Jun 24, 2017 | Focolare Worldwide
Llegamos al Dharma Drum anoche, al atardecer, y unos jóvenes voluntarios nos recibieron con exquisita amabilidad y nos ayudaron a ubicarnos en nuestras habitaciones. Luego pasamos a la cena y a los saludos. Esta mañana empezó el simposio. Tanto la sala del congreso, como todo el edificio que contiene el College of Liberal Arts son modernos. Fueron construidos por un arquitecto japonés con jardines colgantes para garantizar un clima agradable incluso durante la estación cálida y húmeda, aunque aquí parece que la humedad domina en todo momento del año. La comida que nos brindaron, absolutamente vegetariana, de alto nivel culinario, fue la expresión de una acogida delicada y atenta que nos hizo sentir como en casa. A las 10 horas empezó la ceremonia de apertura. Uno de los miembros del cuerpo docente, Guohuei Shih, presentó a los distintos ponentes. Rita Moussalem y Roberto Catalano, co-directores del Centro para el diálogo interreligioso de los Focolares, fueron los primeros en hablar después de los saludos del Encargado de Negocios del Vaticano, el padre Giuseppe Silvestrini. Fuimos unos setenta participantes procedentes de EEUU, Europa, Tailandia, Corea, Japón, Filipinas, China y Taiwán, católicos y budistas de varias tradiciones. Estuvieron monjes y laicos theravada de Tailandia, budistas japoneses mahayana en representación de antiguas escuelas tales como la Nichiren-Shu, la Tendai-Shu y de movimientos recientes como la Rissho Kosei-kai. Se percibió mucha cordialidad entre todos, una relación consolidada a lo largo de los años con algunos que vinieron con sus jóvenes seguidores. Después de la ceremonia de apertura, la visita al gran conjunto. Los grupos se dirigieron hacia distintas partes del Dharma Drum Mountain. Muy significativa la visita al museo del Master Sheng Yen, fundador del Dharma Drum y reformador del budismo Chan. Por la tarde seguimos viendo las varias salas en las que se honran distintas imágenes de los Buda. Especialmente interesante fue la lección sobre cómo aquí se venera al Iluminado. Los monjes Theravada aprenden humildemente de unos jóvenes monjes de su misma tradición que están estudiando en esta universidad. Pero el momento más hermoso de la jornada fue el así llamado periodo de la Blessing: un largo momento de oración, durante el cual se reza según la propia tradición: solemnidad, respeto y silencio. En la sala del Buda, donde esta mañana celebramos la misa con los cristianos, nos quedamos una hora y media mientras se sucedían varias oraciones. Empezaron los monjes theravada y continuaron los cristianos. También participaron los miembros de la Rissho Kosei-kai, los de la Tendai Shu y los monjes del Fo Gu Shan. Parecía como si el tiempo no hubiera pasado y en el corazón se advertía una gran riqueza. Era como palpar el anhelo del hombre de lo infinito y la necesidad de alcanzar lo absoluto sobre todo ante los grandes problemas del dolor y de la guerra. Saliendo nos sentimos más cercanos los unos a los otros, sin embargo fue éste el momento del programa de estos días en el que más se puso en evidencia la diversidad. Gracias al espíritu de comunión, de respeto recíproco que nos mancomunó en cada expresión del programa”. En los días siguientes, los trabajos continuaron en un crescendo de conocimiento recíproco y de relaciones de amistad y verdadera fraternidad. Se habló de sufrimiento, con intervenciones acerca de la dimensión personal y social del mismo, presentadas por cristianos, budistas theravada de Tailandia y de Mahayana, la Rissho Kosei-kai, la Tendai-shu y el Budismo Won de Corea. No faltaron los talleres en los que los ponentes presentaron simultáneamente contenidos referidos a religión y psicología, diálogo y actividades sociales, experiencias de diálogo en varios contextos y meditación y diálogo haciendo especial mención de la meditación vipassana. Tres expertos concluyeron con algunas reflexiones sobre los contenidos surgidos en el curso de los trabajos. Más allá de todo, lo que cuenta es la atmósfera creada. El mismo rector del D.I.L.A. (Dharma Institute of Liberal Arts) el Rev. Huimin Bikshu, contó que es el primer encuentro de este tipo en dicha universidad. Además de los participantes inscriptos, se agregaron monjas y monjes del Dharma Drum Monastery y estudiantes del College. La jornada se caracterizó por un gran compromiso espiritual y existencial. El diálogo permitió evidenciar varios aspectos que son comunes, aunque en medio de la gran diversidad existente entre las dos tradiciones. Son experiencias que lanzan puentes de diálogo, como afirmó el Rev. Nisyoka de la Tendai-shu japonesa, y dan esperanza. La conclusión de los trabajos se desarrolló a la tarde y fue organizada por la