Se desarrolló un taller islamo-cristiano en el Centro internacional de Loppiano y la ciudad de Trento, que desmiente las actuales narrativas de odio y desconfianza entre las dos religiones. Trento, 7 de diciembre de 2018 – Acaba de concluir la Week of Unity, una semana de unidad, organizada por el Instituto Universitario Sophia (IUS) en común acuerdo con el Risalat International Institute de Qum (Irán) y el Centro para el diálogo interreligioso del Movimiento de los Focolares. Ni la fecha y ni el lugar fueron casualidad, como tampoco la conformación del grupo de investigación. La fecha marcada en el reloj de la historia era el de 75° aniversario de la decisión de Chiara Lubich de dedicar su vida a Dios, dejando todo para seguirlo. El grupo que celebró este aniversario estaba formado por unas cincuenta personas, jóvenes en su mayoría, musulmanes chiitas y católicos. De las más variadas proveniencias: Líbano, Egipto, Irán, Emiratos Árabes, Usa, Inglaterra, Canadá, Argentina, Italia. Todos protagonistas de esta Week of Unity, era el último paso de un proyecto nacido como una profecía: Wings of Unity, las alas de la unidad. Una iniciativa que tomó forma hace poco menos de tres años, pero que está marcada por un camino de más de veinte años de amistad del Prof. Mohammad Shomali y de su esposa Mahnaz con el Movimiento de los Focolares. Entre el Prof. Shomali y el Prof. Piero Coda, director del IUS, existe de hecho una amistad intelectual y de vida que ha llevado a un pequeño grupo de académicos de las dos religiones y de las dos realidades académicas a reflexionar sobre un tema crucial, la unidad de Dios y la unidad en Dios. En esta perspectiva, la sensibilidad musulmana al monoteísmo absoluto se abrió a la dimensión dialógica del Dios cristiano, en una reflexión entre varias voces, de quienes tienen pensamientos y tradiciones diferentes no para demostrar o imponer la Verdad, sino para caminar juntos hacia ella. Las lecciones de los profesores tocaron puntos neurálgicos tanto de la cultura del mundo globalizado como de las verdades fundamentales propuestas por ambos credos, pero la Semana de la Unidad fue sobre todo una experiencia de encuentro de corazones y mentes que llevó a los participantes a hacer una auténtica experiencia de shekinah, la presencia de la paz de Dio entre los fieles. La experiencia no quedó cerrada a los participantes sino que se abrió en dos preciosos momentos de intercambio. En la ciudadela de Loppiano el primero y en el Centro Mariápolis Chiara Lubich de Cadine (Trento), el segundo. Los presentes no sólo pudieron escuchar una experiencia que parecía desmentir clamorosamente la narrativa actual de las relaciones entre cristianos y musulmanes, que habla de temor, rechazo, invasión; pudieron hacer una experiencia profunda de enriquecimiento recíproco, en un clima de paz como testimonio interno de que es posible vivir y construir la “cultura del encuentro”, como la define el Papa Francisco.
Roberto Catalano
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