«La idea de constituir la Asociación Italiana de Empresarios para una Economía de Comunión (AIPEC), nace a principios del 2012, quizás en el peor momento de la crisis económica italiana. Es precisamente en este frangente que un grupo de empresarios adherentes a la EdC sienten que tienen que reaccionar. Como primer paso se trata de comprender juntos si existen márgenes de colaboración entre las empresas. En otoño de ese año tiene lugar el acto constitutivo con la aprobación, no sólo del estatuto, sino también del código ético; desde un inicio la asociación demuestra ser un vehículo para la difusión de la Economía de Comunión». Quien habla es el actual presidente, Livio Bertola, quien ilustra los objetivos y la breve historia de la asociación: «Los principales valores que la inspiran hacen referencia a una “cultura del dar”. Por eso cada socio se siente impulsado, no tanto a esperar algo para sí, sino más bien a ponerse en la disposición de entender cuánto puede hacer por los demás». ¿A quién se dirigen especialmente y cuáles son los objetivos de AIPEC? «Nos dirigimos a los empresarios, a trabajadores independientes, cooperativas y, en general, a todas las personas interesadas en una economía que tenga a la persona como centro: empleados, estudiantes, amas de casa, jubilados, desocupados, etc. En cuanto al objetivo de AIPEC de promover los valores de la Economía de Comunión, tratamos de realizarlo en distintas formas: por un lado, promoviendo en toda Italia momentos de encuentro con personas que quieren vivir mejor en su trabajo, organizando escuelas de economía civil con un enfoque especial para la nuevas generaciones; por otra parte, sosteniendo las actividades de los empresarios asociados y favoreciendo las sinergias que se pueden crear entre ellos». Se inspiran en los valores de la Economía de Comunión, dos palabras que parece que se contraponen… «De hecho, el empresario que adhiere a la EdC hace una elección que va contra la corriente. En el nombre de la Asociación hemos querido injertar la preposición “para”, con dos motivos: en primer lugar porque nos sentimos en un camino que llevará a una comunión más plena y ninguno de nosotros tiene la presunción de sentirse que ya llegó a la meta y, la segunda razón, no menos importante, porque la Economía de Comunión nació para los pobres; se destina a ellos una parte de las utilidades de la empresa, en la plena libertad de cada uno. Por eso sentimos la necesidad, nosotros empresarios, de ayudarnos, de colaborar realmente juntos: mediante la escucha recíproca, el apoyo, la atención al otro (empleado, cliente, proveedor, socio o incluso competencia), el compartir ideas, dificultades, talentos. Con una atención especial a los empresarios y trabajadores que, en estos años, están sufriendo en primera persona por las consecuencias de la crisis económica y social». ¿De qué forma se puede colaborar o adherir a su Asociación? «Pueden formar parte de nuestra red empresarios y profesionales, que consideramos socios ordinarios, pero también todas las personas que apoyan los valores de la EdC, que consideramos socios adherentes. Se puede colaborar con AIPEC con sólo visitar nuestra página que ofrece muchas otras informaciones sobre la vida de la asociación, las iniciativas y las posibilidades de difusión y conocimiento. Asociándose se puede llegar a ser parte activa de los proyectos en curso e idear juntos nuevos». ¿Hay proyectos en curso? «Nos hemos propuesto un nuevo objetivo ambicioso, ¡pasar en los próximos tres años de los actuales 200 a 6000 socios! Por lo tanto es fundamental la colaboración y el aporte personal, especialmente de quien ya conoce la EdC y quiere donar tiempo y energías para hacer crecer la “cultura del dar” en Italia y en el mundo».
Poner en práctica el amor
Poner en práctica el amor
0 comentarios