Dic 12, 2017 | Focolare Worldwide
Una emergencia continua, pero también solidaridad y el deseo de abandonar el lugar. En Venezuela, hay un difícil cuadro socio político. La inflación está por las nubes, el aumento persistente del número de personas en estado de pobreza extrema, para muchos la falta de lo más necesario, enfrentamientos violentos. En Cuba y en Puerto Rico, después del paso del huracán, hay una difícil reconstrucción, el éxodo de millares de personas, falta la electricidad, de agua potable y comunicaciones. Sin embargo, también en medio de estas dificultades extremas, no falta la vitalidad del pueblo caribeño y la voluntad de recomenzar. María Augusta y José Juan, de la comunidad de los Focolares de la zona del Caribe, cuentan: «La situación general en Venezuela es muy dolorosa, por la falta de comida, medicinas, por la impotencia y la precariedad cada vez mayor y, además, también por el continuo éxodo de personas que dejan el país. La lista de nuestros amigos que ya se fueron, y de otros que se están preparando para irse, es larga. No obstante esto, debemos “permanecer al pie de la cruz”, en medio de tanto dolor, con la esperanza en la Resurrección, que ya vemos encarnada en las personas, en su profundidad y en la solidaridad evangélica que los alienta» Ofelia, en nombre de la comunidad venezolana, cuenta: «No es fácil encontrar soluciones a los problemas que estamos viviendo, como la falta de comida, ropa y medicinas. Pero tenemos vivo en el corazón las palabras de Jesús “Den y se les dará”, que podemos vivir día a día. Si alguien no tiene nada para comer, compartimos el paquete de arroz o las medicinas y todo lo que nos llega de mil maneras. Y entre aquellos que tienen más necesidad circula todo, sin distinción. Cada uno piensa y tiene presente a los demás, la vida circula y la comunidad crece. En medio de la violencia y de la precariedad de cada día, la presencia de Jesús entre nosotros es como una llama que atrae y da esperanza» María Augusta y José Juan también nos dan noticias sobre la situación de la comunidad de Cuba: «El fin de semana pasado, en Santiago, se realizó una Mariápolis con casi 200 personas, un signo de la vida que brota siempre nueva en medio de las dificultades que todos debemos enfrentar» Y con respecto a la comunidad de Puerto Rico dicen: «Como bien saben, se viven meses verdaderamente trágicos por los devastadores efectos del huracán que destruyó la isla. De allí recibimos continuos y conmovedores testimonios de amor evangélico y de solidaridad entre todos» Aquí algunos testimonios: «Van 56 días sin luz eléctrica y hay agua solo durante 30 minutos por día. No es fácil trabajar en la oficina con el gran calor, ¡pero se puede! La antorcha ilumina un poco, las botellas de agua se pueden poner al sol y a medio día ya hay un poco de agua tibia para lavarse. Por el calor tan fuerte… un abanico o un spray con agua y alcohol refresca un poco…» «Algunos jóvenes del Movimiento y de la Parroquia Inmaculado Corazón de María del pueblo Patillas, junto con los estudiantes del Colegio San Ignacio, distribuyeron alimentos a las comunidades más necesitadas. En total 237 bolsas de alimentos» «Mi experiencia en Palma Sola fue muy fuerte por la destrucción y la falta de todo. Ponerme al servicio, junto con mi familia, fue la cosa más linda que hice en mi vida» «Tenemos siempre algo para dar, evaluamos bien lo que necesitamos y ofrecemos el resto con alegría al que lo precisa» «Fuimos a la comunidad de Recio del “barrio” Guardarraya de Patillas. Era difícil llegar a causa de las calles destruidas por el huracán. Comenzando por la periferia donde la devastación fue total, sumando pobreza a la miseria que ya existía, hemos encontrado ancianos con rostro cansado y desalentados, personas con problemas de asma, úlceras en las piernas, diabetes (y el problema de cómo conservar la insulina en ausencia de la energía eléctrica), presión alta. Un niño tenía una alergia en la piel… Tratamos de volver a utilizar el antiguo acueducto comunitario para suplir la falta de agua» «En Gurabo tuvimos la posibilidad de conocernos mejor con nuestros vecinos, mientras los ayudábamos en sus necesidades» «Ir adelante y ponernos de pie no depende sólo del Gobierno, ni de los militares, ni de ayudas externas. Depende también de nosotros, de mí, de ti. ¡Juntos lo lograremos!”.
