Ago 1, 2017 | Focolare Worldwide
El término “sistema” está quizás entre los más utilizados de nuestro lenguaje. Casi sin darnos cuenta, siempre aparece, ya sea que hablemos de elecciones administrativas, de totogol, de estrellas, de unidades de medida, de política, de irrigación, de las tareas de álgebra de los hijos, seguridad, transporte, atención médica o cadenas montañosas. Sencillo o complejo, nervioso o monetario, un “sistema” (proviene del griego siìstema, reunión, colección) está siempre en la boca de todos. En 1937, y en una forma más “sistemática” en 1945, un biólogo austríaco, Ludwig von Bertalanffy (Viena, 1901 – Búfalo, NY, 1972) fue el primero en enunciar la Teoría General de los Sistemas (TGS), un método de lectura e interpretación de todo el mundo existente: «Todo organismo es un orden dinámico de procesos recíprocamente interactivos». A su Teoría ha dedicado una escrupulosa atención el catalán Jordi Marjanedas, generación 1940, en su reciente volumen “Los desafíos de hoy a la luz de la Teoría General de los Sistemas” editado por Città Nuova. El texto va, desde las ciencias biológicas a la vida del universo, de la ecología a la antropología, de la historia a la ética, de las ciencias sociales a la religión, buscando en cada campo del saber elementos de integración y coherencia, según una visión unitaria de la persona y de la creación. ¿Dónde reside la importancia de la Teoría? El desarrollo de la ciencia moderna ha llevado a una proliferación de saberes parciales, fragmentados, hiper-especializados. Tanto que, irónicamente, el escritor G. K. Chesterton dice: «Llegará el día en que lo sabremos todo de nada». Esta fragmentación empaña la visión unitaria del todo. Por ejemplo, en la medicina, la persona no sólo es hígado o articulaciones, sino un conjunto armónico y unitario de espíritu, alma y cuerpo. En filosofía, se han sucedido innumerables teorías y sistemas “cerrados”, que pretendían explicar la totalidad de la realidad bajo un único significado (los totalitarismos son un ejemplo). El mismo Aristóteles, había admitido que: «El todo es más que la sencilla suma de las partes». A finales del ‘900, la sistemática se desarrolló a nivel universitario como la ciencia que tiene como fin buscar en las varias disciplinas el sentido unitario de la existencia, aun en sus múltiples dimensiones. De este modo, por ejemplo, el desarrollo científico no puede ser un fin en sí mismo, sino que ha de estar en función de un bien superior. Lo mismo vale para la relación entre las culturas, que ha de caracterizarse por el diálogo y el respeto recíprocos. Por eso –afirma Marjanedas- se debe subrayar la importancia de las relaciones constructivas con los demás en función de un bien total. «Es necesario abrirse y promover un diálogo sincero entre las personas y los grupos culturales diferentes». La actualidad de la Teoría consiste por lo tanto en su posible aplicación en todos los ámbitos. «La idea de sistema ofrece un instrumento para integrar y estructurar coherentemente la comprensión de las distintas disciplinas. La educación, por ejemplo, no puede referirse solamente a los valores científicos, sino también a aquellos éticos y a aquellos artísticos para lograr un desarrollo global de la personalidad, teniendo en cuenta la totalidad de los componentes del mundo educativo y los distintos roles de los estudiantes, profesores, padres de familia, personal administrativo y de la comunidad». «El pensamiento, en su acepción más noble y alta –escribe Jesús Morán en la presentación del libro de Marjanedas – está siempre abierto y en continua evolución, en una constante actualización. Éste capta la realidad y, sin por ello encerrarla en esquemas predeterminados y fijos, permite moverse en ella en una continua sensación de estupor, si bien está dentro del marco de un horizonte. La realidad es algo que nos precede y nos supera». La visión de la realidad como sistema puede ser no sólo un ejercicio intelectual, sino una propuesta de ponerse en juego, una aventura de continua humildad y creatividad. Es realmente un auténtico desafío. Un sacerdote regala el libro al Papa Francesco
