“Estaba completamente desmotivado de mi profesión de ingeniero… Ahora descubrí la ingeniería bajo otra luz…”. “Estoy en segundo año de arquitectura. La universidad presenta la carrera en clave muy comercial, le falta el aspecto humano. Este curso superó mis expectativas”. Éstas son dos de las impresiones dejadas al finalizar el curso que reunió a unos 80 jóvenes universitarios latinoamericanos, en una intensa semana (25-30 de julio) en el Centro de Congresos de la Mariápolis Ginetta, próximo a San Pablo, Brasil. Esta iniciativa cultural promovida por el Centro Académico Latinoamericano Sophia ALC del Movimiento de los Focolares, presentó un proyecto innovador, muy bien expresado en su título: “Las bases teórico-prácticas del paradigma de la fraternidad: proyecciones en las ciencias sociales, políticas, económicas y culturales”. Los jóvenes latinoamericanos entraron en las llagas que aún hieren a sus pueblos: la crisis económico social, el drama de las poblaciones indígenas y las grandes problemáticas de la zona del Amazonas, la desigualdad social y la violencia que – como refirió el politólogo argentino Juan Esteban Belderrain- son dramas en los que América Latina registra la triste primacía a nivel mundial. En el año 2012 ascendieron a más de 140.000 los homicidios, la tercera parte de los registrados a nivel mundial, de los cuales más de 50.000 se cometieron en Brasil. Un fenómeno tristemente en crecimiento. En este trasfondo dramático, los jóvenes se sintieron fuertemente involucrados en profundizar la novedad cultural que se abre sobre sus propias disciplinas, poniendo en acción el paradigma de la fraternidad que compromete el pensamiento y la vida. Un solo ejemplo. Como explicó el profesor brasileño Marconi Aurelio e Silva, docente de Ciencias Políticas, con la aplicación de este paradigma, que ya está siendo experimentado desde hace 20 años, la política supera la dimensión conflictual. La mayoría y la oposición sienten que ambas partes se complementan pues en el adversario se reconoce una parte de la verdad y se activa la participación ciudadana. Este nuevo paradigma cultural, en estos días, fue vivido también en las relaciones interpersonales, entre los estudiantes de las diversas culturas latinoamericanas, entre los estudiantes y los profesores, en una dimensión interdisciplinaria y multicultural. Y no solo eso. Partiendo, los jóvenes se comprometieron además a detectar las mayores urgencias de sus ciudades, y, con el acompañamiento de los profesores, elaborar y poner en acción proyectos que tengan dimensión política, económica y social. En la conclusión, el profesor Sergio Rondinara, del Instituto Universitario Sophia (Italia), del cual Sophia Alc es la primera sucursal extra-europea, expresó una gran esperanza al percibir que en los jóvenes presentes existía “una muestra bellísima, cristalina, de los pueblos latinoamericanos que deja entrever potencialidades extraordinarias en el futuro de este continente”.
Poner en práctica el amor
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