Movimiento de los Focolares
La Cuba que soñamos

La Cuba que soñamos

«El domingo 12 de agosto se concluyó el primer Genfest de Cuba, ¡un sueño custodiado en nuestros corazones, un sueño que habíamos confiado a Dios  y que Él hizo realidad!» escriben los Jóvenes por un Mundo Unido cubanos. La Habana se vió inundada por jóvenes de toda la isla que llegaron para el Genfest, un evento con “muchas primicias”. De hecho –escriben- hasta ahora «nunca habíamos logrado realizar en Cuba una manifestación de estas dimensiones, obteniendo los permisos necesarios de la Oficina del Partido para las relaciones con los organismos religiosos, de quienes recibimos una óptima colaboración. Fue realizado con la ayuda de artistas y profesionales quienes con pasión, dedicación y total entrega ante las enormes dificultades dieron armonía y belleza al contenido propuesto por los jóvenes, después de meses de consultas. El evento inaugural se desarrolló en el centro histórico de la ciudad, donde el Papa Francisco en septiembre de 2015 invitó a los jóvenes cubanos a llevar adelante “la amistad social” con todos y entre todos, “para construir la Cuba que sueñan”. El sábado 11 de agosto los participantes profundizaron el tema “Beyond all borders” (Más allá de las fronteras) a través de 9 talleres, sobre economía social y Economía de Comunión, ecumenismo, relaciones interpersonales, habilidades necesarias para construir la paz, posmodernismo, etc. «En la tarde, en un famoso cine de la ciudad, con alrededor de 600 participantes, se dio testimonio a través del arte y de experiencias de vida que vale la pena vivir por un mundo más unido. Un momento profundo fue la interpretación de una actriz de la figura de Chiara Lubich y de su pensamiento sobre el dolor que genera vida, el secreto para ir “más allá de toda frontera”. «Ha sido la experiencia más bella de mi vida -escribió una joven- en donde la unidad y el amor son la esencia de una forma de vida que construye un mundo más unido. Han logrado despertar mi fe y la esperanza». «Para nosotros que hemos trabajado en su realización durante casi un año -dijo uno de los organizadores- ha sido un largo camino, con no pocas dificultades, dadas las condiciones del país. Pero nunca faltó la ayuda de la ‘Providencia’ que llegó en el momento justo para animarnos y darnos los recursos: desde Corea del Sur, de Colombia, Bulgaria, Italia, México, Puerto Rico, Canadá, Filipinas… ». «Nos lanzamos a hacer cosas que no habíamos hecho nunca: cantar, bailar, presentar desde el palco, contar nuestros testimonios superando la timidez y el respeto humano. Aprendimos a escucharnos más, a no imponer nuestras opiniones, sino a hacer nacer las ideas juntos. Concretamente hemos aprendido a querernos». «El Genfest ha sido una explosión de amor y de unidad que revolucionaron nuestra ciudad», dicen. Y uno de los participantes: «Estamos haciendo historia, no la que queda en los libros, sino en el alma de todos nosotros que pensamos, trabajamos y participamos en el Genfest. Permanecerá en la memoria de esa Habana Vieja, hoy renacida gracias a los Jóvenes por un Mundo Unido». «Ha sido muy bella y fructífera –escriben- la colaboración con otros Movimientos, con la Pastoral Juvenil, con el Consejo de las Iglesias de Cuba». Y concluyen: «El Genfest de Cuba hizo honor a su objetivo, ir “más allá de las fronteras”, superando las graves dificultades durante la preparación por la dimensión que había alcanzado. Una demostración que para Dios nada es imposible. Llevando adelante una revolución de amor en todo el mundo, y tantas personas que no conocían nuestro sueño han sido testigos. «Agradecemos a todos los que han creído en esta locura y que nos han acompañado con su apoyo y recursos en esta aventura, ¡qué profunda alegría saber que somos parte de una familia tan grande!».  