Jul 31, 2017 | Focolare Worldwide
Desde el inicio de mi aventura en el focolar de Tailandia en 1984, el contacto con los pobres ha sido constante. En 1985, hice mi primer viaje al país que entonces se llamaba Birmania (actualmente Myanmar) y me quedé impactado palpando la más extrema miseria. Hasta ese día nunca la había visto personalmente. Luego, con la guerra civil que estalló en 1988, los refugiados empezaron a llegar a Tailandia, sobre todo a la región fronteriza. ¿Sus condiciones? Enfermedades, soledad, desesperación, explotación y muchas ganas de una vida verdadera. Para nosotros focolarinos, era un rostro de Jesús crucificado y abandonado que intentamos aliviar y amar. En estos 32 años, nuestra ayuda ha sido seguramente insuficiente, comparada con una verdadera catástrofe humanitaria de la que se habla poco. Ante el dolor, ante los que mueren, jamás estás preparado. Desde hace unos 6 años, nuestro compromiso se ha intensificado en la zona de Mae Sot, al noroeste de Tailandia, en una ciudad fronteriza. Retomamos el proyecto puesto en marcha por Padre Justine, birmano, que falleció luego de una larga enfermedad. Él había empezado a ocuparse de los niños de los migrantes que se quedaban solos en casa todo el día, reuniéndolos en una pequeña “escuela” (una choza). Se había quedado sin soporte económico, así que le dimos lo que nos quedaba de dinero para que pudiera recibir nuevamente a los niños. Hoy en día la escuela se llama “Gota tras Gota, el puente Latina Mae Sot”: una colaboración entre nuestros niños de Mae Sot de origen birmana y Karen y los de una escuela en Latina, Italia, donde trabajan algunos miembros de los Focolares. Es un puente de solidaridad que une las dos ciudades ubicadas a unos 10,000 km de distancia, y que ahora se ha extendido involucrando a algunos centenares de personas de muchos otros lugares. Una multinacional del transporte nos ayuda trayendo con sus contenedores las ayudas recolectadas, pagando todos los gastos aduaneros (1000 euros para cada carga), para así hacerlas llegar hasta Mae Sot, en las montañas de Tailandia. Actualmente, a través de Padre Joachim de Myanmar, ayudamos a unas 200 personas que no viven en los campos oficiales para refugiados, son indocumentados y a menudo no tienen qué comer. Como dice el Papa Francisco, hacemos la experiencia de “tocar la carne di Cristo”, uno de los numerosos rostros de Jesús Abandonado. Además de la comida, se necesita amor, calidez, afecto … Chiara (Lubich) y nuestra espiritualidad nos impulsan a ‘hacernos uno’ con todos. Uno de ellos nos dijo: “Gracias por todo lo que nos hacen llegar, pero sobre todo porque nos hacen sentir amados. Esto nos da esperanzas para vivir”. Tenemos una asociación formada por algunos de nuestros amigos de Poschiavo (Suiza), que fue reconocida por el gobierno, y financia los proyectos en curso en tres países: Tailandia, Laos y Vietnam. ¡Después de 6 años vemos que es realmente un milagro! En Vietnam, los proyectos están situados en la zona sur, hacia el Delta del Río Mekong, centrados en una parroquia. Construimos pequeñas viviendas o las reparamos; pozos para el agua potable para quienes no tienen acceso; y construimos puentes que son realmente útiles para facilitar las comunicaciones entre los islotes. Los así llamados “puentes de los monos”, hechos sólo de una decena de cañas de bambú, se transforman en puentes para las personas, hechos de cemento y hierro. Ahora empezamos a trabajar también en las montañas, en el centro de Vietnam, en la zona de Gia Lai (conocida por los combates durante la guerra) con un grupo de las minorías étnicas. La Iglesia está muy comprometida en esa zona y la pobreza alcanza niveles realmente preocupantes en los países de la montaña, sobre todo para las poblaciones étnicas. En Laos llevamos ayuda a los niños a través de los sacerdotes que vivieron un tiempo en la “escuela sacerdotal” de Tagaytay (Filipinas). La ayuda es respaldada por relaciones de verdadera amistad, mucha fantasía y ganas de trabajar. El amor es como un puente que une a todos con un sueño común: vivir concretamente la fraternidad universal. ¿Nuestros fondos? Donaciones espontáneas, de parte de mucha gente común e incluso pobre. Estamos convencidos de que si Dios quiere este proyecto, Él nos hace llegar lo que necesitamos. Luigi Butori Website: www.gocciadopogoccia.ch Facebook
