Dentro del programa de actividades para la Semana Mundo Unido 2022, el equipo de preparación de Cochabamba (Bolivia), en coordinación con la “Casa de los Niños” de la misma ciudad, organizó una visita a la Comunidad rural de Carpani. Carpani es una pequeña localidad de 250 habitantes, ubicada en la cabecera del altiplano boliviano (3.900 msnm), entre los departamentos de Cochabamba y Oruro. La invitación estaba dirigida a los jóvenes y también a todos los que se animaran a participar. Para llegar a la pequeña localidad de Carpani (a 135 km de Cochabamba), viajamos tres horas por carretera, asfaltada en gran parte, con la topografía de subida a la montaña, para luego tomar el desvío por carretera de tierra unos 15 km, y finalmente por un desvío secundario, casi camino de trocha, para llegar al pueblito con viviendas de adobe y ladrillo, enclavado en la montaña. “La etapa preparatoria al viaje, conllevó la recolección de varios materiales, como víveres, útiles escolares para la escuelita con una sola aula multigrado –sigue el relato Arístides, responsable de la ‘Casa de los Niños’–. Lamentablemente, está desatendida por las autoridades locales y nacionales que, incluso, quitaron el ítem de un profesor. Pero, desde hace muchos años, recibe apoyo de la ‘Casa de los Niños’ –inspirada también por el Ideal de la unidad– que trata de cubrir parte de las múltiples necesidades de la pequeña población, que se sostiene con la poca producción de papa y del pastoreo de sus pequeños rebaños de ovejas”. Gracias al apoyo de la comunidad del Movimiento de los Focolares en Cochabamba, se logró reunir buena cantidad del listado de las necesidades que el responsable de la comunidad de Carpani hiciera llegar con alguna anticipación. “El programa preparado para el día de visita –continúa Silvana Verdún–, fue muy sencillo: tuvo un momento de oración comunitaria en la pequeña capilla, en su idioma nativo (quechua, aunque también entienden y hablan español), conversatorio con los habitantes del pueblito en grupos de varones, mujeres y niños”. “Fue una experiencia muy rica de donación de las partes, y nos sentimos todos hermanos que se escuchan y apoyan, en la sencillez y calidez humana que ellos tienen, puros de corazón como el cielo que los cobija, e íntegros como son sus montañas que los circunda –cuenta Franc Moura–”. Como no podía faltar el broche de cierre del encuentro con la comunidad fue el momento de compartir el almuerzo al aire libre. Preparamos una mesa común con los alimentos que cada participante llevó y ellos nos ofrecieron el producto de su trabajo: “papas a la wathia”. Es una técnica propia de las comunidades rurales, que consiste en cavar un hueco en la tierra, cuya profundidad depende de la cantidad de los víveres a cocer; el hueco y los terrones sacados se calientan con brasas de leñas y carbón. Una vez alcanzada la temperatura adecuada, se colocan dentro los alimentos y se cubren con los terrones calientes y se deja todo tapado por un determinado tiempo. Fueron momentos hermosos que quedan grabados en nuestros corazones. Una familia de Cochabamba, en su primer viaje a Carpani, escribía: “Vivimos una experiencia, como familia, inolvidable. Cuando regresamos a casa nos sentamos a conversar sobre la experiencia vivida y la conclusión que sacamos fue de absoluta felicidad. Nos llenó de mucho orgullo conocerlos a todos ustedes voluntarios y a la comunidad de Carpani. Fue una verdadera bendición y nos gustaría seguir participando de otras actividades. Gracias por la oportunidad”. ¡El “mundo unido” avanza también en la pequeña Carpani!
Por Orlando José Zurita Vilte – Bolivia (De Ciudad Nueva Interamericana) Foto: © Franc Moura
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