May 4, 2018 | Focolare Worldwide
«Mi familia es cristiana y se opone a la idea de asesinar o de llevar armas». Quien habla es George, un joven sirio de Homs. Estamos en Loppiano, la ciudadela internacional de los Focolares cerca de Florencia, donde hace décadas, el 1° de mayo, jóvenes de toda Italia y de otros países, se reúnen para un meeting que al mismo tiempo es una posibilidad de testimonio, de comunión y de fiesta. Este año la tradicional cita se vincula idealmente a un gran evento internacional que tendrá lugar en Manila en el próximo mes de julio, el Genfest. La que tuvo lugar el martes pasado 1°de mayo fue la etapa italiana. Fueron 3700 los jóvenes participantes de la jornada en la que se vivió la fraternidad que pasa a través del compartir proyectos, de acciones de compromiso social, de experiencias personales a tú a tú con el dolor propio o el de los dramas de la humanidad. Como en el caso de George y Michael que dejaron sin aliento a los presentes, ante el relato crudo de lo que se vive desde hace años en su bella pero martirizada Siria. «Hemos visto morir a muchos – continúa George –. Durante un período también yo empecé a llevar un cuchillo por seguridad, para defenderme en caso de peligro. Fueron años de odio, de muerte, sin dignidad, que vaciaron mi corazón y me hicieron creer que el amor no existía. Esta idea sólo me la pudo quitar la Mariápolis (algunos días vividos a la luz de los valores del Evangelio, la experiencia típica de los Focolares ndr). Después de ese encuentro dejé de llevar el cuchillo y empecé a responder al odio con el amor». La invitación final dirigida a todos los jóvenes encontró una sentida acogida: «No se lamenten por su vida. Es bella, pero no se están dando cuenta». El hilo conductor de la jrnada, cuyo título fue “Beyond me”, era el deseo de ir más allá de los propios límites y confines para realizar un cambio personal y sobre todo social, y transformar el ambiente alrededor. Lo testimonian Roberto Spuri y Elena Sofía Ferri, relatando la experiencia del terremoto en Italia central; Alessio Lanfaloni y María Chiara Cefaloni, con su compromiso por una “economía desarmada” (a favor del desarme ndt); Alessandra Leanza, con una experiencia de voluntariado con los niños gitanos de Cerdeña. Y las experiencias de Marco Voleri, tenor de fama internacional y fundador de “Síntomas de Felicidad” quien sensibiliza al público con el tema de la esclerosis múltiple; Simone Barlaam, campeón paraolímpico de natación en los mundiales de México; Michele Tranquilli, autor del libro “Una buona idea” (Una buena idea) y promotor del puente con el África YouAid; Sara Fabris, pintora. Proyectos adoptables. Cada historia contada en el Genfest de Italia es portavoz de una experiencia concreta, una asociación, una acción social, que cada uno de los participantes podrá después “adoptar” durante el año. Es la call to action (‘llamada a la acción’) lanzada al final del evento, con la invitación a cada uno a elegir una acción para replicar en todas partes. Para que sea más ágil para los chicos, en el sitio de United world project, están presentes, subdivididas por regiones, las asociaciones activamente comprometidas en las distintas ciudades italianas, para conocerlas y contactarlas. El Genfest de Italia concluyó con la escenografía de una ciudad que “vuela”, una ciudad que se armó durante la coreografía final basada en las palabras del texto de Chiara Lubich “Una ciudad no basta”: «Para Dios, una ciudad es demasiado poco. Él, que ha hecho las estrellas y que guía los destinos de los siglos. Con Él podemos mirar más lejos, a la patria de todos, al mundo. Vivamos de modo que al final de la vida no tengamos que arrepentirnos de haber amado demasiado poco». Ahora Loppiano se prepara para recibir el próximo 10 de mayo al Papa Francisco. No por casualidad estuvieron presentes y trajeron su saludo algunos jóvenes de Nomadelfia, la comunidad que el Papa visitará el mismo día y con la cual, en este período de preparación, se ha intensificado la relación de amistad. Fuente: www.cittanuova.it Flickr foto gallery
May 3, 2018 | Focolare Worldwide
“El recorrido de una profecía”. A diez años de la muerte de la Fundadora de los Focolares, un congreso promovido por la Embajada de Italia ante la Santa Sede, el 3 de Mayo, en conjunto con el Soberano Militar Orden de Malta y en colaboración con el Movimiento de los Focolares, ha sido la ocasión para una reflección sobre la Economía a la luz del carisma de la unidad. Han participado Mons. Giovanni Angelo Becciu, sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, Maria Voce, presidente del Movimiento de los Focolares, Luigino Bruni, profesor de Economía de la Universidad LUMSA de Roma, Leonardo Becchetti, profesor de Economía de la Universidad de los Estudios de Roma Tor Vergata y Simona Rizzi, presidente del Consorcio Tassano Servizi Territoriali. En su intervención, Maria Voce ha afirmado que el Movimiento de los Focolares «no alcanzaría su propia vocación si no actuara la primera página de la doctrina social cristiana, el canto del Magnificat, en donde está escrito que: “A los hambrientos ha colmado de bienes y ha despedido a los ricos con las manos vacías”». La Economía di Comunión, nacida por una inspiración de Chiara Lubich, ha dado vida a un movimiento de pensamiento y acción solidaria y social, en diálogo con la cultura contemporánea y con la economía civil, a nivel local e internacional.
