Movimiento de los Focolares
Gan Gan, en el corazón de la Patagonia argentina

Gan Gan, en el corazón de la Patagonia argentina

Gangan01-300x225Para llegar a Gan Gan, una aldea que dista de Trelew un poco más de 300 KM, se necesitan, si el buen tiempo lo permite, de 6 a 7 horas de viaje. De hecho se deben afrontar las pendientes de la meseta de Chubut, que son particularmente arduas. Por lo general son pocos los que visitan Gan Gan y sus 800 habitantes, la mayoría indígenas mapuches y tehuelches, que tristemente se ha ganado la fama de “aldea olvidada por todos”. El 19 y 20 de noviembre pasados se realizó una misión precisamente a Gan Gan, con la participación de personas venidas de las parroquias y otras asociaciones de Trelew. Durante el viaje, la comitiva aprovechó para reforzar el conocimiento recíproco y reflexionar sobre el significado de este ir hacia los pobres como una respuesta al llamado del Papa Francisco. Los esperaba una alegre acogida de la gente, con sus cantos típicos. Un sacerdote los introdujo en la realidad de este lugar del altiplano donde todavía hay minas que se trabajan a cielo abierto, con graves consecuencias por la contaminación del ambiente. Los honores de casa los hace una anciana de la aldea, quien en su lengua mapuche da la bienvenida y presenta a Mons. Croxatto, obispo auxiliar de Comodoro Rivadavia, quien también vino para la misión. Se inicia con la celebración de 5 bautizos. «El sueño de uno de estos niños, que ya tiene 4 años –cuenta una focolarina que forma parte de la comitiva- era ser bautizado por el Papa Francisco. El obispo, revestido con todos los paramentos, con gran amor le explica que el Papa no pudo venir hasta acá arriba, pero que le dio el mandato para que lo bautizara él. Después de la ceremonia sigue un almuerzo con alimentos generosamente llevados por la gente y compartidos entre todos” Después los misioneros en oración empiezan a recorrer toda la aldea: «una procesión que, por los escenarios que se presentan ante nuestros ojos –cuenta una focolarina presente- parece un Vía Crucis. La gente se ubica a lo largo de la calle y cuenta dramas de abandono, soledad, violencia, falta de justicia: desde una mamá a la que le mataron a su hijo, a aquella con el hijo desaparecido; desde el paupérrimo hogar de ancianos, a la capilla en desolador abandono. Lo que más impresionan son los rostros de la gente, prematuramente surcados por arrugas provocadas por el dolor y la miseria. Es impresionante la cantidad de personas que desean confesarse. Los sacerdotes escuchan ininterrumpidamente las confesiones mientras la procesión procede silenciosa. Otro momento fuerte es la Misa de la Primera Comunión y la Confirmación de 15 personas, algunas adultas, incluso abuelas. Ver cómo los sacerdotes se prodigan en esta realidad socialmente tan herida, cómo tratan de hacer sentir que están cerca a los problemas de la gente, hace pensar en las palabras del Papa Francisco cuando dice que los pastores deben tener olor de oveja». Gangan04-300x180 En el viaje de regreso se crea un grupo de whatsapp porque todos quieren que la experiencia de la misión no termine aquí. Muchos dicen que hay que volver a Gan Gan, impresionados por la fuerte experiencia de sentirse un único pueblo de Dios, entre pastores y laicos. Y por haber vivido juntos la experiencia de “salir” como Iglesia para visitar a los más débiles. Es impresionante la experiencia compartida por uno de los sacerdotes quien durante el almuerzo comunitario fue a visitar a los parientes de una señora de Trelew oriunda de Gang Gang. «El impacto ha sido muy fuerte –cuenta. Encontré a dos hermanos de 83 y 81 años, ambos sordos: la señora un 90% y el hermano 100% además de no vidente. Viven en una habitación de dos por dos metros, con dos camas en forma de “L”. La puerta es casi inexistente y el pavimento de tierra. El frío que entra por la puerta y sube desde el piso no hace otra cosa que acentuar la artrosis que sufre la mujer. En el corazón me quedó una herida.    Pienso que si bien la misión fue bien, no tendría sentido si no hacemos algo para dar dignidad a estos indigentes». En la tarde llegan al párroco las primeras respuestas por whatsapp: «Conseguimos el dinero para arreglar la puerta. Mándanos las medidas».   Fuente: Focolares Cono Sur online  

