabajo a 110 personas y trabaja en el mantenimiento de las áreas verdes dae otros municipios de la provincia, facturando más de 3 millones de euros. Competimos en el mercado con las más importantes empresas regionales del sector. Los convenios con servicios sociales territoriales, nos permiten incluir a un tercio de trabajadores “vulnerables”, entre ellos, personas con discapacidad y retraso mental, presos y drogadictos. Para nosotros la cooperativa social es una empresa que, mediante la solidaridad, responde a los criterios del mercado: profesionalismo, eficiencia y calidad; valora y responsabiliza el potencial de todos, socios y trabajadores.
En este momento de crisis –concluye la empresaria- sentimos que esta política de tratar de incluir a personas que no tienen requisitos de eficacia y eficiencia, se ha convertido en una ventaja para toda la sociedad, invirtiendo el financiamiento para la asistencia social a los desocupados, en un pilar para el desarrollo de Cerdeña».
Es una de las muchas respuestas a ese: “ánimo” que el Papa pidió a los sardos desocupados, un “un ánimo que surge desde dentro y que los impulsa a hacer de todo (…) para afrontar con solidaridad (…) e inteligencia este histórico desafío”.
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