May 2, 2018 | Focolare Worldwide
“La Maison des enfants” a Damasco, © Zéna.
«Una bomba estalló a pocos metros de mi casa. Yo tendría que haber estado en el lugar de la explosión de camino a mi trabajo. Pero ese día estaba diez minutos atrasada. Un signo del destino». Su voz es clara y calma, en un francés casi perfecto. Una serenidad que contrasta con el sonido de bombas y aviones que marcan la vida cotidiana de la capital, Damasco. Zéna, nacida en Líbano hace 35 años, llegó a Siria en julio del año pasado. Es miembro del Movimiento de los Focolares, y decidió unirse al país en guerra tras una larga reflexión. En su país natal vivió la guerra y las bombas. «Conservaba todo dentro de mí. Tenía miedo. Pero un día empecé a ver las cosas de una manera positiva. Me dirigí a Dios y vine a Damasco con los Focolares». Los primeros seis meses vivió bajo los bombardeos. «Hasta diciembre los atentados eran a diario, pero conseguíamos aún vivir», cuenta. «Un día de enero, sin embargo, una bomba cayó a pocos metros de casa… En Siria, a pesar del coraje de los habitantes, el miedo y el peligro nunca están lejos». En Damasco, en el barrio pobre de Douela, Zéna trabaja en la “Maison des enfants” (casa de los niños), gestionada por los miembros del Movimiento en colaboración con otras personas. El centro comprende cuatro clases de 90 niños, de una edad entre los 6 y los 10 años. Ocho docentes, todos jóvenes graduados sirios. «La hemos llamado la “Casa de los niños” porque queremos ser una familia para ellos. Tenemos muchas solicitudes para entrar, y no podemos satisfacer a todos. Acogemos a los niños más pobres, muchos de los cuales han perdido a sus padres o han sufrido violencias. Tienen que estar acompañados por adultos que los quieran». En febrero, la “Maison” tuvo que cerrar durante algunas semanas a causa de un atentado. «Fue un momento terrible. Cuando a los niños se les pregunta si tienen miedo de las bombas, la mayoría responde evasivamente, rechazando incluso la realidad. Había mucho sufrimiento relacionado con las consecuencias de la guerra». El centro fue abierto nuevamente a principios de abril, con gran alegría de los estudiantes: «Están felices de venir, en cambio están tristes cuando se tienen que ir». La vida ha vuelto a Siria. Ahora el país está casi por entero bajo el control del gobierno sirio. «Durante los fines de semana, los bares están abiertos hasta la una o las dos de la mañana. Las personas están nerviosas, tienen necesidad de desahogarse». Zéna vive en la “Puerta Este – Bab Sharqi – de Damasco, en la ciudad vieja. En el barrio cayeron pocas bombas en siete años, sin embargo quedan los signos de largos años de conflicto. «Hoy hay poco trabajo. Muchos jóvenes se marchan, van a Europa o al Líbano para evitar el servicio militar o para encontrar trabajo. En Siria por cada hombre hay ocho o diez mujeres». El Movimiento de los Focolares, lleva a cabo con serenidad su misión. «Aqui los cristianos están protegidos por el gobierno. Somos muy respetados. Después de siete años de guerra, las iglesias orientales han podido hacer las procesiones pascuales en las calles. Al final del conflicto – prosigue – el mismo pueblo sirio reconstruirá el país. La obra es enorme. Damasco no ha sido destruida, pero en las regiones de Aleppo y Homs el daño es ingente. La lira siria ha perdido mucho de su valor y muchas familias acomodadas ahora son pobres. Las élites han desaparecido, hay personas en gran dificultad. ¿Cómo podemos encontrar aquí un trabajo para los jóvenes graduados? A pesar de todo ello, muchos se han quedado. Creen en la recuperación de su país». Antes de la reconstrucción física y del restablecimiento económico, Siria tendrá que erradicar los conflictos armados en el territorio. Zéna está convencida de que el final de la guerra está cerca. «Si no hay intervenciones externas, estoy segura de que la guerra, en suelo sirio, terminará antes de finales de 2018. Tenemos que crear trabajo y volver a dar dignidad a las personas. Espero realmente que, poco a poco, vuelvan las empresas y los turistas también. Tenemos que dar una nueva motivación a los sirios. A partir de los niños, pilares de la futura sociedad». “Sus” niños, justamente. Hoy le toca a Zéna preparar la comida. «Son el futuro de Siria. Cada día, vengo a trabajar con una alegría indescriptible». Fuente: imprimaturweb.fr