Chiara Lubich y la familia

Chiara Lubich y la familia

Chiara-Lubich-a-Loppiano_02-a Un recorrido de vida y pensamiento para compartir a lo largo de todo el arco del año en las diversas latitudes. A los 50 años de la fundación, durante todo el 2017, se realizarán varios congresos e iniciativas locales en distintos países del mundo. Un recorrido sobre la vida y pensamiento, en varias etapas, para iluminar el valor antropológico y universal de la familia en la perspectiva de la “fraternidad universal”, testimoniando la riqueza de la diversidad cultural y social junto con el ideal de la unidad encarnado en la vida de familia. El acontecimiento central tendrá lugar en Loppiano desde el 10 al 12 de marzo de 2017. Está previsto que asistirán unas 800 personas en representación de todo el mundo. Las familias podrán sumergirse plenamente en la realidad de la ciudadela internacional de los Focolares y testimoniar el sueño de Chiara que está presente en todos los continentes. Durante la mañana se realizarán talleres para adultos, jóvenes y niños, en colaboración con el movimiento parroquial, los centros gen3 y gen4, AFN osfl y AMU. De tarde se realizará un encuentro en el Auditorium, que se podrá seguir via streaming, en el que participarán también los expertos en temas familiares que estarán reunidos en la Universidad Sophia (10-11 de marzo 2017) para un Seminario Cultural. Con  este seminario de carácter universal, se lanzará el futuro Centro de Estudios sobre la familia, con el objetivo de profundizar la contribución de la espiritualidad de la unidad en la familia frente a los desafíos actuales.   Por info www.famiglienuove.org famiglienuove@dev.focolare.org tel. 069411565

Concierto “Toulouse  por Italia”

Concierto “Toulouse por Italia”

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Rocco Femia, director de la Revista Cultural Radici

«Lo podemos realizar, decíamos, y no sólo lo logramos sino que lo hicimos de la forma más hermosa». Quien habla es Rocco Femia, director de la Revista Cultural RADICI, concluyendo el concierto “TOULOUSE FOR ITALY” en solidaridad con las víctimas del sismo en Italia, organizado por la revista francesa de cultura italiana. Y los números le dan la razón: la Halle aux Grains de la hermosa Toulouse, estaba colmada. Lo recaudado estaba destinado a los damnificados italianos y superó las expectativas más optimistas. Los numerosos patrocinadores cubrieron los gastos de organización, de modo de no perjudicar la recaudación a fin de que todo fuera a beneficio de las víctimas del terremoto. Ahora será AMU (Acción por un mundo unido, Ong de los Focolares) quien canalizará el fruto de la solidaridad de los franceses, a través del proyecto RimPresa, ya en curso y dirigido directamente a las familias perjudicadas. «Quiero agradecer a todos los participantes que hicieron que esta velada fuera un evento inolvidable, un signo de solidaridad, celebrando de forma majestuosa la música de gran nivel. Con la generosa respuesta de ustedes hemos ganado nuestra batalla. Las vibraciones de los corazones fueron más fuertes que la misma destrucción», afirmó R. Femia muy conmovido. La multitud de los presentes escuchaba en silencio como si fuera una sola persona con más de mil corazones: «Gracias por su apoyo y generosidad», concluyó. Toulouse_for_Italy_05Unos cincuenta artistas se presentaron gratuitamente, confirmando su fuerte sensibilidad hacia quien sufrió graves pérdidas: la orquesta de cámara OCCITANIA con música de Bach; el Grupo Incanto de cantos populares italianos y que gira por el mundo con un musical de nombre “ITALIANI, cuando los emigrantes éramos nosotros”; el Trio DALTIN; Vicente y Rafael PRADAL de España; el virtuoso guitarrista de flamenco Kiko Ruiz; el Trío de música Jazz NACCARATO; la delicadeza y el virtuosismo del mandolinista Julien Martineau; las canciones-poesías del gran Faber, interpretadas por la Banda de Fabrizio DE ANDRÉ; las inolvidables músicas de las más famosas películas italianas y la gran final con ovación de pié a la soprano Cécile LIMAL quien entonó “La vita é bella”…de Roberto Benigni. Todo alternado por las vivaces presentaciones del trío compuesto por Rocco Fernia director de la Revista RADICI y por los periodistas de televisión Marina Lorenzo y Patrick Noviello. El director de RADICI, en el agradecimiento, no se olvidó de mencionar a nadie, consciente del aporte de cada uno para lograr el éxito del evento: desde el equipo de los técnicos al director artístico, a la dirección de sonido, de luces. Y además mencionó al vice-alcalde Francis Grass, al Cónsul de Italia en Toulouse, Fabrizio Mazza, los patrocinadores, los benefactores, los medios de comunicación… todos juntos han “ganado la batalla”. Es lo que experimenté mientras compartía con los artistas y los técnicos una cena informal después del concierto. Se siente que existe un hilo profundo que los une, hecho de confianza recíproca, estima, talentos compartidos, solidaridad; de ganas de que el mundo sea más hermoso. Advertí con alegría y estupor que este hilo se entrelazó también conmigo, con AMU. Por lo tanto no me sorprenderé si descubro que apenas estoy viendo el comienzo de una larga y beneficiosa relación de colaboración. De hecho, presentando “Acción por un mundo unido”, durante el concierto, Rocco Femia puso en evidencia el slogan del proyecto RimPresa, como expresión de aquello que para los presentes parecía ya una convicción: «vibra la esperanza, no tiembla el futuro». Gustavo Clariá