Dic 8, 2017 | Focolare Worldwide
La paz, el respeto de la dignidad y de los derechos de cada pueblo, el diálogo a todo nivel, son los objetivos altísimos dejados como herencia a los pueblos visitados por el Papa Francisco en su reciente viaje a Asia. En estos días están llegando algunos testimonios de la comunidad de los Focolares de Myanmar, quienes, junto a otros, han trabajado en la preparación de distintos aspectos y durante el desarrollo de este viaje: en las traducciones, el servicio de orden, la asistencia médica, la orquesta de las celebraciones. He aquí algunos: «La venida del Papa Francisco para nosotros ha sido la realización de un sueño. Se necesitó tiempo para que el estupor se transformara en conciencia de lo que realmente estaba sucediendo». «Las lágrimas corrían por las mejillas de los ancianos. Pero también los jóvenes , por más que sea difícil para ellos entender el alcance del evento, lo gozaron». Los católicos, una pequeña minoría del país, se sintieron animados: «Éramos una grey pequeña y aislada. Finalmente hemos visto de cerca a nuestro pastor. Ahora este pueblo ya no está al margen, sino bajo los reflectores del mundo. Finalmente ha sucedido algo de lo que estamos orgullosos. El Papa está en Myanmar». «No debemos tener miedo de nada». Gennie trabaja con los “desplazados internos” (IDP, Internally Displaced Persons), es decir civiles que se han visto obligados a huir de las persecuciones, y a diferencia de los refugiados, no han atravesado una frontera nacional. En la mayoría de los casos, a la espera de una nueva esperanza de vida, no tienen ni asistencia ni protección. Después del paso del Papa Francisco, ha escrito: «Hoy esta esperanza se ha renovado. Personalmente mi esperanza está en el Amor, y de ahora en adelante está viva en mí». Desde su ciudad, Loikaw, capital del Estado de Kayah, un territorio montañoso en Myanmar oriental, el 28 de noviembre partió para Yangon, junto con un grupo de unas cien personas, provenientes de aldeas más alejadas del Estado. Viajaron en 5 microbuses. «Este viaje lo organizó nuestra parroquia. Ver al Papa era un sueño para nosotros. Salimos a las 9 de la mañana y nos esperaba un viaje de 10 horas. Estábamos llenos de entusiasmo, rezábamos y cantábamos. Tomamos un camino más corto, pero tortuoso, para poder llegar antes. EN cambio, uno de los microbuses tuvo problemas en el camino, y empleamos casi veinte horas para llegar, porque no queríamos dejar solos a nuestros compañeros. Ninguno se lamentó». Eran casi las 5,30 de la mañana cuando llegó el grupo al Kyaikkasan Ground de Yangon, donde estaba por iniciar la Misa, seguida no sólo por la minoría católica, sino también por musulmanes, budistas y fieles de distintas religiones. «Nuestro grupo no pudo entrar, pero nos pusimos cerca de una de las entradas. A través del Papa, se sentía el amor de la Iglesia por los más pequeños. Entre toda la población se percibía un amor muy fuerte, no sólo entre los cristianos. El chofer del taxi que tomamos nos dijo que desde tempranas horas de la mañana transportaba gratuitamente a las personas que iban hacia el Estadio, pero también en los autobuses y en los trenes se podía viajar gratuitamente». Una joven budista, después de participar en la Misa, escribió: «También aquí me sentí en familia. Advierto la paz en lo profundo de mi corazón». Prosigue Gennie: «Es sorprendente el cambio en los criterios de quienes deben ser ahora, para nosotros, los “vip”: lo recuerda el Magníficat… ensalzó a los humildes, colmó de bienes a los hambrientos». Debemos agradecer a todos por esta experiencia «a los Yangonianos, siempre pacientes con la multitud, a quienes prepararon este evento, pero sobre todo al Santo Padre que ha decidido venir a un país tan lejano. Es un alba nueva para Myanmar». Valentina es médico. Junto a los médicos del servicio sanitario prestó asistencia ininterrumpida: «Fue una ocasión que nos puso a todos juntos, sin fronteras. Nosotros médicos, católicos y no católicos, estábamos muy cansados, pero recibimos una “gracia”, la de lograr amar sin detenernos nunca». Jerome, en cambio, trabajó como traductor: «Para mí fue especialmente bello ver a los jóvenes a la espera desde primera hora de la mañana delante de la catedral de Saint Mary, en Yangon. Al terminar la misa el Papa se dirigió a nosotros, nos animó con fuerza a trabajar por la paz. Ahora me siento llamado a una mayor generosidad, a ser valiente y alegre, como nos ha pedido».
