Los jóvenes estudian sentados en troncos de árbol, usando como banco sus rodillas. Es lo que ocurre en la isla de Idjwi, en el centro del lago Kivu, en la zona oriental de la República Democrática del Congo. Por su ubicación, fue usada como plataforma para movimientos secretos de distintas tropas militares, en los recientes conflictos que afectaron al país. En la isla faltan muchos servicios entre ellos la conexión de corriente eléctrica y el transporte público. Los traslados de la población entre la isla y la tierra firme se realizan principalmente con piraguas que, por su inestabilidad, son causa de numerosos accidentes y muertes por naufragios. Esto marca un alto porcentaje de mortandad: las estadísticas expresan que existe una viuda o un huérfano en una familia cada cinco. La economía de la isla está basada en la agricultura y la pesca, En especial se cultivan frijoles (porotos), mandioca, cacahuetes (maníes), soja y café. Existen también criaderos de pollos, cabras; pavos y cerdos . En los últimos años, sin embargo, la producción agrícola disminuyó por varios motivos entre ellos el desgaste de la calidad del suelo, la escasa formación de los campesinos, la ausencia de semillas y de variedades de cultivos más resistentes a las plagas. Dada la situación económica, muchos jóvenes de la isla no tienen trabajo y perspectivas de futuro profesional. Las cuatro parroquias que existen tratan de responder a esta necesidad de la población local. En especial la de Bumpeta, en la parte septentrional de la isla, que cuenta con unos 76.000 habitantes. Es muy activa en la gestión de las escuelas primarias y secundarias y por ello recibieron un reconocimiento por parte del Estado congolés. Viendo la participación activa de la población en la promoción de la instrucción de los niños y de los jóvenes de la isla, la AMU encaminó un proyecto que apunta con convicción al futuro del país y que se propone sostener la parroquia de Bumpeta en el equipamiento del Instituto Cikoma. Se trata de una escuela superior con dirección pedagógica y social que forma a los futuros maestros y profesores de la isla. Una escuela que apunta al futuro pero que tiene que luchar con un presente marcado por el atraso, con una población a la que le cuesta salir de la pobreza. Casi 900 chicos y chicas asisten a la escuela. Están divididos en 14 clases. En algunas de las clases hay escritorios estropeados, en otras no hay ninguno. El proyecto prevé proporcionar a la escuela 308 pupitres, dado que éstos no existen. En este momento muchos estudiantes usan todavía como asientos los troncos de los árboles y como mesa sus rodillas, lo que ocasiona serios disturbios de postura en la columna y en el cuello. Una fábrica congolesa fabricará los pupitres y de este modo el proyecto contribuirá también a sostener las actividades productivas locales. La población de Bumpeta participa activamente en la realización del proyecto y se ocupará en especial del traslado de los mismos a la isla. Fuente: AMU online
Poner en práctica el amor
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