Recuerdo de  Erminio Longhini

Recuerdo de Erminio Longhini

Erminio-Longhini-696x388Erminio Longhini nació en Milán el 19 de julio de 1928. De su matrimonio con Nuccia Longhini  nacieron  Michela, Matteo y Stefano. Nuccia y Erminio, estudiantes de medicina, ya desde la época de la Universidad, querían poner a la persona en el centro de su profesión. «Desde niño – cuenta él mismo – sentía una fuerte atracción hacia la Virgen María». Tal vez es por esta filial devoción suya a “una Madre tan hermosa” que, aunque se encontraba sumergido en las obligaciones de la profesión, se brindaba a acompañar a los enfermos que viajaban a Lourdes. Serio, escrupuloso, exigente, transcurrió años de duro sacrificio comprometido desde el alba hasta altas horas de la noche, ya sea dedicado a los enfermos como joven médico del hospital, como dedicándose a la investigación. Pero también su alma estaba en búsqueda. Con Nuccia advirtió la necesidad de encontrar una espiritualidad que acompañara la vida de su familia y en la de los Focolares encuentran la respuesta: Dios-Amor, a quien Erminio quiso donarse totalmente, poniéndose a Su servicio en los hermanos que encontraba. Se convirtió en un focolarino casado. Gracias a generosas aportaciones, comenzó un reparto de medicina interna con instrumentos de vanguardia y recibió a jóvenes licenciados italianos y de países en vías de desarrollo para que se pudieran formar. Logró contagiar a colegas y enfermeros y el reparto médico dirigido por él se transformó en uno de los mejores, ya sea como relación humana que técnica, con centenares de investigaciones publicadas. Erminio comprendía cada vez más que no basta con curar la enfermedad, sino que hay que curar a la persona. erminio2 En colaboración con la Universidad Católica, realizó una investigación en 40 hospitales concluyendo que el mayor malestar de los enfermos es el de tener que depender de los demás. Y aquí se le ocurrió una idea, que enseguida comunicó a su esposa y a algunos colaboradores: «¿Por qué no donar un poco de nuestro tiempo para instaurar una relación humana, un intercambio de amor con nuestros enfermos?» Con muchos obstáculos y mil complicaciones, Erminio logró convencer a los primeros 30 voluntarios, que estaban haciendo la carrera, los cuales estuvieron  dispuestos a ocuparse de los enfermos además de trabajar para curarlos. «¿Qué cosa traté de transmitirles a ellos? – explica-. Lo que aprendí de Chiara Lubich: la reciprocidad» De este primer grupo, en 1976 nace AVO (Asociación de Voluntarios Hospitalarios), una iniciativa que Chiara alentó al igual que los cardenales de Milán, Colombo y Martini y hasta el mismo San Juan Pablo II que, durante una audiencia a 7.000 voluntarios de la Asociación, le dijo a Erminio: «Estoy contento, dígale a sus amigos que continúen así» Después de la dolorosa muerte de su esposa, Erminio afirmó aún más su mansedumbre y abandono en Dios. Obligado a internarse de continuo y a recibir cada vez más frecuentemente transfusiones de sangre, confesaba: «Me siento como una hoja de otoño en una jornada de viento. Parecería más conveniente que llegue la noche de la vida. Luego comprendo que se esconde una tentación y de mañana percibo que se me da otro día y la vida es vivir el momento presente, contando con la misericordia de Dios por el pasado y con la esperanza en el futuro» Mientras tanto, AVO se difunde en toda Italia y cuenta hoy con 25.000 voluntarios en 250 hospitales. Por este compromiso suyo, en el 2004 Erminio recibe del Presidente de la República, la Medalla de Oro por el Mérito en la Sanidad. Hasta el final Erminio siguió formando espiritualmente a los voluntarios con escritos y video mensajes. En los últimos meses, su cuadro clínico no era muy tranquilizador, pero él se mantuvo sereno: «Agradezco a Dios porque en mi vida recibí mucho más de lo que imaginaba. Agradezco a la Virgen, y todas las noches termino mis oraciones diciendo: que seas Tú la que vienes a buscarme y será plena mi alegría. Te sentiré y te veré». El 4 de noviembre pasado se apagó serenamente. Todos los que lo conocieron y amaron están seguros de que ocurrió tal como él deseaba, en recompensa de una vida totalmente impregnada de Evangelio. El actual presidente de AVO escribe: «Nos deja un gran hombre, capaz de captar con su sensibilidad, con humanidad y con su fe lo esencial que a menudo los ojos no ven y ni siquiera la mente ve. Sin embargo no nos deja solos, al contrario, cada uno de nosotros lo reencontrará en el propio servicio si logra que todo el conocimiento, la sabiduría, la profundidad que Erminio siempre nos comunicó y enseñó, dé sus frutos». Anna Friso