Dic 4, 2017 | Focolare Worldwide
Masaka, Campala, Entebbe, el Gran Lago Victoria. Es la geografía de los traslados de Henry en ‘su’ Uganda, la “perla de África”. Desde su pueblo nativo, a los estudios de Economía en la Universidad de la capital, hasta las orillas del lago más grande del continente. Un territorio tan vasto que puede contener más de tres mil islas. De aquí brotan las aguas del Nilo Blanco que desembocan en el río africano más largo, el Nilo. Todo tiene dimensiones grandiosas en Uganda: los parques, las selvas impenetrables, las reservas naturales. Los sueños de Henry son también grandes. «En Masaka, donde asistía a la Universidad, había notado que la gente no tenía nunca tiempo para cocinar»– Para resolver este problema Henry proyecta y comienza una empresa de productos basados en carne y pescado. Con tan solo 24 años, junto con otros dos coetáneos, Henry funda, en Entebbe, la “Sseruh Food Processing company Ltd”. En otra parte del mundo, en Argentina, otro empresario, Gonzalo Perrín, ya desde hacía algunos años había encaminado la empresa, la Pasticcino, que produce galletitas para diversas cadenas de cafeterías y supermercados de café. Impulsado por el espíritu de la Economía de Comunión, Gonzalo se trasladó al Polo “Solidariedad” de la ciudadela “Mariápolis Lia”, promoviendo, con su actividad, una cultura orientada a los valores de la reciprocidad, de la atención a las personas carenciadas y al ambiente. Pasaron dos años desde que, en junio de 2015, Gonzalo viajó a Masaka, en ocasión de una visita a la comunidad africana. Henry, que en esa época era un estudiante de 22 años, era un empresario “novato”. Pero Gonzalo intuyó que su proyecto poseía todos los componentes para transformarse en un buen “business”: la idea, la atención por los detalles, la calidad del producto. Lo que más le asombraba a Gonzalo era el proyecto del empaquetamiento, realizado con materiales simples, pero con la creatividad y responsabilidad de alguien que tiene la vena empresarial. Fueron suficientes pocos minutos para convertirse en amigos. « No olvidaré nunca la visita al pueblo de Henry- recuerda Gonzalo-. El calor y la alegría de su gente, la maravillosa acogida con el sonar de los tambores que, habían preparado para nuestra pequeña delegación de amigos argentinos; y el abrazo, porque el verdadero encuentro se produce con el abrazo» Para sellar ese encuentro Gonzalo se sacó su pañuelo y lo anudó en el cuello de Henry: «Cuando hayas terminado los estudios, te espero en Argentina». Ese momento llegó. El verano pasado Henry se encontró con Gonzalo. Cuenta: _ «Después de haber enfrentado todos los obstáculos para obtener la visa, finalmente subí al avión. Después de un viaje de 21 horas, en el aeropuerto de Ezeiza, a las 3.30 de una fría noche de invierno, encontré a mi amigo Gonzalo esperándome». Era una oportunidad única para Henry, que acompañó a Gonzalo a las reuniones con los clientes y en las diversas fases del trabajo. «Como empresario, conocí muchos aspectos de la industria alimenticia y pude apreciar los sacrificios necesarios para concretar una empresa motivada por el ideal». El joven ugandés en Argentina descubrió el asado – presente en todas las ocasiones de encuentro con cada familia”- el mate- “muy cercano a los ritos sociales de la cultura africana, en particular en la zona de Bugana, donde los granos de café se comparten como signo de unidad”-, el típico saludo hola- para mi casi un signo de paz- y también la experiencia del invierno– “¡ni siquiera imaginaba que existiera un frío de ese tipo!”. Ahora Henry ha vuelto a Uganda: «He proyectado anexar a la empresa la construcción de estanques para asegurar la provisión constante de pescado fresco, y tal vez, exportarlo también fuera de Uganda y de África. Muchos jóvenes africanos prefieren ser trabajadores dependientes. Pero los que eligen el camino empresarial trabajan con pasión y ésto hace la diferencia». La amistad y colaboración entre las dos empresas continúa. Desde continentes lejanos, pero en las orillas del mismo Océano. Fuente: Economia di Comunione online