Providence University, institución académica con sede en Thien Chu. Fue el momento de hablar de economía, medio ambiente y diálogo entre las religiones. Es difícil expresar los resultados de esta semana de experiencia común, reflexión y amistad espiritual porque está en lo íntimo de cada uno de los participantes. Tal vez, lo que expresó un joven monje japonés, abad de uno de los templos en su país, explica la profundidad de la experiencia vivida. «Muy escasas veces en mi vida advertí la presencia íntima de Dios-Buda como ha sido en los días de nuestro simposio en Taiwán. […] Estudié en escuelas cristianas y siempre pensé que el cristianismo era una religión que se desarrolla en la iglesia (en el sentido de ritos y funciones religiosas). Durante el simposio en Taiwán entendí que el cristianismo, en cambio, es la religión de la presencia de Dios entre los hombres». De Roberto Catalano Lee la primera parte
Jun 22, 2017 | Focolare Worldwide
Ponerse a la escucha. Es ésta la actitud con la que Gabriela Melo y Augusto Parody del Centro internacional de los Focolares afrontaron el viaje que los llevaría a visitar a las numerosas comunidades del Movimiento esparcidas en América Latina. Y llegaron hasta Esmeraldas, en Ecuador, en la Costa Pacífica, un área donde la mayoría de la población es afro-ecuatoriana. El azul terso del cielo se confunde con el del mar y deja brillar como piedra preciosa el verde de la vegetación. Este paisaje encantador cambia de repente, apenas entramos en el área habitada, dejando lugar a aglomeraciones de tugurios de caña y zinc, especialmente en los barrios más marginados como Isla Bonita, Pampón, Puerto Limón. Numerosos niños juegan todo el día en la calle o en la playa, y cuando son adolescentes y jóvenes, si no se interviene a tiempo, se dedican a la droga, al alcohol, al pandillaje. Aquí en Esmeraldas, desde hace más de treinta años, la espiritualidad de la unidad echó sus raíces precisamente entre la población afro-ecuatoriana: familias, jóvenes, sacerdotes, niños, que han acogido el anuncio evangélico del amor recíproco, convirtiéndolo en ley de su propia vida. Una fuente de espiritualidad que encendió nueva esperanza, poniendo en marcha un sinnúmero de ideas y energías. Es lo que aconteció alrededor del P. Silvino Mina, también él afrodescendiente, quien a través del “Grupo Ayuda” formado en su parroquia, pudo intervenir en los casos más urgentes de niños y chicos de la calle. De aquí nació la exigencia de consolidar estas ayudas, dirigiéndose también a las Instituciones. Nació así Fundación Amiga (1992) y con ella una escuela para chicos en condición de especial vulnerabilidad, con la finalidad de volver más digna su vida y ayudarlos a afrontar su futuro, a través de adecuados programas educativos. Haciendo hincapié en su gran talento deportivo (Esmeraldas de hecho es conocida como cuna de los deportistas ecuatorianos), empezaron con una escuela de fútbol, luego se abrieron unos talleres artesanales gestionados por los mismos jóvenes que andaban por las calles. «Hoy en día la escuela acoge a unos 1.700 niños y adolescentes de los 3 a los 19 años – explica el P. Silvino – con un proyecto educativo de formación global, donde se trata de vivir lo que se aprende, involucrando a toda la comunidad educativa: estudiantes, docentes y padres de familia. Cada día se les brinda a todos los chicos una comida sustanciosa, que para muchos es lo único que pueden permitirse; vacunas y asistencia médica; educación a la salud y prevención del SIDA. Promovemos también el conocimiento de la cultura y de las tradiciones afro. Y esto no es todo». En efecto Ecuador es una encrucijada de culturas milenarias (Quito fue una de las dos antiguas capitales del Imperio Inca), donde se hablan varios idiomas amerindios (Quechua, Shuar, Tsafiki y otros). El esfuerzo del gobierno es precisamente el de recuperar comunidades, culturas y formas de religiosidad locales, para abrir con y entre ellas un diálogo que valore sus diversidades en una enriquecedora experiencia de interculturalidad. Esta misma palabra, interculturalidad, aparece hasta once veces en la nueva Constitución, aprobada en 2008. «Y si a esta exigencia socio-política – observan Gabriela y Augusto – se le agrega, tal como está sucediendo en Esmeraldas, el compromiso de vivir el Evangelio, se construyen comunidades en las que las distintas componentes étnicas, lingüísticas y religiosas encuentran espacio y dignidad, activando en la vida diaria un proceso de integración que se expande rápidamente. Proceso que sería una gran ventaja para ese gran laboratorio de interculturalidad que es Ecuador, un país que realmente puede ofrecer al mundo un modelo imitable y sustentable de encuentro y convivencia».
