«Hace tres meses que esta velada debía hacerse aquí. La locura de los hombres nos hizo cambiar de ruta». Así abre la velada Noufissa Boulif, musulmana, organizadora del evento: al día siguiente de los atentados de París del 13 de noviembre de 2015, Bruselas no se reconocía. Algunos de los terroristas implicados tenían allí su base, y por motivos de seguridad el concierto fue anulado y trasladado para el 20 de febrero de 2016. Un encuentro entre música y cultura musulmana y cristiana. Se convirtió en una plataforma de encuentro entre musulmanes, cristianos y también agnósticos, que creen en el diálogo y que, sabiendo recibir al otro descubren en él cualidades y virtudes escondidas. Pero no te parece que el riesgo ¿era igualmente alto para un evento islámico-cristiano justo en el centro de Bruselas?. Le preguntamos a Noufissa. «Si el concierto se pudo realizar es gracias a la increíble solidaridad entre musulmanes y cristianos, y seguramente bajo la divina protección. Afortunadamente todo el programa pudo desarrollarse sin incidentes o tensiones» El concierto fue dedicado a todos los niños que sufren, poniendo la velada «bajo el signo de la infancia y de la juventud, pero también bajo el signo de la diversidad que caracteriza nuestro país». Noufissa conoce y vive la espiritualidad de la unidad, nacida de Chiara Lubich desde hace más de veinte años. Ella quisiera testimoniar a todos que la fraternidad entre musulmanes y cristianos es posible aunque sean dos culturas a menudo antagonistas. En esta perspectiva organizó su primer concierto islámico-cristiano en el mes de octubre de 2014. https://vimeo.com/114886056 «Es un trabajo que lleva ya su tiempo», cuenta Noufissa. «Con mi marido y los hijos estamos involucrados en el diálogo interreligioso. Éste forma parte de nuestra vida. Para mí, como musulmana que lleva el velo, no es algo descontado el vivir en armonía con los demás, porque sientes que atraes las miradas curiosas o actitudes evidentes de desconfianza. Pero, cada vez, trato de acercarme al otro sin prejuicios, con la sonrisa. La Regla de Oro, que está presente en casi todas las grandes religiones, me ayuda muchísimo: “Nadie de ustedes es un verdadero creyente si no desee para su hermano lo que desearía para sí mismo” (Mahoma, Hadith 13 de al-Nawawi). Se pueden comprender las reacciones islamofóbicas y la influencia, no siempre constructiva de los medios de comunicación, pero estoy convencida, como musulmana, que es esencial superar todo esto. El profeta Mahoma, en un hadith subraya que “La sonrisa es una ofrenda” (es decir un don gratuito para el otro)». Volvamos al 20 de febrero de este año. Varios coros actuaron uno detrás del otro en el escenario: niños, jóvenes, cristianos y musulmanes, blancos y negros, de lengua holandesa o francesa- también éste es uno de los desafíos de Bélgica. “Rissala”, “Los pequeños coristas”, “Las Voces de los 4 Horizontes”, “L TOUCH”, un grupo de chicas musulmanas con capacidades diferentes. Hacia el final también estuvieron los “rapper” – “Mc Youns, Antis y Mamz-I”- que con sus palabras incisivas invitaban a todos a no desmayar, sino continuar creyendo en la vida. La asociación La luz del corazón nace despues de 25 años de compromiso en el diálogo interreligioso de Noufissa, y 10 años de servicio de una amiga suya musulmana que se encuentra ahora en cuidados paliativos. Juntas visitan a los enfermos en sus casas, yendo al encuentro de la sed de relación en esta fase particular de la vida. Con estas asociaciones, después de un año de duro trabajo para la preparación de “Fraternidad en coro”, están ya trabajando en un próximo evento islámico-cristiano que se realizará el 23 de abril, cuyo título es “Juntos con María”, en Bruselas, en la Catedral de Saint Michel.
Poner en práctica el amor
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