Emergencia en Kerala

Una gran masa de damnificados, a la espera de poder regresar a sus casas, que todavía están sumergidas por las devastadoras inundaciones que tuvieron lugar en Kerala, está refugiada por el momento en 3800 campamentos. Los operativos de socorro y asistencia se están llevando adelante en medio de grandes dificultades, debido al aislamiento de algunas zonas. En ciertos casos, la comida y el agua son lanzados desde los helicópteros, porque las calles y los puentes quedaron destruidos. De la comunidad local de los Focolares escriben: «Estamos regresando de Trichy (a más o menos 300 Km de Kerala), donde tuvo lugar la Mariápolis con las personas de los grupos de la Palabra de vida, esparcidos en un radio de 120 Km. Pero teníamos en nuestro corazón a las personas de Kerala afectadas por las fortísimas lluvias. Todavía estamos en el período de los monzones, el viento caliente provoca estos tifones tropicales. De lo que sabemos las personas del Movimiento están bien. Estaba programado un retiro para los sacerdotes de Trivandrum (en el sur de Kerala), pero lo tuvimos que cancelar porque no es seguro viajar y también porque muchos sacerdotes que habían confirmado su participación se han visto involucrados en la tragedia. Durante el fin de semana, en nuestras comunidades locales se comprometieron a recoger víveres y objetos de primera necesidad para enviar a las zonas afectadas. Contamos con sus oraciones». También el Papa Francisco rezó por las víctimas y para que “no le falte a estos hermanos nuestra solidaridad y la ayuda concreta de la comunidad”. Para quien quiera colaborar, se activaron las siguientes cuentas corrientes:  

Acción por un Mundo Unido OSFL (AMU) Acción para Familias Nuevas OSFL (AFN)
IBAN: IT58 S050 1803 2000 0001 1204 344 del Banco Popolare Etica IBAN: IT55 K033 5901 6001 0000 0001 060 del Banco Prossima
Código SWIFT/BIC: CCRTIT2T Código SWIFT/BIC: BCITITMX
MOTIVO : Emergencia Kerala (India)
Los aportes depositados en ambas cuentas corrientes con este motivo serán administrados en forma conjunta por AMU y AFN. Para estos donativos están previstos beneficios fiscales en muchos países de la Unión Europea y en otros países del mundo, según las distintas normativas locales.
Accidente grave en el hospital de los Focolares en el Congo.

Accidente grave en el hospital de los Focolares en el Congo.

«Pidámosle al Padre que acoja en su Reino de paz a los que perdieron la vida en este grave accidente y encomendemos a su amor a los heridos y a quien ha quedado afectado». Así escribe María Voce, presidente del Movimiento de los Focolares, a las comunidades de la República Democrática del Congo (RDC), tras el grave accidente acaecido el 28 por la mañana en la ciudad de Limate (al norte de Kinshasa). Un silo que contenía toneladas de trigo, de propiedad de la FAB Congo, industria productora de harina, se derrumbó sobre una parte del hospital Moyi mwa Ntongo y sobre una empresa adyacente. Bajo el peso de los escombros perdieron la vida algunas personas, entre las cuales Valentine, miembro de los Focolares, encargada de los servicios de lavandería, mientras las otras víctimas son de los edificios aledaños. «Se constató una competencia de solidaridad para ayudar a encontrar el cuerpo – escribe Aga Kahambu, en nombre de la comunidad de los Focolares – en donde la policía, la Cruz Roja y varios voluntarios trabajaron sin pausa. Algunas de las víctimas son dependientes de la FAB, pero el número de las mismas es aún impreciso. Es un fuerte dolor para todos, pero la unidad y la solidaridad de muchos nos ha sostenido». Según los titulares del local Actualite.cd “el balance es provisorio, porque el accidente sucedió en una “hora pico”, y destaca: “los significativos daños a la estructura, con la destrucción de los sectores de radiología, diagnóstico y otros servicios”. Construido en 2006 y dirigido por el Movimiento de los Focolares, el centro médico Moyi mwa Ntongo está considerado como un polo de excelencia con 55 camas. Surgió para el tratamiento de la ceguera infantil, pero luego englobó otros proyectos, como la lucha contra el HIV y el SIDA. Además es un modelo de acción humanitaria internacional; de hecho para sus funciones médicas y paramédicas se vale de especialistas y personal local, que se formó tanto en el Congo como en Europa. En 2016, a diez años de su fundación, se dotó de un moderno sector de maternidad y neonatología, servicio esencial en un país que tiene un índice de mortalidad infantil y maternal de los más altos del mundo. El sector, que afortunadamente se salvó del derrumbe, fue realizado gracias a la contribución de personas y agencias relacionadas con el Movimiento de los Focolares, como la Fundación Giancarlo Pallavicini y las señoras Albina Gianotti y Vittorina Giussani, financiadores del Centro médico desde sus inicios, y por AMU Luxemburgo y AECOM Congo, junto a otros benefactores.