Jun 21, 2017 | Focolare Worldwide
«Aunque no se dice oficialmente, también aquí se está combatiendo la “tercera guerra mundial por pedazos”. El gobierno de transición está tratando de reedificar lo que derrumbó la reciente guerra civil, pero debe medirse con las numerosas tensiones que a menudo desembocan en luchas fratricidas». Martial Agoua es un sacerdote católico de la República Centroafricana, un país en su mayoría cristiano, con el 15% de musulmanes. En ausencia de un órgano de defensa nacional, la ONU envió a los cascos azules (fuerza Munisca) de algunos contingentes extranjeros, pero los intereses en juego son muchos. Además, paradójicamente, las acciones de la guerrilla encubren a los buitres extranjeros, ávidos de los valiosos recursos minerales del país. Así es que rige la caza al enemigo, que a menudo se identifica fatalmente con la tribu que está al frente, o la aldea que practica otra religión. En las recientes crónicas se lee de un obispo católico, Mons. Juan José Aguirre Muñoz quien abrió su parroquia, a Tokoyo, para alojar a 2000 musulmanes que estaban siendo atacados por los anti-Balaka, llamados también milicias cristianas, que originalmente surgieron como grupos de autodefensa de las pandillas islámicas Seleka, pero que a menudo, últimamente, se han convertido en organizaciones terroristas. Y que no distinguen entre los grupos violentos que habían encendido la rebelión y los civiles musulmanes, gente pacífica en su mayoría comerciantes o peuls (manaderos nómades). «Mi parroquia – cuenta el P. Martial –, intitulada a la Sagrada Familia, está ubicada en Sibut, la capital de la región Kemo Inbingu. Aquí en Sibut, recientemente, tuvo lugar una reunión de todas las autoridades: del Prefecto al alcalde, de los jefes de los barrios a la fuerza ‘Munisca’ del contingente burundés, de los ex-Seleka a los anti-Balaka. En un determinado momento el jefe de los anti-Balaka tomó la palabra para decir en voz alta que los pastores de las distintas iglesias, los sacerdotes, religiosos y religiosas, no tienen más que hablar de cuestiones sociales en las iglesias. Todos se atemorizaron y nadie se atrevió a contradecirlo. Yo tampoco intervine en ese momento, pero aquella amenaza no detuvo mi compromiso cristiano. De la espiritualidad de los Focolares aprendí que hay que amar a todos, que hay que interesarse por los derechos de todos. Y me dije a mí mismo: si tengo que elegir de qué lado estar, elegiré siempre estar cerca del más débil, el más indefenso». Dos días después, los peuls (llamados también Mbororo), fueron atacados por los anti-Balaka en la selva donde pastaba su ganado, a 18 kilómetros hacia Bangui. Cuatro hombres fueron asesinados y siete, entre mujeres y niños, heridos. La Munisca llevó a los heridos al hospital central de Sibut, pero durante dos días no recibieron ni cuidados médicos ni comida. Todos tenían miedo de acercárseles y asistirlos, incluidas las Ong y los servicios humanitarios. «Cuando me enteré de esta situación – explica el sacerdote–, me animé y fui donde el jefe de los anti-Balaka para pedirle que me acompañara al hospital. Viendo a esos heridos musulmanes, abandonados a sí mismos en una sala con un tufo insoportable y en condiciones lamentables, ambos nos conmovimos. Fui a la carrera donde algunas familias cristianas que viven cerca del hospital para pedir agua beber y para lavarlos, y también algo de comida para ellos. Luego obtuve del director de la Cáritas diocesana un medio de transporte para llevarlos a Bangui, a 200 Km de distancia. Gracias a Dios en tres semanas todos se repusieron y la Cáritas los pudo traer de vuelta sanos y salvos y devolverlos a sus seres queridos». Abbé Martial Agoua – Sibut (R.C.A.)
