Movimiento de los Focolares
Amar, recomenzar, compartir

Amar, recomenzar, compartir

«Estoy realmente contenta de vivir aquí el Genfest con ustedes y con aquellos que están conectados. ¡Los saludo con todo el corazón! Soy testigo de la relación de Chiara con miles de jóvenes de todo el mundo: su diálogo con ellos siempre ha sido apasionante, abierto, sincero, caracterizado por la confianza. Era exigente así como lo son ustedes y estaba convencida de que las nuevas generaciones, que tienen en el corazón el ideal de la unidad, forman a hombres y mujeres nuevos que irradian esta luz, testimoniando que el mundo unido es posible, porque está ya presente y vivo entre nosotros, como hoy aquí. También yo he tenido la fortuna de conocer a jóvenes de todas partes del mundo y siempre me ha fascinado y enriquecido su vitalidad, creatividad, valentía. Chiara los ha retado a ser hombres y mujeres de la unidad, que logran llevar en su corazón los tesoros característicos de cada cultura y donarlos a los demás: mujeres y hombres mundo. En el Genfest de 2012 ustedes lanzaron un proyecto ambicioso, el Proyecto Mundo Unido. En estos años han llevado adelante muchas concreciones y la propuesta fundamental del proyecto –promover y difundir la cultura de la fraternidad– se ha extendido a otros muchos, también adultos y chicos. Sé que dentro de poco se lanzará un nuevo itinerario en continuidad con el proyecto que ya se está desarrollando, que nos hará transitar a todos por sus muchos caminos para realizar un mundo unido. Tenemos un objetivo grandísimo, pero sabemos que son los grandes ideales los que hacen la historia. Nuestro objetivo es: “Que todos sean uno”. ¡Ese “todos” es nuestro horizonte! Hacer nuestro aquel sueño de Dios nos une al Cielo y al mismo tiempo nos inserta fuertemente en la historia de la humanidad para que emerja en ella el camino hacia la fraternidad universal. Con la propuesta, que se lanzará ahora, el Genfest se concluye; todos regresamos a nuestros Países, a nuestras ciudades. ¿Qué haremos? Ese mundo unido, que estamos viviendo aquí, lo llevaremos por todas partes, allí donde vayamos para realizarlo en nuestra familia, en el ambiente de estudio, de trabajo, en el deporte… Hay un secreto para no perder nunca esta meta, que aquí en el Genfest se nos muestra tan bonita, tan viva, tan fascinante. Lo resumiría en tres palabras: ¡Amar! ¡Recomenzar! ¡Compartir! Amar es el secreto de una vida feliz, plena, interesante, siempre nueva, para nada aburrida, ¡siempre sorprendente! Recomenzar cuando las dificultades, el desánimo, los fracasos, nos aturden, haciendo que vacile nuestra pasión por el mundo unido. Los campeones del mundo se entrenan y vuelven a levantarse después de cada caída, hasta llegar a la meta. Compartir nuestras experiencias, nuestras alegrías, nuestras dificultades, nuestros talentos, nuestros bienes. Usemos todos los medios útiles para crear una red; lancemos las más variadas iniciativas para construir la unidad: operaciones de amplio alcance, local y mundial, y hagamos visible la fraternidad universal. Sabemos que la parte emergente de un iceberg se apoya sobre una base sumergida: del mismo modo la fraternidad se construye sobre gestos cotidianos y acciones realizadas con la fuerte convicción de que el medio más potente, que podemos usar para renovar el mundo, es nuestro corazón. Mientras nuestro corazón esté latiendo, podemos amar, podemos recomenzar, podemos compartir. La fraternidad universal comienza por mi – por nuestro corazón. Es el desafío fascinante que queremos vivir juntos para que el mundo unido llegue a ser un sueño realizado».