Nov 30, 2017 | Focolare Worldwide
Llega de forma inesperada la bendición del Papa Francisco a los habitantes de la Mariápolis Victoria, un pequeño oasis de paz en la ciudad de Man, en Costa de Marfil, que días pasados celebró el Jubileo de plata. Con un “gracias por la obra de Evangelización realizada en este lugar”, Francisco invita “a perseverar valientemente en el servicio de la unidad y de la concordia entre los hombres”, y a continuar “en el camino de una fraternidad cada vez más universal”. Son múltiples los episodios de fraternidad que ocurren en este lugar, desde los días de la guerra civil (2001-2003), cuando los habitantes decidieron quedarse. También los focolarinos europeos, a pesar de que las autoridades invitaron a los extranjeros a dejar el país, decidieron quedarse. El testimonio fue el de amar hasta el final, el de abrir las puertas para proteger a las personas- 3.500 pasaron durante estos meses- musulmanes y cristianos. Gente que arriesgó la vida, como Salvatore, Rino, Charles, quienes fueron colocados frente al muro, para ser fusilados: ¡No les queda otra cosa que rezar!”, les dijeron. Pero lo lograron. Ahora la ciudad y el país dieron vuelta la página, aunque no existe aún una plena reconciliación política. La Mariápolis Victoria no es sólo el oasis de paz en tiempos de guerra. Es un laboratorio social. Con los tres días de fiesta (17-19 de noviembre) por la celebración de los 25 años, se dio espacio a los hechos. La visita a las actividades de la ciudadela fue la primera cita del programa: los huéspedes visitaron el Centro Médico Social –renovado y ampliado, con servicio de policlínicas durante el día en el hospital, un dentista, un fisioterapeuta-, el centro de nutrición- donde se lucha contra la desnutrición infantil y se enseña a las madres los principios de la correcta alimentación-, el centro informático- que mediante un sencillo “internet point” se ha convertido en un punto de alfabetización informática y donde se dan cursos cada vez más especializados y otras actividades empresariales como la carpintería y la tipografía. Por la preparación al 25º, se desarrolló en los meses anteriores un campeonato de fútbol donde se enseñaba la fraternidad y el fair play. El domingo 19 finalmente se premió a los equipos ganadores, no sólo por los goles marcados sino también por los puntos de fair-play adquiridos. Fue simbólica la inauguración de una estela en la “Plaza de la Fraternidad Universal” con un gran dado de la paz que resume la identidad de la ciudadela, donde la dimensión del respeto y del amor por el otro quiere entrar en todos los aspectos de la vida: desde el trabajo al deporte, de la religión a la familia. Las celebraciones oficiales fueron en la parroquia de S. María de Doyagouiné – María Reina de África- confiada a los Focolares desde los años ’70. Estaban presentes, además del nuncio apostólico Mons. Joseph Spiteri y el obispo de Man, Gaspar Bebi Gneba, numerosas autoridades civiles: la viceprefecto de Man, Madame Djerche Claude y el ex ministro Mabri Toikeusse, que es también presidente de la cámara regional y el Rey de los Jefes tradicionales del Tonpki, Gué Pascal. Expresaron su reconocimiento de las autoridades de Costa de Maril por la asistencia a la población durante la crisis y en general por la acción de los Focolares hacia las poblaciones vulnerables. Y también el embajador italiano Stefano Lo Savio quiso estar presente con un cálido mensaje. Ahora se mira hacia adelante. Son tres las palabras clave para guiar el recorrido: acogida, formación, atención a los pobres. Mientras la ciudadela se encamina a convertirse en un centro de formación global. Maria Chiara De Lorenzo
Nov 27, 2017 | Focolare Worldwide