Jul 28, 2017 | Focolare Worldwide
A partir del pasaje de la banda internacional Gen Verde por la ciudad, en la escuela donde Tiziana es profesora, se vieron efectos positivos en las relaciones entre ella y los alumnos. En especial cuando terminó el curso, sabiendo Tiziana que uno de ellos se manifestaba como no creyente, quiso escribirle. La respuesta del estudiante no se hizo esperar. «Querido Luca, ya terminamos el curso escolar. Siento el deseo de escribirte algunas líneas pues me faltó la posibilidad de intercambiar opiniones contigo. Así, sin un motivo preciso, sólo porque me gusta mucho el diálogo. Me gustaría también preguntarte el porqué de tu “ateísmo”, como diría Checco Zalone… [un cómico italiano, ndr], pero no hubo tiempo. Estoy convencida de que no existen ateos, sino sólo “personas diversamente creyentes”. Es demasiado fuerte el deseo de infinito que nos invade el alma. Hice un descubrimiento fundamental en mi vida, que me cambió radicalmente: Dios ama al punto de la locura, a mí y a cada uno de nosotros. Tal vez yo sea diversamente atea si no hubiese conocido a este Dios. El amor nos interpela a todos, estamos locamente sedientos de amor. Si tú crees como yo en el amor, entonces, ambos somos diversamente creyentes. Si el ateísmo te lleva a no creer en un Dios cruel, justiciero, frío, indiferente, Motor inmóvil, gran aquitecto, Ser supremo, etc, etc, entonces ¡también yo soy atea contigo! Puedo sólo creer en un Dios de carne y hueso, que por amor nació, se hizo hombre, murió y resucitó. ¡Chau Luca, quiero agradecerte por estos años que vivimos juntos!» «Querida profe me da un grandísimo gusto saber que también fuera del contexto escolar Ud. quiera tener el deseo de escucharme (no es que no lo supiera, sino que ésto fue una confirmación ulterior). También a mi me hubiera gustado discutir con usted los argumentos más disparatados, desde la política hasta la religión. Siempre admiré su disponibilidad y su apertura mental, su capacidad de diálogo, de escucha, de comprensión, de aceptación de las opiniones de los otros, aunque sean totalmente diferentes de las suyas. Siempre consideré su opinión como algo muy importante. Entre las numerosas cosas, me enseñó que cambiar el punto de vista es fundamental para comprender a los demás, pero sobre todo a sí mismo. Este año participé junto con otros compañeros de la escuela en “PULSE”, el 1º de mayo en la ciudadela de Loppiano. Durante nuestra estadía fuimos alojados en el Instituto Universitario Sophia, en el cual diversos jóvenes provenientes de todo el mundo continúan sus estudios después de graduarse. Fue allí, en lo que a mi se refiere, que encontré en mi propia persona, el significado de la igualdad, hermandad. Y esto fue gracias al magnífico recibimiento de los jóvenes y de los profesores del Instituto, que me trataron como si nos conociéramos de toda la vida. Lo que me impresionó más fue lo que ocurrió la noche del segundo día, cuando cenamos junto con los jóvenes que nos alojaban. Ellos cocinaron juntos apasionadamente, sólo para nosotros, todo lo que tenían en la cocina. En ese momento a pesar de que estuviese a más de 1000 km de distancia de mi ciudad, me sentí en mi casa. Me encontré en la mesa hablando del más y del menos con dos libaneses, con un alemán, con un cubano, un argentino, un colombiano y un boloñés delante de un plato de carne, espinaca, papas y cebollas. Después nos quedamos despiertos hasta tarde conversando sobre nuestras experiencias, nuestros proyectos, tocando la guitarra, cantando canciones y tomando un poco de vino que provenía de la selva negra alemana. En ese momento el objetivo de “PULSE”, por lo menos para mí, fue alcanzado. Gracias profe y… ¡hasta la próxima!