Dar esperanza al Mundo

Dar esperanza al Mundo

MANILA (Filipinas) – Acaba de finalizar la undécima edición del Genfest, en el que 6.000 jóvenes de los Focolares de más de cien países del mundo han puesto en marcha el proyecto “Caminos hacia el mundo unido”: caminos y acciones para acercar personas y pueblos, construyendo relaciones fraternales en los ámbitos de la economía, de la justicia, de la política, del medio ambiente, del diálogo intercultural e interreligioso que se lanzará en todo el mundo. “En la época de las migraciones crecientes y de los nacionalismos que avanzan, como reacción a una globalización exclusivamente económica que descuida la diversidad de culturas y religiones, – resume Maria Voce, presidente de los Focolares – el Genfest propone a los jóvenes un cambio de perspectiva: no detenerse de este lado de los muros personales, sociales y políticos, sino más bien, aceptar sin temor y prejuicios cualquier tipo de diversidad”. En los próximos años, por lo tanto, los Jóvenes por un Mundo Unido de los Focolares se comprometerán a crear una red de actividades, con el objetivo de enraizar en sus ambientes y países, la mentalidad y las prácticas de paz y solidaridad. “El 6 de julio fuimos a la sede de la FAO y de la UNESCO, aquí en Manila – dice Marco Provenzale – para presentar nuestros proyectos y ofrecer a las organizaciones internacionales el compromiso de muchos jóvenes que se convertirán en sus países en embajadores de fraternidad, con una misión precisa: promover acciones “beyond all borders”, como dice el título del Genfest, más allá de las fronteras culturales, sociales y políticas. El Genfest fue una fiesta y un compromiso al mismo tiempo, donde el arte y el entretenimiento también tenían como objetivo expresar la superación de las fronteras, como las dos noches de conciertos que llevaron a Asia al resto del mundo y viceversa. También fue muy visitada la Explo, una exhibición multimedia e interactiva que propuso una lectura a la inversa de la historia del mundo, vista desde la perspectiva de los pasos de paz de la humanidad y la centralidad del compromiso personal para construirla. Y para no quedarse en teoría, la acción Hands for Humanity les ofreció a los participantes la oportunidad de “ensuciarse las manos”: los jóvenes podían elegir entre 12 actividades de solidaridad, acogida y desarrollo urbano que se llevó a cabo en diferentes puntos de Manila. Historias más allá de los muros Sin embargo, las verdaderas protagonistas de esta undécima edición fueron las historias de los jóvenes que viven el drama de la migración y la segregación en la vida cotidiana. “Hoy se habla poco de quién vive el límite en la vida cotidiana – explican los organizadores – de quien vive ante muros, con una sensación de impotencia y deseo de redención”.

Aziz (Iraq)

Estas, son historias de relevancia actual, como la de Noé Herrera (México) y Josef Capacio (EE. UU.), que viven justo más allá de la frontera estatal, entre sus dos países. Noé tiene que afrontar todos los días horas de fila para ir a la escuela al otro lado de la frontera. ¿De dónde le viene la esperanza? De la amistad con Josef y otros chicos norteamericanos con quienes trabaja para difundir una mentalidad compartida de respeto y conocimiento recíproco. Aziz, por otro lado, es iraquí: ahora vive en Francia y hace una pregunta a los jóvenes del Genfest: “¿Alguna vez pensaste que un día, de repente, podrías perder todo: familia, hogar, sueños? Y tú, tú, ¿qué harías?”. Egide y Jean Paul, uno ruandés y el otro burundés, se encontraron en una circunstancia dramática. En una parada de autobús, Jean Paul fue agredido hasta casi matarlo. Egide lo salvó, ayudándolo durante meses. Un gesto extraordinario si uno piensa en la herida que nunca se cerró por el reciente conflicto entre sus países. Entonces, ¿hay una receta para superar los muros y las fronteras cuando todo parece ir en la dirección opuesta?, se pregunta el pueblo del Genfest. Maria Voce propone tres palabras que también son un programa de vida para todos los jóvenes que ahora están regresando a sus países: amar, recomenzar y compartir. Amar a los pueblos de los demás como al propio; recomenzar sin perder la esperanza de que sea posible otro mundo y compartir riqueza, recursos y pesos personales y colectivos. Y concluye desafiando a los jóvenes a ser hombres y mujeres de unidad, personas que llevan en sus corazones los tesoros de cada cultura, pero que también saben dárselos a los demás y ser, en definitiva, hombres y mujeres globales.


