Movimiento de los Focolares
África: continente de esperanza

África: continente de esperanza

El continente africano está formado por 54 Estados. Está atravesado por el Ecuador y los trópicos de Cáncer y Capricornio, por lo que gran parte del territorio se ubica en la zona tórrida y se caracteriza por desiertos, sabanas y selvas tropicales. Es el continente con mayor superficie afectada por clima árido y cálido. Treinta millones de kilómetros cuadrados con aproximadamente mil cuatrocientos millones de habitantes.

Jesús Morán, copresidente del Movimiento de los Focolares, acompañado de algunos miembros del Centro internacional visitó algunos países del este y oeste del continente entre el 13 de enero y el 9 de febrero de 2025. Margaret Karram, presidente del Movimiento de los Focolares, se conectó en directo en nueve ocasiones, especialmente durante los días dedicados a los encuentros con las comunidades locales.

Un viaje que recordaremos durante mucho tiempo”, ha dicho Jesús Morán. “Este viaje ha quedado grabado en nuestros corazones”, añadió Margaret Karram “Muchos lo han definido como un ‘viaje histórico’. Yo todavía tengo presente, aunque los he visto a través de las conexiones, sus rostros, sus sonrisas, su decisión”. “Me ha impactado mucho el testimonio de las comunidades del Movimiento al vivir el Evangelio con radicalidad. Creo que pueden enseñarnos mucho”.

Costa de Marfil, Sierra Leona, Kenia, Ruanda, Burundi fueron las etapas de este viaje, pero a muchas de las reuniones asistieron muchas otras personas de varios otros países africanos.

Es imposible resumir la intensidad y riqueza de la vida que se vive en cada comunidad. Volvemos a proponer aquí una parte de la Conexión del 15 de marzo de 2025 en la que repasamos este viaje, una inmersión en la vida y la cultura del continente africano.

Llamados a la esperanza, protagonistas del diálogo

Llamados a la esperanza, protagonistas del diálogo

Del 26 al 29 de marzo de 2025, en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo (Italia), se celebrará el Congreso ecuménico cuyo título es: Called to hope – Key players of dialogue (Llamados a la esperanza, protagonistas del diálogo). Ha sido promovido por el Centro Uno, secretaría internacional para la unidad de los cristianos del Movimiento de los Focolares; participarán más de 250 fieles de 20 Iglesias cristianas provenientes de más de 40 países de 4 continentes, entre ellos Filipinas, Serbia, Bulgaria, Eslovaquia, Irlanda, Venezuela, Estados Unidos, etc. El evento será traducido en 15 idiomas y se transmitirá en directo on line.

El jueves 27 de marzo en Roma, en la Basílica de San Pablo Extramuros (a las 16:00 h.), está prevista una oración ecuménica de reconciliación y por la paz, abierta a todos.

En el programa del congreso se profundizarán, además, los tres eventos y aniversarios que se celebran este año: en el contexto del Año Jubilar “Peregrinos de la Esperanza” de la Iglesia Católica, recordaremos los 1.700 años del Concilio de Nicea, la coincidencia de la fecha de celebración de la Pascua para todas las Iglesias, y los 60 años desde la abolición de las excomuniones recíprocas entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Constantinopla.

Entre las personalidades ecuménicas presentes intervendrán: Mons. Andrea Palmieri, Subsecretario del Dicasterio vaticano para la Unidad de los Cristianos; Mons. Derio Olivero, Presidente de la Comisión episcopal para el ecumenismo y el diálogo de la Conferencia Episcopal Italiana; Prof. Dr. Martin Illert, representante del Consejo Mundial de las Iglesias (CMI); Arzobispo Khajag Barsamian, representante de la Iglesia apostólica armenia ante la Santa Sede, Dra. Natasha Klukach, Directora de Investigación y Operaciones del Foro Cristiano Global; Dr. William Wilson (en video mensaje), Presidente de la Fraternidad Mundial Pentecostal; Dra. Elisabeth Newman de la Alianza Bautista Mundial, Dra. Margaret Karram y Dr. Jesus Morán, Presidenta y Copresidente del Movimiento de los Focolares.