Un pueblo en fuga

Un pueblo en fuga

«Según datos confiables sólo en la jornada del 11 de agosto 5100 venezolanos cruzaron la frontera entre Ecuador y Perú, una cifra que supera la alcanzada en mayo pasado, cuando en un solo día se registraron 3700 nuevos ingresos. Por este motivo Ecuador se ha declarado en estado de emergencia migratoria». Roggero, nacido en Venezuela, de padres italianos, conoce bien América Latina donde ha vivido 40 años. Desde el 2015 reside en la capital peruana. No sólo Brasil, Colombia, Ecuador y Perú sino también países más lejanos como Chile, Argentina e incluso Uruguay ser han convertido en destinos de este éxodo masivo, que según muchos observadores, podría llegar a provocar una de las mayores crisis humanitarias de las últimas décadas. La nueva normativa de ingreso a Ecuador y Perú, impuesta desde hace pocos días a los ciudadanos venezolanos, requiere que presenten un pasaporte, que actualmente es imposible de obtener, en lugar de la cédula de identidad como se hacía antes. «Se trata de una realidad difícilmente comprensible si no se ha vivido en primera persona. Los venezolanos que han llegado a Perú se calcula que podrían ser 400.000; escapan de un país qué se desmorona ante una crisis gravísima donde falta todo. Están aquí en busca de un trabajo para mantener, a costo de grandes sacrificios, al resto de la familia que se quedó en Venezuela. Están dispuestos a todo, a menudo pasan hambre, trascurren hasta 3 ó 4 horas al día en un autobús para ganar unos pocos dólares. Muchos duermen a la intemperie y pasan frío porque no tiene ni siquiera una cobija y se duchan con agua fría. Pero, por lo menos, saben que quien se quedó en Venezuela (esposa, hijos, hermanos, abuelos) tienen un techo y una forma para sobrevivir con los pocos dólares que les envían. Hoy por hoy, las remesas que llegan del exterior son un rubro importantísimo en la economía venezolana». Mientras tanto, la comunidad de los focolares desde hace varios meses trata de acoger a las personas que están llegando, que se conocen a través de parientes, amigos y de las más variadas circunstancias. “Lo importante para nosotros -dice Silvano- es que encuentren un clima de familia. Y si es posible, compartimos comida, ropa, medicinas, una cobija o las indicaciones necesarias para obtener la visa temporal. El 12 de agosto nos encontramos por tercera vez en el focolar de Lima, junto al Centro Fiore que es una de nuestras sedes operativas. Éramos 23 personas de las cuales dos tercios eran venezolanas. Comenzamos, para quién lo quiso, con la misa. Después ofrecimos un almuerzo en dos grandes mesas. Antes de despedirnos, vimos una presentación en video de Chiara Lubich, porque la mayoría de los presentes no conocía el Movimiento. Un momento que es siempre conmovedor fue el dedicado a la distribución de ropa, que generosamente la comunidad local había recogido. Nos reímos mucho cuando uno de los presentes vio que el otro se probaba su chaqueta pensando que estaba disponible. Esta inusual alegría cubría realidades muy duras y todo tipo de historias dolorosas, vividas antes, durante y después de la fuga de Venezuela. Hablar y escuchar al respecto es para ellos un momento de liberación. A alguno que tenía una situación de emergencia le pudimos ofrecer que mientras estábamos allí utilizara la lavadora. Un par de rockeros, amigos de uno de los invitados, que llegaron ahí por casualidad. Al despedirse estaban impresionados por la relación que habían visto entre todos nosotros y nos definieron como “personas de calidad”. Parece que esta definición, en el mundo de los rockeros, al menos en Venezuela, es el máximo elogio posible. Y no terminó aquí: de parte de quien menos esperábamos surgió la invitación a hacer una oración final. ¡Todos en círculo, tomados de la mano, fue realmente significativo. Esa misma noche supimos que la ONU estima que 2.3 millones de venezolanos ya han escapado de su país desde el inicio de la crisis, por lo tanto todavía hay mucho trabajo por hacer y por bastante tiempo».