Jun 19, 2017 | Focolare Worldwide
«Que todos sean uno. Nacimos por estas palabras, por la unidad, para contribuir a su realización en el mundo». Las palabras de Chiara Lubich, comentadas por el obispo Felix Liam, Presidente de la Conferencia Episcopal de Myanmar, el primer día del encuentro de los Obispos asiáticos amigos del Movimento de los Focolares (1- 4 de junio de 2017), evidencian bien la finalidad del congreso, que este año se desarrolló en Yangon, en Myanmar, país de Asia Sur-Oriental, en el lado occidental de Indochina. Estos congresos, que empezaron unos 40 años atrás por iniciativa de Chiara Lubich y de Klaus Hemmerle (1929-1994), entonces obispo de Aquisgrán (Alemania), se llevan a cabo cada año a nivel internacional, ecuménico y regional. En Yangon, con una fuerte presencia del episcopado de Myanmar (19 obispos), se respira un clima de familia y de recíproca acogida. Entre los 31 participantes un buen porcentaje proviene de Filipinas, India, Malasia y Corea del Sur. Comunicando la experiencia de su encuentro con la espiritualidad de la unidad, el Card. Francis Xavier Kriengsak de Bangkok, moderador de los obispos amigos de los Focolares, invita a los obispos a que descubran y ahonden en uno de los puntos fundamentales de la espiritualidad de la unidad: Jesús crucificado y abandonado. Y a que lo pongan en el centro de la propia vida para ser instrumentos de comunión en la Iglesia y en la humanidad. De esto hablan los testimonios de miembros de la comunidad local de los Focolares, que se preparó para acoger de la mejor manera a los prelados. Pero también las experiencias de algunos obispos, como la del irlandés Mons. Brendan Leahy, quien ve en el misterio de Jesús abandonado “el rostro de la misericordia, la llave del diálogo y de la unidad y el camino para una santidad de pueblo”. A través de un PowerPoint se presenta la vida de Mons. Klaus Hemmerle. Breves videos muestran la sorprendente fecundidad del amor al Abandonado aun en los contextos más “candentes”. Muy actual el tema sobre “Evangelización e Inculturación en la Espiritualidad de la unidad”, que suscita especial interés en una nación en su mayoría budista. La historia de Chiara Lubich y del Movimiento al que ella dio vida, junto con las experiencias de los miembros de la comunidad del lugar, suscitan gran conmoción. El Cardenal Carlo Bo, arzobispo de Yangon: «Me impactó profundamente el relato de la vida de la fundadora carismática y profética de vuestro movimiento. Más que nunca la Iglesia necesita de movimientos como el Focolar. Cuando la arrogancia del poder dividía a las personas por el color de la piel y por su raza, Chiara creó una comunión a nivel mundial, en pos de la paz global». El Obispo Matthias (Myanmar) comentó: «Generalmente, cuando se asiste a encuentros de obispos, se escuchan muchas cosas, pero son a nivel intelectual. En cambio aquí se habla de la vida y se ven personas felices». Y el Obispo Isaac (Myanmar): «La vida de un obispo no es fácil, a menudo nosotros mismos nos sentimos abandonados. Conociendo a Jesús Abandonado tendré la fuerza y la luz para seguir adelante». De Corea, Mons. Peter agregó: «Es la primera vez que participo en un encuentro de obispos. Estoy feliz de haber conocido y profundizado el misterio de Jesús abandonado. Aquí encontré a personas que tratan de amarlo en cada dificultad; personas que están detrás de bambalinas, que tratan de servirnos a todos nosotros», refiriéndose a los miembros de la comunidad local del Movimiento. La apertura al diálogo cultural e interreligioso asume los colores dorados de la Pagoda de Shwedagon, la más importante y conocida de la capital. La visita de este lugar sagrado, en el que están celosamente custodiadas las reliquias de los cuatro Buda, en la colina de Singuttara, a oeste del Lago Real, simboliza el respeto por el alma budista y por la cultura del lugar. En la cima de la Pagoda, salpicada de piedras preciosas, un anemoscopio de banderola muestra la dirección del viento. Si éste es bastante fuerte, el movimiento es acompañado por el sonido de decenas de campanillas. ¿Hacia dónde sopla el viento? Los obispos de Myanmar no tienen dudas: en la dirección de la unidad, hacia una Iglesia cada vez más “comunión”.