¿Por qué es urgente trabajar por el ecumenismo?

En este tiempo de divisiones y grandes retos –guerras, flujos de refugiados en todo el mundo, injusta distribución de la riqueza, daños casi irreversibles al ecosistema terrestre─ como cristianos estamos llamados a testimoniar juntos la esperanza del Evangelio y a ser protagonistas de diálogo y unidad, comprometiéndonos a vivir juntos por la paz, a construir fraternidad, a difundir esperanza. La unidad de los cristianos es determinante para restaurar la paz allá donde falta.

Stefania Tanesini

“Si contemplo Roma…”

“Si contemplo Roma…”

Una exposición dedicada a Chiara Lubich (1920-2008), testigo e inspiradora del valor universal de la fraternidad. Una etapa para quienes estén en Roma en este año jubilar. En el centro de la exposición está el tema de la ciudad, como lugar privilegiado para construir relaciones fraternas, abiertas al mundo. La exposición multimedia ha sido realizada por el Centro Chiara Lubich con la Fundación Museo histórico del Trentino.

El sábado 15 de marzo de 2025, a partir de las 18:30 horas, tendrá lugar la inauguración de la exposición con un momento artístico inspirado en la ficción “Chiara Lubich – El amor lo vence todo” (dirigida por Giacomo Campiotti). Participará el maestro Carmine Padula e interpretará en el piano las piezas que compuso para la banda sonora de la película. Seguirán lecturas teatrales de algunos textos de Chiara Lubich, así como un diálogo sobre algunas secuencias de la ficción, con Saverio d’Ercole, productor creativo de Eliseo Entertainment.

El domingo 16 de marzo de 2025, por la tarde, tendrá lugar un momento dedicado a los jóvenes a partir del texto de Chiara Lubich de octubre de 1949 “Resurrección de Roma”. A continuación, un concierto de piano ofrecido por el maestro Paolo Vergari.

Del 15 de marzo de 2025 al 31 de enero de 2026, la exposición estará abierta de martes a domingo, de 10:00 a 17:00, previa reservas hasta las 20:00 en el Focolare Meeting Point (Via del Carmine, 3 – Roma).

Habrá jóvenes guías disponibles previa solicitud para acompañar a los visitantes.

Información

En oración por el Papa Francisco

En oración por el Papa Francisco

La presidenta del Movimiento de los Focolares, Margaret Karram, ha enviado al Santo Padre un mensaje en el que le asegura su afectuosa cercanía y ferviente oración.

“Pido a la Virgen que le haga sentir su amor maternal y esa ternura que usted siempre nos recomienda tener por el bien de cada prójimo y de cada pueblo”, escribió la Presidenta.

“Infinitamente agradecidos por su vida completamente entregada a Dios y al bien de la humanidad” –añade– “le envío el abrazo de todo el Movimiento de los Focolares en el mundo, que constantemente reza y ofrece por usted”.

Foto: © Raffaelle OreficeCSC Audiovisivi

Proximidad y libertad

Proximidad y libertad

Margaret, ¿por qué has elegido la proximidad como tema del año para el Movimiento de los Focolares?

Me preguntaba en qué mundo vivimos y me parece que en este momento de la historia hay mucha soledad y mucha indiferencia. También hay una escalada de violencia, de guerras que ocasionan tanto dolor en todo el mundo. Además, pensé en la tecnología que nos ha conectado con modos nunca antes conocidos, pero al mismo tiempo nos hace cada vez más individualistas. En un mundo como este creo que la proximidad pueda ser un antídoto; una ayuda para superar estos obstáculos y curar estos “males” que nos alejan a unos de otros.

¿Por dónde podemos empezar?

