Ya en su octava edición, la marcha que forma parte del festival “Armonía entre los pueblos” no se detiene, ni siquiera con el Covid. Hablamos del tema con Antonella Lombardo, directora de la escuela de danza Laboratorio Accademico Danza (LAD) en la localidad de Montecatini (Italia) y promotora del evento. Los hemos visto en los lugares más disparatados en estos meses de pandemia: pianistas, violinistas, rockers, cantantes pop y de ópera en los techos, las plazas, los parques, manteniendo siempre la justa distancia. Todo ello para demostrar que nada ni nadie puede frenar la expresión artística, ni siquiera un virus mundial. Antonella Lombardo, directora artística de la escuela Laboratorio Accademico Danza de la ciudad de Montecatini, cerca de Florencia, está también muy convencida de todo esto. Ella es la creadora del festival “Armonía entre los pueblos”, que, desde hace quince años, promueve la idea de la búsqueda de la armonía posible a través del arte, como instrumento transversal y universal. La edición 2020 no se ha detenido ni siquiera con el Covid. ¿De qué manera se ha desarrollado el festival este año? La marcha “Armonia for peace” es uno de las citas principales del festival “Armonía entre los pueblos” y sabíamos que este año no íbamos a poder realizarla de la forma tradicional. El formato virtual era la única posibilidad para no detenernos y así la lanzamos el 12 de noviembre pasado. Dirigimos la invitación a los colegios del territorio en el que nos encontramos, pero también a otros sitios, fuera de Italia, para que realizaran vídeos que expresaran el significado de la paz. La respuesta fue increíble: a pesar de que muchos colegios ahora en Italia utilizan, a partir de un cierto nivel, la didáctica a distancia, los profesores sostuvieron el proyecto, los chicos respondieron con entusiasmo y todo asumió un valor superior, incluyendo también el punto de vista de la construcción de las relaciones. Los docentes colaboraron entre ellos, muchos cursos realizaron los vídeos que hemos subido a la página Facebook de la Asociación Cultural DanceLab Armonia y recibimos trabajos no sólo de Italia, sino también de otros países, como Francia y Jordania. Tomó forma así un maratón digital sumamente variado que dice “paz” en las formas artísticas y coreográficas más diversas. Del material que han recibido, ¿hay algo que te ha impresionado de un modo especial, y por qué? Ante todo nos impresionaron las interacciones que nacieron entre los chicos. No sabemos hasta dónde llegará todo esto y hoy tal vez lo más importante es el hecho que se hayan juntado para trabajar sobre lo que significa construir la paz. Con sus docentes tuvieron que elaborar ideas para poder realizar los vídeos; fueron a fondo en el sentido de la paz, en el hecho que no es un slogan y todo ello permitió excavar en el corazón de cada uno. Hasta incluso los funcionarios públicos de los Ayuntamientos de nuestro territorio que han visto nacer y crecer el festival “Armonía entre los pueblos” estaban muy entusiasmados, y nos dijeron que fue una de las actividades más bonitas que han marcado sus vidas. En definitiva, esas relaciones han sido lo más hermoso: relaciones profundas, basadas en la construcción del bien recíproco. ¿Qué proyectos tienen de ahora en más? En colaboración con la Custodia de Tierra Santa y en particular con el sostén del sacerdote Ibrahim Faltas y la Fundación Juan Pablo II estamos trabajando para realizar una escuela de danza en Belén. Este proyecto aspira a ser una espiral de esperanza para dar dignidad a muchos niños que, en esos territorios, son prisioneros a la intemperie. Otro proyecto es el del Campus Internacional de alta formación a la danza que tendrá sede en Italia pero que es internacional. Será un lugar de formación en el que el arte se hará instrumento para superar todo tipo de barrera; lo pensamos como un taller de formación para todos los jóvenes que quieran dejar una marca y usar este lenguaje para llevar la belleza a todas partes, incluso allí en donde pareciera imposible.
Stefania Tanesini
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