Por primera vez después de 36 años, fue Polonia el país anfitrión del Congreso ecuménico anual de los Obispos amigos del Movimiento de los Focolares. Después de Jerusalén, Estambul, Londres, Augsburgo y otras ciudades simbólicas del camino ecuménico, fue el momento de Katowice, la capital de la Silesia. Un antiguo centro urbano de casi 300 mil habitantes, acogió, del 15 al 18 de noviembre, a 35 obispos de distintas Iglesias, ortodoxos, siro-ortodoxos, evangélico-luteranos, anglicanos, metodistas y católicos, provenientes de Alemania, Austria, Inglaterra, Irlanda, Suecia, Polonia, Hungría, Lituania, Letonia, República Checa, pero también de Brasil, Chipre, India, de la República Democrática del Congo, Tailandia y de los Estados Unidos. Con ellos estaban también unos treinta laicos. Los obispos reunidos en Katowice representan un muestrario de comunidades sociales y eclesiales diversas, pero animadas por el deseo de hacer una experiencia de comunión fraterna. “Juntos confesamos, juntos vamos al encuentro de la humanidad”, era el título del Congreso, a cuya realización, además del Movimiento de los Focolares, colaboraron localmente la Arquidiócesis católica y la Iglesia evangélico-luterana de Confesión augustana, la Iglesia ortodoxa de Sosnowiec, la Facultad de Teología de la Universidad de Silesia y la misma Ciudad de Katowice, representada por el alcalde Marcin Krupa. El Congreso se inauguró con la reflexión de Lesley Ellison, anglicana, que habló de “La espiritualidad de la unidad: una espiritualidad ecuménica”, tuvo como tema central “María, la Madre de Jesús”, con estudios teológicos desde distintas perspectivas, católica, evangélica, anglicana y ortodoxa. Fueron numerosos los encuentros, las celebraciones y los momentos de oración según las distintas tradiciones, sellados por el “pacto del amor recíproco” para vivir la comunión fraterna y “amar la Iglesia del otro como la propia”. Brendan Leahly es el obispo católico de Limerick (Irlanda), experto y animador del diálogo ecuménico en su país. Cuando lo localizamos telefónicamente, nos dijo: «Quiero subrayar la cálida acogida que recibimos en Katowice, que ya había visitado en 1991, con ocasión del encuentro de Chiara Lubich con las comunidades de los Focolares del Oeste y del Este de Europa. Es una ciudad muy desarrollada, que da gran valor a la diversidad y a la acogida. La misma que experimentamos en estos días, tanto de parte de la Facultad teológica que nos hospedó como de parte de las Iglesias católica, luterana y ortodoxa. El Congreso nos dio la posibilidad de un mayor conocimiento recíproco, permitió profundizar en las distintas realidades eclesiales y socio-culturales en las que vivimos, especialmente en Medio Oriente y en el Este de Europa. Nos damos cuenta de que no podemos ofrecer soluciones para los problemas de esos países (pienso sobre todo en Medio Oriente), pero por lo menos podemos llevar los pesos los unos de os otros. Sentir el dolor del otro me ensancha el alma. Ahora no me siendo sólo un obispo irlandés, llevo dentro también el contexto y los problemas de los otros obispos. Pero con una esperanza nueva. En cada país hay señales de esperanza, y los pasos hechos a nivel ecuménico lo demuestran. Por ejemplo, en la República Checa está en curso un proceso de perdón recíproco por los errores cometidos. El ecumenismo – continúa el obispo – es una realidad en camino desde hace muchos años, que quiere encontrar siempre nuevos contextos y dar un nuevo testimonio. En el fondo es una experiencia de dar y recibir. Impresiona la fuerte fe católica, muy radicada aquí en Polonia, pero también la apertura y el diálogo con los representantes de otras comunidades». Åke Bonnier, obispo luterano de la diócesis de Skara, en Suecia, dijo sentirse feliz por el congreso: «No éramos obispos, sino hermanos. Lo que compartimos en el congreso era una realidad, tanto en los momentos pausa como en los intervalos, o en las celebraciones. Esto fue muy importante para mí, me ha dado nueva fuerza y entusiasmo. Ahora espero con alegría el próximo año, en el que, espero, todos ellos podrán venir a Suecia. Si me preguntan si este encuentro fue importante para el camino a la unidad de los cristianos, mi respuesta es sí. La unidad no es algo que se realizará solo en el futuro, entre nosotros ya es una realidad».