Argelia: 50 años de diálogo

Argelia: 50 años de diálogo

2 algeria 50Una tierra en la que los cristianos son menos del 1%, Argelia es el primer país musulmán que acogió la espiritualidad de la unidad en la mitad de los años ‘60. Años difíciles de transición y de desarrollo en esta área estratégica. Todavía sigue vivo el recuerdo de los monjes de Tibhirine, cuyo ejemplo trasciende las diferencias religiosas y nos remite a la esencia de la fraternidad del único género humano. «Chiara Lubich nos invitaba a no detenernos ante las dificultades del presente – recuerda Rosi Bertolasi, quien vivió durante 13 años en el Focolar de Argel –. Vista a través de sus ojos, la experiencia que estábamos haciendo se mostraba cargada de esperanza. Ya vislumbraba la vida que se desarrollaría en el futuro». «También el Card. Duval, quien entonces era Arzobispo de Argel – continúa – nos animó siempre, y hoy en día podemos afirmar con alegría que en Argelia, hombres y mujeres musulmanes, gracias a haber sido fieles al diálogo de la vida y a la presencia también en momentos difíciles, han desarrollado una experiencia propia de pertenencia al Movimiento de los Focolares». Además de la de Rosi, son numerosas las voces de quienes fueron testigos del inicio de esta aventura. Estamos en Tlemcen, (oeste de Argelia, a unos 60 km de Marrueco), donde el pasado 1-2 de noviembre se celebró el 50° aniversario de la llegada del Movimiento de los Focolares, que desde Argelia abrió las puertas a muchos países del norte de África y Oriente Medio. Estuvieron presentes Mons. Tessier, arzobispo emérito de Argel y Mons. Vesco, actual Obispo de Orán, Jesús Morán, copresidente de los Focolares, los responsables de los Focolares en varias regiones de Oriente Medio, entre ellas Siria, y naturalmente personas de todas partes del país. Precisamente en Tlemcen, en el actual “Centro Mariápolis Ulisse” – así llamado en memoria de Ulisse Caglioni (5 de marzo de 1943 – 1 de septiembre de 2003) uno de los focolarinos que han gastado su existencia para testimoniar la fraternidad sin ahorrar esfuerzos – el 15 de octubre de 1966, con una Citroën, llegó el primer grupo, viajando desde París. Lo recuerda como si fuera ayer Pierre Le Vaslot, focolarino francés actualmente en Italia. A su llegada, los tres – Pierre, Ulisse y Salvatore Strippoli – se encontraron ante un monasterio benedictino que había que reestructurar, construido en los años ‘50 por P. Walzer, abad alemán echado de Alemania por haber rehusado acoger a Hitler en la Abadía de Beuron. El monasterio está pegado a la ladera del monte, a 900 m. de altitud, a pocos pasos de la tumba del místico sufí Sidi Boumedienne, quien dejó una marcada huella espiritual en la región y más allá de ella. El lugar es muy adecuado para realizar encuentros, para la acogida y el diálogo. Ahí se respira paz y serenidad. En el Centro “Dar es Salam”, tal como se conoce en Tlem-cen, empieza entonces una aventura de presencia y de vida compartida con los habitantes de la ciudad. 3 Algeria 50 «Fue una alegría para nosotros en Orán, ver que nuestro monasterio revivía – cuenta Thierry Becker, quien entonces era un joven sacerdote –. Pero ¿quiénes son estos focolarinos? Nadie había oído hablar de ellos. No son monjes ni curas, viven en comunidad. Vinieron para vivir la unidad y hacerla vivir a su alrededor. Los escuché hablar de su ideal, de Chiara Lubich, y aprendí a conocer su espiritualidad. Rápidamente se pusieron manos a la obra y Ulisse transformó esa casa en poco tiempo». Son años de experiencias continuas, como el contacto con el Imam Barkat. Los focolarinos lo ayudaron a salvar a su hijo pequeño, llevándolo al hospital en plena noche e insistiendo para que los médicos lo atendieran. Ese mismo Imam, el papá del pequeño Bahi, fue luego al Focolar para dictar unos cursos sobre los Hadices proféticos y transmitir así la correcta comprensión de sus escritos espirituales. Palabras conmovedoras llegan también de parte de los primeros jóvenes que visitaban el focolar de Tlemcen en los años ‘60 – Mourad, Bouziane, Farouk – quienes hoy están felices viendo a sus hijos y a las nuevas generaciones que llevan adelante ese ideal en el que ellos fueron los primeros en creer. Maria Chiara De Lorenzo