Abr 30, 2018 | Focolare Worldwide
El primero de mayo en Loppiano es sinónimo de la fiesta de los jóvenes. Umberto Giannettoni, quien vivió durante 40 años en la ciudadela internacional y que falleció hace pocos días, nos deja un testimonio directo del nacimiento de los desarrollos de un evento que posteriormente se convirtió en una cita isegura para millares de jóvenes, que, en todos los continentes, creen y trabajan para llevar la unidad y la paz en el mundo. Entre sus recuerdos, están también aquéllos vinculados a los comienzos del Genfest. El texto que sigue es extraído de “En una historia muchas historias”, una autobiografía, escrita a veces en tercera persona, otras veces en primera persona, que el mismo autor definió como un “don personal y testimonio”. «”Un testimonio dado como servicio es bueno, nos hace buenos….” (Papa Francisco). La historia de cada uno es un tejido armonioso entre todo aquello que el hombre logra realizar con la luz de su razón, con sus fuerzas y todo lo que le es ofrecido gratuitamente por la penetrante luz de la divina revelación, en una constante conversión». El primero de mayo de 1971 tuvo lugar la primera fiesta de los jóvenes en Loppiano. «Chiara Lubich, después de un encuentro con el Prior de Taizé, en Rocca di Papa (Roma), hablaba de la ciudadela como de una “ciudad de los jóvenes”. Giorgio Marchetti, colaborador cercano de Chiara, durante un viaje a Padua, se quedó por poco tiempo en Loppiano. Contó lo que Chiara había dicho. A Umberto le vino como un relámpago en el alma la exigencia. Había que responderle enseguida a Chiara. El fin de semana organizó una excursión con los responsables de los Focolares de la escuela al “Passo del Muraglione”, en los Apeninos. En la mañana del domingo, dos camionetas y un auto viajaron a este lugar. En una cafetería del “Passo” estudiaron la posibilidad de realizar un gran encuentro de jóvenes en Loppiano, que se realizaría el 1º de mayo. […]. Invitarían para participar a jóvenes de varias zonas y países. Cada uno sería invitado para colaborar artísticamente. Cuando salieron de la cafetería, fueron sorprendidos por una escena especial. La calle estaba cubierta por una delgada capa de hielo. La lluvia, que continuó con un descenso de la temperatura, produjo esta situación. Las camionetas tenían dificultades para mantenerse dentro de los límites de la ruta, tenían la fuerte impresión de que alguien quería impedirles llevar adelante la decisión tomada […]» «En Loppiano existía un hermoso grupo de jóvenes con grandes talentos muy valiosos. Entre muchos de ellos, Heleno Oliveira, un joven brasiliano, cantautor, quien contribuyó de forma importante en la parte artística. Todos se comprometieron al máximo. El primero de mayo de 1971, en el anfiteatro natural de “Campo Giallo”, bajo un sol maravilloso, vimos llegar a millares y millares de jóvenes. La jornada, en la cual ofrecieron una colaboración muchos jóvenes de Italia y de Europa, fue muy eficaz para los jóvenes. Esa noche se fueron felices y plenos de Dios que sintieron que entraba en sus vidas. Desde Trento llegó Paolo Bampi, un joven enfermo de leucemia que cantó una canción arrastradora: “…pero, ¿qué están buscando, qué es lo que quieren?…”. El Gen Rosso cantó “Dios es Amor”. Además, hubo también piezas de teatro, de danza. Cada actuación fue premiada con un “primer premio”, que el jurado otorgó a distintas expresiones: la belleza, la unidad, el contenido, el compromiso. Fue un “in crescendo” de alegría sincera y explosiva que contagiaba a todos. Cuando llegó la noche, bajo los rayos de un sol que llenaba de oro todo el espacio, en una calma solemne, después de la intensa jornada […], existía en todos la fuerte impresión de la presencia de María» Posteriormente, hubo una segunda cita de fiesta de los jóvenes, en 1972, que fue aún más numerosa. «Chiara Lubich comprendió que éste sería un instrumento importante para todo el movimiento juvenil. Decidió comprometer a los centros Gen Mundiales en la organización del “Genfest” de 1973, que comenzó a realizarse siempre en Loppiano. En ese año, el padre Pasquale Foresi (cofundador del Movimiento de los Focolares) estuvo presente y dio un discurso importante sobre el llamado de seguir a Jesús. En el anfiteatro al aire libre estaban presentes casi 10 mil jóvenes». ¡Ya nació el Genfest! Fuente: www.loppiano.it Transmisión en vivo: https://www.primomaggioloppiano.it/live/