Comunicado de prensa – Manila, 8 de j ulio de 2018

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Mensaje  de Patriarca Bartolomé

Mensaje de Patriarca Bartolomé

MENSAJE de su Santidad Ecuménica, Patriarca Bartolomé Al Genfest internacional  2018, de los Jóvenes por un mundo unido: Más allá de la fronteras  (Beyond All Borders – Manila, 6-8 de Julio de 2018) Con una alegría especial os saludamos a todos vosotros, que participáis en la primera edición del Genfest de Manila, cuyo título es  “Beyond All Borders”,  y que tiene como objetivo la apertura de  jóvenes corazones y mentes  de la nueva generación del mañana.  Sabed que nosotros  apoyamos  vuestra iniciativa  y este deseo de encontraros y compartir vuestras florecientes ideas para superar fronteras sociales y personales; porque sólo a través de un espíritu de solidaridad, respeto y mutuo entendimiento estos obstáculos podrán ser vencidos y podrán dejar de ser causa de división y conflicto entre personas de nuestro mundo.  Vosotros os embarcáis en este viaje para afrontar estos desafíos, y os esforzáis por crear una unidad mundial y una convivencia pacífica – por supuesto siempre permaneciendo unidos en vuestras propias nobles aspiraciones y el vínculo de acción y testimonio comunes, que ciertamente son una promesa de un futuro mejor –  y nosotros os alentamos a seguir firmes en la visión de este encuentro recordandor bien lo que promovió la fundadora del Movimiento de los Focolares,  Chiara Lubich. Que con mis oraciones y deseos, que quieren ser como una  “catarata de Dios”, todas las cosas lleguen a su cumplimiento y se transfiguren.  Con estas palabras de profunda congratulación, invocamos para vosotros  la infinita gracia y misericordia de Dios omnipotente, y quedamos con vosotros en el afecto. En el Patriarcado Ecuménico, 6 de Julio de 2018. Bartolomé, Arzobispo de Constantinopla-Nueva Roma y Patriarca Ecuménico.