Llevo meses haciéndome esta pregunta. Me parece que necesitamos volver reaprender a acercarnos a las personas, reaprender a mirar y tratar a todos como hermanos y hermanas. Sentí que antes que nada tenía que hacer un examen de conciencia sobre mi actitud. Las personas a las que me acerco cada día ¿son para mí hermanos, son hermanas? ¿O soy indiferente hacia ellos o incluso los considero enemigos? Me hice muchas preguntas. He descubierto que a veces quiero evitar a una persona, porque posiblemente me moleste, me incomode o quiera hablarme de situaciones difíciles. Por todo esto, mi reflexión sobre la proximidad ─que presenté a mediados de noviembre a los responsables del Movimiento de los Focolares─ la titulé así: “¿Quién eres tú para mí?”.

¿Podrías decirnos algunas de las principales ideas que has desarrollado bajo este título?

Con gusto. Mencionaré cuatro reflexiones. La primera proximidad que experimenta nuestra alma es la del contacto con Dios. Es Él mismo quien se transmite a nuestros prójimos a través de nosotros. El deseo de amar al otro es un movimiento que de Dios en mí quiere ir hacia Dios en el otro.

Una segunda reflexión: la proximidad es dinámica. Exige una apertura total, es decir, acoger a las personas sin reservas; entrar en su forma de ver las cosas. ¡No estamos hechos en serie! Cada uno de nosotros es único, con un carácter, una mentalidad, una cultura, vida e historia diferentes. Reconocer y respetar esto nos pide salir de nuestros esquemas mentales y personales.

Hablabas de un tercer aspecto…

Sí. El tercer aspecto que quiero subrayar es que la proximidad no necesariamente coincide con la cercanía, con el ser semejantes, con la pertenencia a un mismo horizonte cultural. La parábola del buen samaritano (Lucas 10,25-37) lo expresa muy bien. Me llamó la atención la actitud del samaritano: el hombre que había caído entre los bandidos era una persona desconocida para él, incluso de otro pueblo. Era una persona distante tanto por cultura como por tradición. Pero el samaritano se hizo su prójimo. Este es el punto clave para mí. Cada uno tiene su dignidad, más allá del pueblo y de la cultura de donde proviene o de su carácter. El samaritano no se acercó solo para ver si esta persona estaba herida y después alejarse o en cualquier caso pedir ayuda. Se hizo prójimo y cuidó a la persona. El cuarto aspecto…

… sería…

…dejarnos herir. Para que la proximidad produzca frutos, nos pide a cada uno no tener miedo y dejarnos herir por el otro.

Esto significa: dejarnos cuestionar, exponernos a preguntas para las que no tenemos respuestas; estar dispuestos a mostrarnos vulnerables; quizás presentarnos como débiles e incapaces. El efecto de tal actitud puede resultar sorprendente. Imagínese, un niño de nueve años me escribió que para él la proximidad significa “levantar el corazón del otro”. ¿No es este un maravilloso efecto de la proximidad? Levantar el corazón de los demás.

¿Qué cambiaría en el Movimiento de los Focolares si viviéramos bien la proximidad?

Si realmente la vivimos bien cambiarán muchas cosas. Lo deseo, lo espero y rezo para que así sea. Pero también quiero subrayar que muchos en el Movimiento de los Focolares ya viven la proximidad. Hay innumerables iniciativas, muchos proyectos en favor de la paz y de ayuda a los necesitados. Incluso hemos abierto focolares para dar asistencia y acogida a los inmigrantes o para el cuidado de la naturaleza.

¿Y qué debería cambiar?

La calidad de las relaciones entre las personas. A veces es más fácil tratar bien a las personas ajenas al Movimiento y es más difícil entre nosotros que somos parte de una misma familia. Corremos el riesgo de vivir entre nosotros relaciones de “buena educación”: no nos lastimamos, pero, me pregunto, ¿es esta una relación auténtica?

Por eso espero que, más allá de los proyectos, la proximidad se convierta en un estilo de vida cotidiano; que nos preguntemos varias veces durante el día: ¿Estoy viviendo esta proximidad? ¿Cómo la vivo? Una expresión importante de la proximidad es el perdón. Ser misericordiosos con los demás y con nosotros mismos.