Nov 23, 2017 | Focolare Worldwide
A sus espaldas 180 jóvenes del Movimiento de los Focolares, en representación de sus coetáneos de todo el mundo. Rostros, colores y rasgos étnicos muy distintos. En primera fila se presentan tres jóvenes de Siria. A su lado está Michel, que viene de Mali y tiene ojos muy expresivos. Conoció a los Focolares en su país y desde entonces dice que su vida cambió. František de la República Checa y María de Portugal explican: «Provenimos de más de 40 países. Estamos aquí de todos los continentes para confrontarnos sobre nuestra identidad y nuestros desafíos para construir una cultura de fraternidad». Detrás de ellos están sentados Amin de Argelia, que es musulmán, y Kioko, budista japonesa. Todos trabajan para construir, con un aporte realmente mundial, el próximo Genfest de Manila (6-8 de julio de 2018), el primero, en la historia de esta manifestación, fuera de Europa. ¿Por qué en Asia? Responde Giuseppe, que es italiano: «Asia contiene el 60% de los jóvenes del mundo, por lo tanto para nosotros significa apuntar al futuro, a la fraternidad universal. El título, “Beyond all borders”, más allá de las fronteras, es uno de los desafíos más grandes que tenemos que afrontar», empezando por los límites personales: los prejuicios, la diversidad social y cultural. Un gran desafío en un país que ha sido afectado por una oleada de violencia endémica, por la exclusión social de muchos sectores de la población y por una crisis política sin precedentes. «Queremos que estos conflictos no nos dividan sino que sean una posibilidad para unirnos más». Fue la gran idea lanzada por Chiara Lubich en 1987. La fundadora de los Focolares, ante una platea de jóvenes, explicó el motivo del nacimiento del Genfest: «Es una explosión de fuegos, no artificiales, sino reales, del amor de Dios. El objetivo del ut omnes (“Padre, que todos sean uno” Jn. 17, 20-23) se acerca. Jesús conquista y arrastra, deja tras de sí todo lo que no va, como un riachuelo fresco que deja en la orilla todo lo que no puede arrastrar su limpidez». Y agregó: «Verán los milagros de las gracia de Dios, porque Dios está con nosotros. Él es el único omnipotente». Está presente María Voce, la actual presidente de los Focolares. «Quisiera dirigir un enorme gracias a los jóvenes». El de ellos –afirma– es un gran acto de valentía, «la respuesta de hoy al llamado que Chiara lanzó desde los años ’60 “Jóvenes de todo el mundo, únanse”. Este llamado resuena todavía, no sólo para ustedes sino para todos. El objetivo del mundo unido todavía no lo hemos alcanzado. La primera generación por si sola, no lo logró, no podía lograrlo. Sola, tampoco la segunda lo podrá lograr, porque es un objetivo enorme. La idea de un mundo unido debe transmitirse de generación en generación, y ellas, unidas, pueden llevarlo a cumplimiento». Y agrega: «El Genfest no se refiere sólo a los jóvenes, sino a todos. Por eso quiero ir también yo y espero que seamos muchos». Cada uno puede hacer algo: «Alguien podría decir, ‘pero yo estoy enfermo, no logro… ¡Ofrece tu sufrimiento! Se puede ayudar con la acogida, ayudando a los jóvenes a preparar el programa, dando un aporte económico para esos jóvenes que de lo contrario no podrían participar. Hagamos toda nuestra parte. ¡El Genfest es mío, es nuestro!» Antes de concluir la conexión, una joven filipina propone a todos una tripe tarea: «Primero: organizar un Genfest local. Segundo: hacer una acción concreta, para ayudar al menos a un joven a ir a Manila. Tercero: adquirir la camiseta con nuestro logo, es también un modo de ayudarnos». Todos los detalles están en el sitio de los Jóvenes por un mundo unido, una sigla que a partir de ahora tenemos que aprender de memoria: Y4UW. Ver también: dev.focolare.org/genfest-2018/