A una escuela de cambio

A una escuela de cambio

El segundo día está repleto de novedades. Con sus foros y talleres, en total unos 117, y 10 actividades ecológicas, sociales, interculturales e interreligiosas, al pueblo del Genfest se le ofrece una oportunidad única, pasar de la teoría a la práctica en menos de 24 horas. “Learning by doing” , aprender haciendo, es uno de los pilares de la moderna pedagogía profesional. Y es justo ésto lo que los jóvenes están experimentando en estas horas: una escuela de cambio personal y social, la superación de las vallas y los muros no sólo como argumento de discusión y motivo para compartir buenas prácticas, sino también para pasar a la acción y experimentar en el campo, en un contexto glocal, como el filipino, con ideas, proyectos y realizaciones procedentes de todo el mundo. Los jóvenes se inscribieron en los talleres desde hace varios meses. Las expectativas son altas. Un chico protugués dice:: «Estoy yendo al foro que se llama “¡Quiero ayudar! Cómo dejar de lado el efecto espectador”. El título es intrigante y además, es así como me siento a veces: un espectador impotente delante de una situación que me supera: la desocupación, el racismo, el sentido de impotencia frente a los desafíos de la vida y en las relaciones humanas. Quisiera lograr superar la sensación de que es demasiado, que no puedo hacer nada para que las cosas cambien”. Un grupo de jóvenes de Cebú participa al forum, muy numeroso por su asistencia “Alimentar la naturaleza”. Kim Atienza, famoso presentador filipino y divulgador de temáticas ambientales, alienta a los jóvenes a conocer a fondo la naturaleza, el ciclo de la vida y sus procesos y les enseña estilos de vida y de producción sustentables. Es posible también hacer una “full immersion” en la cultura asiática, con talleres de origami y cocina fusion, o asistir a laboratorios dedicados al conocimiento y al trabajo sobre sí mismos: como manejar el estrés, los miedos, el cuidado de los demás. Son muchos los espacios dedicados a la economía social, civil y de comunión, a la arquitectura, al lenguaje del cine. No falta la política, pero «esa política que da esperanza». Una chica de Burundi: «Yo estuve en el taller que trataba la corrupción. Estuvimos profundizando las diversas formas de corrupción y los instrumentos para combatirla. Viniendo de un continente donde la corrupción es una plaga, ¿qué fue lo que me dio esperanza? El hecho de que somos jóvenes de todo el mundo para derribar también este muro» Durante la tarde, los jóvenes pasaron a la fase dos de la jornada, “Hands4Humanity”, manos para la humanidad. Les proponen diez actividades de solidaridad, acogida y recalificación urbana en diversos lugares de Manila, para experimentar pequeños gestos que puedan cambiar, lentamente pero de forma irreversible, la realidad circundante, y ofrecer propuestas para la realización de iniciativas “ad hoc”, al regreso en sus ciudades. La elección es amplia: desde el servicio en el comedor a los niños del Centro Social de Bukas Palad, a actividades de limpieza de las calles y otras áreas urbanas, la visita a hospitales, a los ancianos, a los sordomudos, hasta el teatro callejero y el intercambio cultural con las comunidades musulmanas e hindúes. En Tramo Street, en el cordón periférico de Manila, un nutrido grupo de jóvenes procedentes de Australia, Brasil, Europa, además de diversos filipinos, pintan y limpian, junto con la gente del lugar. Un joven californiano explica: «Nunca se me hubiera ocurrido hacer algo por una ciudad que no es la mía, y a donde, tal vez, no vuelva, pero estoy contento, es más, quiero conocer más la ciudad de Manila. Al principio pensaba que no me importaba nada, pero ahora no es más así». «La idea de que el Genfest sea un laboratorio de aprendizaje y experimentación de técnicas de transformación humana y comunitaria es una elección de impacto, sea para los jóvenes como para la ciudad», explica Tina Bonifacio, emprendedora y coordinadora de los forum. «El intento es el de hacer una experiencia real de superación de los límites, sean físicos que mentales. Cada persona, cultura, porción del mundo, tiene siempre algo que dar y compartir con los demás» «Una jornada intensa, pues, para los jóvenes presentes en Manila. Pero no terminó aún: se concluirá esta noche con el concierto internacional donde muchos se exhibirán con canciones y performances. Serán la música y el arte los que relaten otro tramo de “beyond all borders”.