¿Qué mensaje contiene para la sociedad?

La proximidad no es solo una actitud religiosa o espiritual, sino también civil y social. Es posible vivirla en cualquier ámbito. En el campo de la educación por ejemplo o de la medicina, incluso en la política, donde quizás sea más difícil. Si la vivimos bien, podemos tener una influencia positiva en las relaciones allí donde estemos.

¿Y para la Iglesia?

La Iglesia existe porque con la venida de Jesús, Dios se hizo prójimo. La Iglesia, las Iglesias, están llamadas, por consiguiente, a dar testimonio de una proximidad vivida. Recientemente la Iglesia católica vivió el Sínodo. Pude participar en las dos sesiones en el Vaticano. Éramos más de 300 personas, cada una de una cultura diferente. ¿Qué hicimos? Un ejercicio de sinodalidad, un ejercicio de escucha, de conocimiento profundo, de acogida del pensamiento de los demás, de sus desafíos y de sus dolores. Todas ellas son características de la proximidad.

El título del Sínodo era “Caminar juntos”. Este camino involucró a muchas personas en todo el mundo. El logo del Sínodo expresó el deseo de ampliar la carpa de la Iglesia para que nadie se sienta excluido. Me parece que este sea el verdadero significado de la proximidad: que no se excluya a nadie; que todos se sientan acogidos, tanto los que frecuentan la Iglesia como los que no se reconocen en ella o los que incluso se han alejado por diversos motivos.

Me gustaría mencionar por un momento los límites de la proximidad. ¿Cómo vivirla bien?

Es una pregunta importante. ¿Hay límites a la proximidad? Como primera respuesta diría que no debería haber límites.

¿Pero?

No podemos estar seguros de que lo que para nosotros, o para mí, es cercanía y solidaridad, lo sea para el otro. En una relación nunca puede faltar el respeto a la libertad y a la conciencia del otro. Estas dos cosas son esenciales en toda relación. Por eso es importante que cuando nos acerquemos a una persona, lo hagamos siempre con delicadeza y no como algo que se impone. Es el otro quien decide cuánta y qué tipo de proximidad quiere.

Hay mucho que aprender, ¿verdad?

Absolutamente sí. Hemos cometido varios errores. Pensando que amábamos al otro, lo hemos herido. Por el deseo de comunicar nuestra espiritualidad hemos construido relaciones en las que el otro no siempre se sintió libre. A veces me parece que, con la buena intención de amar a una persona, la hemos aplastado. No hemos tenido suficiente delicadeza y respeto de la conciencia del otro, de la libertad del otro, del tiempo del otro. Y esto ha llevado a ciertas formas de paternalismo e incluso de abusos.

Sin duda es una situación muy dolorosa la que estamos afrontando y en la que las víctimas tienen una importancia única, verdaderamente única. Porque solos no logramos entender suficientemente lo que sucedió. Son las víctimas las que nos ayudan a comprender los errores que cometimos y a tomar las medidas necesarias para garantizar que estas cosas no vuelvan a suceder.

¿Un último deseo?

Espero que este tema pueda devolvernos a la esencia de lo que Jesús mismo nos dio en el Evangelio. Él nos dio muchos ejemplos de lo que significa vivir la proximidad.

Hay un pensamiento de Chiara Lubich que resonó muy fuertemente en mí al pensar en este tema. Dice: “Hay quienes hacen las cosas ‘por amor’, y hay quienes hacen las cosas tratando de ‘ser Amor’. El Amor habita en Dios y Dios es Amor. Pero el Amor que es Dios, es luz, y con la luz vemos si nuestra forma de acercarnos y servir a nuestro hermano está en conformidad con el Corazón de Dios, así como nuestro hermano lo desearía, como soñaría si a su lado no estuviésemos nosotros, sino Jesús”.

Gracias de corazón, Margaret, por tu pasión por la proximidad vivida con decisión y respeto.

Peter Forst
(Publicado en la revista Neu Stadt)
Foto: © Austin Im-CSC Audiovisivi