Educar a los hijos: alegría y desafío

Educar a los hijos: alegría y desafío

Casados desde hace 31 años, con cinco hijos y esperando la primera nieta, Gianni y María Salerno tendrían muchas historias para contar y también sugerencias prácticas para brindar, especialmente a las parejas más jóvenes, acerca del tema de la educación de los hijos. Pero con su aporte al panel sobre la “alegría y los desafíos de los padres al educar hoy”, tema central del encuentro de Dublín, que está afrontando, en un clima de fiesta y oración, temas importantes – como el rol de la tecnología en la familia, la relación con la fe, las múltiples conexiones con el trabajo, la economía, el ambiente – han querido hacerse portavoces del patrimonio de vida y experiencia vivida en tantos años por las Familias Nuevas de los Focolares, de las cuales, desde hace dos años, son responsables. Una “familia de familias”, que bebe de la espiritualidad de la unidad de Chiara Lubich, y la tiene como una brújula que marca el norte en el camino de la vida, arduo a veces. Entrevistados por el diario católico “Avvenire”, Gianni y Maria sintetizaron su mensaje en Dublín: «Quisiéramos subrayar algunas “palabras clave” que nos parecen muy útiles en la relación con los hijos y que pueden ser vividas en todas partes, en todos los países del mundo, independientemente de la cultura a la que pertenecemos. La primera es desapego. Los hijos no son nuestros, son ante todo hijos de Dios. Es una actitud que impulsa a buscar su bien, en el respeto de la libertad de cada uno, ayudándolos a descubrir el plan de Dios para su felicidad. Otra palabra central es acompañamiento: haciendo sentir nuestra cercanía, los hijos pueden afrontar las dificultades sin sentirse solos, y se forman de esta manera a la responsabilidad, al compromiso, al entrenamiento constante de la voluntad. Hay también un verbo que siempre ha sido fundamental, en la experiencia nuestra y en la de tantas familias en todo el mundo con las que estamos en contacto. Ese verbo es recomenzar. Cuando nos equivocamos, cuando hay dificultades o el amor disminuye, podemos siempre poner un punto y recomenzar, pidiendo disculpas si tal vez hemos exagerado en una reprimenda, que muchas veces para los padres es más una ocasión de desahogo que una intervención educativa». «Debemos tratar de entrar siempre en lo que los hijos están viviendo. Habitualmente usamos una expresión, ponerse en sus zapatos, que expresa el deseo de los padres de sentir en la propia piel sus emociones, miedos y dificultades, ejercitando una escucha profunda y acogedora, antes de dar respuestas apresuradas. El ejemplo, la compartición y el diálogo son fundamentales: en una familia se tendría que poder hablar de cualquier tema y los padres tendrían que estar al juego, captando con sus antenas los mensajes incluso no verbales lanzados por los hijos que a veces, especialmente en edad adolescente, suenan como verdaderas provocaciones. Además: dedicar su tiempo. Requiere mucha fatiga, tal vez de noche, al terminar una jornada de trabajo, especialmente cuando las ideas no coinciden. Deberíamos dejarnos interpelar sin miedo por ellos y por su “mundo”, incluso cuando llegan preocupaciones de distinto tipo en la salud, las compañías que frecuentan, la escuela o el futuro. Cuando ello se da nosotros tratamos de atesorar un consejo precioso: el de ocuparse y no preocuparse, para evitar que nuestra ansiedad los vuelva más inseguros y menos libres. Lo que siempre podemos hacer, al final, es rezar por ellos, confiándolos al amor de Dios. Hay casos en los que los hijos se vuelven rebeldes, rechazan la relación con los padres, poniendo en acción comportamientos violentos, opciones discutibles, a veces graves. Esto hace sufrir y desestabiliza. La herida del fracaso educativo quema y nos preguntamos como padres: ¿dónde nos hemos equivocado? También en estos casos debemos recordarnos que somos padres para siempre, y que la puerta de nuestro corazón hay que mantenerla siempre abierta. No es fácil, pero podemos tomar como ejemplo para imitar a Jesús Crucificado y abandonado, que ofreció su dolor, transformándolo en Amor. Como él, nosotros también podemos transformar nuestro sufrimiento si seguimos amando concretamente a nuestros hijos y a cada prójimo que pasa a nuestro lado, en la certeza de que al final el Amor vencerá».