Historias más allá de las fronteras

Historias más allá de las fronteras

Finalmente aquí estamos: el Genfest ha iniciado hoy en Manila, en el World Trade Centre. Es la cita más importante, pero más de otros veinte Genfest nacionales se han llevado a cabo o están realizándose en los cinco continentes. El programa, con canciones, coreografías, experiencias, tiene como enfoque la superación de todo tipo de barrera, “Beyond all borders”. Un slogan corajudo, escogido por los mismos protagonistas como respuesta a las distintas formas de división que hoy se experimentan por todas partes, pero también ha sido el motor de las acciones realizadas en estos años de preparación. Desde las primeras fases, el Genfest tuvo la fisonomía de un evento “en colaboración”: cada participante ha sido un protagonista. La primera mañana, que acaba de terminar, empezó con un vídeo de las distintas locations y acciones del “pre” Genfest, que se llevó a cabo en veinte lugares diferentes del Sudeste asiático, desde el 28 de junio hasta el 5 de julio, en donde centenares de jóvenes desarrollaron acciones de solidaridad y servicio a comunidades y proyectos. El micrófono entonces pasó a los presentadores y a los “vloggers”, que acompañarán a los participantes a lo largo de todo el programa. Para los nacidos antes de la mitad de la década de 1990, aclaramos que los vloggers y los influencers son figuras mediáticas que tienen un gran seguimiento en los medios de comunicación social por parte de adolescentes y jóvenes. En los últimos meses, Louis de Burundi, Maria Clara de Brasil y Ceska de Filipinas son parte de esas figuras por el número día a día creciente de seguidores de sus perfiles Instagram y Facebook. Lo que ha caracterizado esta primera jornada han sido los testimonios de fuerte impacto. Como el de Josef Capacio de San Diego (USA) y Noé Herrera de Mexicali (México). En un tiempo de desequilibrios políticos y sociales y de todo tipo de divisiones, decidieron promover la paz justamente a lo largo del muro que divide las dos naciones. El trabajo conjunto de jóvenes estadounidenses y mexicanos – cuenta Noé – permitió descubrir que los valores, los objetivos y la visión del mundo, aun vistos desde fronteras opuestas, no son tan distintos. «Somos todos iguales y puedo amar a su país como al mío». Luego, tenemos la historia de Jean Paul Muhanuzi, de Burundi, y Egide Nduwayezu, de Ruanda. Es la narración de una amistad verdadera que creció en situaciones dramáticas: tras un atentado que ambos sufrieron, pero que dejó a Jean Paul por el suelo con una grave lesión en la espina dorsal, Egide lo dejó todo para sostenerlo durante la fase de rehabilitación que siguió a la operación de la columna vertebral. La superación de barreras, en su caso, llevó al descubrimiento de la belleza de los respectivos pueblos, etnias y tribus. Jaime Zayas, de El Salvador, lanzó desde el escenario la idea de cambiar el “metro cuadrado” de cada uno, como él mismo experimentó en su propio país, en un contexto de violencia urbana y desconfianza generalizada. El esfuerzo fue ser constructor de paz: «Sabemos que nuestro país tiene problemas complejos, pero podemos cambiar en lo cotidiano viviendo relaciones que se fundan en la reciprocidad». Tommaso Carriere, italiano, es co-fundador de la Asociación “Non dalla Guerra”, un proyecto para formar a las personas a la paz, mostrándoles qué es la guerra, cómo nace y cómo se desarrolla. «Contamos lo que hemos visto en países afectados por la guerra y cómo los conflictos destruyen la sociedad, minando la esperanza y la posibilidad de construir un futuro mejor». Desde 2014 la asociacióm promueve campamentos de verano en Jordania, en donde chicos europeos visitan campamentos de refugiados e interactúan con quienes sufren las consecuencias de la guerra. Las voces de esta primera jornada en Manila cuentan itinerarios de vida y proyectos, “fragmentos de fraternidad”, pequeños pasos que acercan a personas y pueblos y alimentan la esperanza.


Encuentro ecuménico en Bari

El Papa Francisco estará en Bari (Italia), el sábado 7 de julio, para el encuentro ecuménico de reflexión y oración con los Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Medio Oriente. El Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y el Cardenal Kurt Koch, Presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, presentaron el evento en la Sala de Prensa de la Santa Sede. “La idea de un encuentro como el que tendrá lugar en Bari tiene tiempo y ha surgido de varias personas –comentó el Cardenal Sandri- distintas Iglesias o Patriarcas refrieron directamente al Santo Padre. En Bari van a rezar con el Papa francisco, Bartolomé I, Patriarca ecuménico de Constantinopla y Tawadros II, Patriarca de la Iglesia Copto-ortodossa di Alessandria”. El evento tiene en sí mismo un gran valor ecuménico y no tiene precedentes en el historia del ecumenismo, tendrá dos momentos; la oración en la rivera del mar, junto con los fieles, y el momento de reflexión y escucha recíprocas, entre el Santo Padre y los Jefes de las Iglesias y Comunidades Eclesiales de Medio Oriente, donde cada uno llevará su propio punto de vista, observaciones y propuestas. La ciudad de Bari ha sido definida como “ventana hacia el Oriente” porque custodia la antigua tumba de San Nicolás, a quien veneran los católicos y los ortodoxos.