Abr 30, 2018 | Focolare Worldwide
Abr 28, 2018 | Focolare Worldwide
El zoom apunta a los jóvenes. Este año también partirá idealmente desde Loppiano, la ciudadela de los Focolares, la ya tradicional cita “Semana mundo unido”, una red mundial de acciones marcadas por un espíritu de hermandad entre pueblos y culturas. Desde hace más de veinte años la “Semana” está en el corazón de las iniciativas de los jóvenes de los Focolares, que quieren dar testimonio a todos, no sólo a sus coetáneos sino también a las más altas instituciones, que el mundo unido no es un sueño extraviado entre los vientos de guerra o bajo el peso del malestar social, sino que es una realidad posible. Especialmente si quienes tomen las riendas de la sociedad son las nuevas generaciones, formadas en una cultura de paz. El 1 de mayo, la ciudadela italiana de los Focolares hospedará una de las etapas “nacionales” en el camino hacia el Genfest de Manila (“Beyond all borders”, julio de 2018), reuniendo a 3 mil jóvenes de todas partes de Italia. Una fiesta para hablar de la más difícil de las fronteras que hay que superar para ir al encuentro de los demás: uno mismo. “Beyond me”, en Loppiano, contará las historias de quien ha querido, ante todo, producir en sí mismo un profundo cambio, saliendo de su propia zona de comfort para abrirse a los valores de la solidaridad y a las necesidades del que está a su lado. Para muchos jóvenes presentes, esta experiencia de apertura tiene sus raíces en un encuentro personal con Dios, que transformó sus vidas y permitió superar los miedos. Para otros, fue una superación de una enfermedad o de una discapacidad, para otros la toma de conciencia de un malestar. Estará presente también, en nombre de una amistad ya probada, y con la mira en la visita del Papa a ambas ciudadelas, el 10 de mayo, un nutrido grupo de jóvenes de Nomadelfia. La “Semana mundo unido” (United World Week), que abrirá sus puertas inmediatamente después, será, en cambio, un único gran evento, desplazado en varios puntos del mundo. Una exposición internacional – parte integrante del United World Project – que desde hace más de dos décadas (la primera edición fue en mayo de 1995) vuelve en esta época del año a dar vida, en diversos puntos del planeta – pero sobre todo allí donde prevalecen la soledad, la pobreza, la marginación – a relaciones de pacífica convivencia entre pueblos y culturas. Con el tiempo, la “Semana Mundo Unido” se ha abierto un espacio en la opinión pública, a través de los medios de comunicación social y las redes, permitiendo que esas acciones de fraternidad sean conocidas por las instituciones locales, nacionales y supranacionales, y también por personalidades del mundo de la cultura, del deporte, de la sociedad civil y religiosa. La edición de 2018 tendrá como hilo conductor el tema “Generación Hambre Cero”, uno de los 17 objetivos del desarrollo sustentable contenidos en la Agenda aprobada por los Estados miembros de las Naciones Unidas, para ser alcanzados antes de 2030. Los chicos y jóvenes del Movimiento de los Focolares ya se han comprometido, desde hace tiempo, en dar su aporte al importante proyecto llevado a cabo por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura) sobre los temas de la desnutrición, el derroche de alimentos, el respeto de la naturaleza, con iniciativas personales y colectivas dirigidas a un uso responsable de los recursos de la tierra. La “Semana” será entonces una ocasión para mostrar los frutos de esta colaboración e involucrar a un número creciente de chicos, ciudadanos e instituciones para alcanzar el objetivo. Concluirá, con un “epicentro” el domingo 6 de mayo, con el “Run for unity”, competencia deportiva realizada por centenares de miles de chicos de nacionalidades, religiones, culturas, etnias diversas, que cubrirán la tierra, pasándose idealmente un testimonio de “fraternidad”, de Este a Oeste. En cada etapa, recorrida a pie, o en bicicleta, o haciendo correr un pensamiento de paz, esta carrera de relevos más contracorriente que exista, se enriquecerá con eventos deportivos, juegos, acciones de solidaridad y todo lo que pueda servir para dar testimonio que el sueño de un mundo unido resiste, a pesar de las tensiones o señales contrarias. Y acaso estos chicos serán los protagonistas de todo ello. Chiara Favotti