Jun 17, 2017 | Focolare Worldwide
Mi gira empieza el último día del calendario ruandés, en el que se recuerda la masacre que aconteció en 1994. Sé que Jesús abandonado puede dar un sentido a todos los sufrimientos humanos, especialmente a aquellos que dejan profundas heridas en el corazón. Advierto un estrecho vínculo entre el sacrificio de Jesús y lo que sufrió el pueblo ruandés. Bajo la guía de P. Telesphore, sacerdote del lugar, conozco la capital Kigali, conocida por su limpieza. Sin embargo, los signos del desarrollo económico se notan sobre todo en el centro de la ciudad, que se parece a una capital europea. Pero no lejos de los edificios modernos, está la gente común, vinculada a la agricultura, que se desplaza para vender sus productos en el mercado: fruta, verduras, gallinas… Por mi tez blanca y mi alta estatura, mi presencia no pasa desapercibida. A menudo descubro miradas sorprendidas, pero es suficiente un gesto de saludo, «muraho», o una sonrisa, y se rompe el hielo con una linda sonrisa como respuesta. Las visitas a las principales ciudades del país las hacemos en auto. De vez en cuando nos detenemos para brindarle un pasaje a alguien. Entre las tantas personas a las que llevamos, me llama la atención una joven de unos 20 años. Detrás de su linda sonrisa hay una historia dolorosa. P. Telesphore me cuenta que sus padres fueron asesinados durante el genocidio de los años ’90. Ella estaba yendo a rezar sobre su tumba. Desde niña, junto con su hermanito, iban donde P. Telesphore. Allí ambos encontraron una familia que los colmó de amor. Y como ellos, encontré muchas otras situaciones parecidas. El día sábado lo transcurrimos en el seminario teológico que acoge a seminaristas de todo el país, unos 130. Durante la misa, impregnada de cultura ruandés, quedé profundamente impactado por la acción de lgracias después de la comunión, con cantos que ponen todo el cuerpo en movimiento. Es una especie de ritmo sagrado, no sincronizado entre todos, pero increíblemente armónico. Escuela Gen’s. En uno de los seminarios hacemos una “escuela” para los seminaristas que quieren conocer la espiritualidad de la unidad. P. Telesphore aclara desde el primer momento que “esta escuela no se hace con los libros, sino con la vida” y que “estamos aquí para construir la unidad querida por Jesús a través de nuestro amor recíproco”. De hecho, durante el encuentro, el amor evangélico se percibe de forma muy concreta entre todos. En efecto, después de un partido de baloncesto, pregunto: “¿Quién ganó?”. La respuesta: “Todos”. Donde reina el amor, la competencia se vuelve una buena ocasión para vivir el Evangelio. Profundizamos el punto de la espiritualidad de la unidad que se refiere al misterio de Jesús abandonado. Nos impacta el testimonio de dos sacerdotes, uno de Ruanda y el otro de Burundi, países que cargan con el peso de tantas incomprensiones recíprocas. Pero las diferencias, por el amor a Jesús en su abandono, abren el camino a la unidad que se incrementa entre ellos. Uno de los seminaristas nos expresa a todos: “Cuando se habla de corazón, se toca el corazón”. Los últimos días los dedicamos al encuentro con las familias y los jóvenes, pero también a las demás personas que comparten el mismo ideal de fraternidad. Finalmente, un peregrinaje al santuario de la Virgen, no muy lejos del seminario. Queremos agradecerle por este viaje y por los numerosos dones que recibimos. (Armando A. – Brasil)
Jun 13, 2017 | Focolare Worldwide
http://vimeo.com/95726093