Jul 25, 2017 | Focolare Worldwide, Senza categoria
Jul 22, 2017 | Focolare Worldwide, Senza categoria
Agustín nos regala una de las más preciosas intuiciones del misterio de la oración: «El oído de Dios está sobre tu corazón» (comentario del Salmo 148). Dejar que el oído de Dios se pose sobre nuestro corazón, abrir nuestro corazón al oído de Dios. De esto se trata, éste es el arte de la oración; un arte, en verdad, para todos; de hecho, no es nuestro, sino del Espíritu que Dios nos da y que ora en nosotros, porque nosotros no sabemos cómo y por qué cosas tenemos que rezar (cf. Rm 8, 26s). […] Orar es elevar el corazón a Dios. Pero ¿somos capaces de ello? ¿Acaso no es demasiado limitado el radio de nuestra percepción, para que nuestro corazón pueda por sí solo elevarse hacia Dios? ¿El impulso de nuestro corazón no es demasiado débil? ¿No están colgados a nuestro corazón unos pesos que, gravando sobre él, lo paralizan y lo arrastran hacia abajo? ¿Qué es lo que nos da el valor de afirmar: Tenemos el corazón dirigido hacia el Señor? Su oído. Él lo inclinó hacia nosotros. El Padre escucha al Hijo. Y Éste descendió entre nosotros, en nuestra carne, en nuestro corazón. En el corazón del Hijo, el Padre oye cada latido de nuestro corazón, en el corazón del Hijo encuentra nuestro corazón. En Él, en el cual hemos sido creados, amados, sostenidos, acogidos, Él nos escucha. Elevar nuestro corazón significa dejarlo ahí donde está, y descubrir que, ahí donde está, cerca nuestro, está el corazón de Dios en el corazón de su Hijo. Abandónate en Él y te sostendrá. En Él, el oído de Dios está sobre tu corazón; en Él, tu corazón está atento al oído de Dios. […] Lo contrario también es válido: Dios tiene su corazón cerca de tu oído. Él te ha revelado, transmitido, donado no algo de Sí mismo, sino Sí mismo. Si crees en Él, si te adhieres a Él, si lo escuchas, entonces no escuchas una noticia, una directriz, un mandato: tú oyes su corazón. Permanece a su lado hasta que descubras este corazón suyo. Él necesita de tu paciente escucha para abrirte su corazón; de hecho, sólo la paciencia comprende el amor y aprende el amor. A quien lo ama, a éste Él se le revelará y hará morada en él (cf. Jn 14, 21-23). […] Dios tiene su corazón atento a tu oído, para que, a través de tu oído, su corazón penetre en tu corazón, llegue a ser tu corazón. El oído de Dios sobre tu corazón – el corazón de Dios atento a tu oído: alternancia de la oración. Sólo el que ora conoce a Dios. Sólo el que ora conoce al ser humano. De Klaus Hemmerle, “Con l’anima in ascolto, Guida alla preghiera”, Città Nuova Ed., Roma 1989, pagg. 9-11.
Jul 21, 2017 | Focolare Worldwide
“Cada vida tiene esperanza”: estas palabras encierran el leitmotiv que llevan adelante las Fazenda da Esperança en todo el mundo. “Hemos visto y vivido el infierno; en estos días fuimos transformados en artistas”. Esta es una de las expresiones recogidas durante el intercambio de experiencias después de cinco días de trabajo que concluyeron con dos representaciones de Campus – The musical. 110 jóvenes de la Fazenda da Esperança y de Puglia (región del sur de Italia), se prepararon en talleres de danza, canto, teatro y percusión, para después aparecer como actores junto con el Gen Rosso en el palco del Teatro Kennedy de la ciudad de Fasano en algunas escenas del Musical Campus, durante los días 7 y 8 de julio. “Era necesario aprender bien y rápido a pesar del calor y de los propios límites”. Fue fundamental compartir el lema “Recibir al diferente”. Había en efecto, personas procedentes de 15 países y diferentes por su cultura, edad, experiencias de vida… La adrenalina subió a mil, cuando se encontraron lanzados en el palco ofreciendo lo mejor de sí mismos, mientras que los miedos y las preocupaciones desaparecían alentándose recíprocamente. Algunos decían: “Sentíamos una fuerza superior que nos sostenía y que nos daba confianza en nosotros mismos”. “Aprendí fue que no me debía detener durante la exhibición por culpa de un error: esto me hizo reflexionar mucho. Llevo este ejemplo en mi vida yendo adelante siempre, a pesar de mis fracasos” El domingo 9 de julio en Monópoli se realizó la inauguración de una nueva Fazenda da Esperança. Estaban presentes algunos jóvenes conocidos en la cárcel y que ahora están comprometidos en primera persona a ayudar a otros jóvenes como ellos. “Para nosotros del Gen Rosso – explica Franco-, colaborar con la Fazenda, como lo hacemos desde hace varios años, representa siempre un fuerte enriquecimiento y nos da un impulso decisivo para captar en cualquier lugar del mundo señales fuertes de esperanza”. La fiesta concluyó cantando “Yo estaba allí”, la canción que el Gen Rosso compuso como homenaje a la Fazenda da Esperança. Gustavo Clariá