Movimiento de los Focolares
En Austria se premia  el compromiso por la ecología

En Austria se premia el compromiso por la ecología

Cultivar y custodiar la creación es una indicación de Dios expresada no solamente en los comienzos de la historia, sino también hoy, a  cada uno de nosotros. Es parte de su proyecto. Significa desarrollar el mundo con responsabilidad, transformarlo para que sea un jardín, un lugar habitable para todos (…). Ecología humana y ecología ambiental caminan juntos”. Estas palabras del Papa Francisco (5 de junio de 2013) testimonian la gran actualidad del problema ambiental.

En el Centro “Am Spiegeln” de Viena estos conceptos no son nuevos ni lejanos. En efecto, el centro de los Focolares en Austria fue diseñado tratando de colocar a la persona y al ambiente en el centro. Ubicado en las estribaciones del bosque vienés, a diez minutos del castillo de Schönbrunn, morada venariega de los Asburgo y rodeado de zonas verdes, el Centro Mariápolis es una de las metas preferidas para conferencias y congresos. Pero también es muy requerido como lugar de descanso, de vacaciones de verano y turismo, gracias a la cercanía de la hermosa capital. Lo atestiguan los millares de huéspedes (grupos, familias, jóvenes, niños) que el Centro ha hospedado durante todos estos años.

“Am Spiegeln” se merece  por lo tanto, el reconocimiento que el 16 de enero pasado le otorgó el Ministerio Austríaco del Ambiente, junto con la Cámara de Comercio. Se trata del calificado “Sello Austríaco de Respeto por el Ambiente”. Se premian los constantes esfuerzos en adecuar la estructura para favorecer el ahorro de energía y agua mediante las instalaciones de los sistemas apropiados y la clasificación de los residuos con el fin de poderlos reciclar.  De hecho, gracias a una nueva logística en la recolección clasificada de residuos, una buena cantidad de éstos se puede reutilizar. A la vez se suma el uso moderado de detergentes, la máxima reducción de embalajes y la formación permanente de colaboradores. El reconocimiento pone el acento en  el uso de víveres procedentes de la propia región, junto con otros sistemas de racionalización de los recursos.

“Es también importante –agregan los responsables- involucrar a nuestros huéspedes con una buena información sobre el uso de la estructura, un compromiso que contrasta con ‘la cultura del desecho  y del descarte’ procurando el bienestar de quien nos visita, en el respeto del ambiente”.

Y concluyen: “Sentimos que este premio pone en relieve el testimonio de vida evangélica que tratamos de encarnar cada día y que se traduce también en la armonía y preservación de la creación. Si quieren constatarlo personalmente ¡los esperamos en Am Spiegeln!”

Para informaciones:  Centro Mariápolis Ann Spiegeln

Klaus Hemmerle: pasión por la unidad

Klaus Hemmerle: pasión por la unidad

Sé que no logro vivir estando solo, sino solamente con Él en medio nuestro.Me comprometo a formar parte de una célula viva, a estar unido a otras personas con las cuales pueda hablar de este estilo de vida.

Me gustaría, al menos una vez al día, hablar por teléfono con alguien que pueda entender mi vida, que me entienda tan profundamente que basten cinco minutos para comprender con claridad cómo van las cosas.

El Obispo Hemmerle con Chiara Lubich

Si esto, a veces, no es posible, entonces se vive la “comunión espiritual”, que de todas formas es una realidad importante. Trato de entretejer una red de relaciones y de formar parte de ella.

Esta comunión vivida no es nunca un fin en sí misma, sino que hace crecer la pasión por la unidad y el impulso de buscar la comunión dondequiera que yo vaya. No me daré paz hasta que la diócesis, la parroquia y todas las otras realidades, no formen parte de una red compuesta por células vivas con el Señor viviente en medio de ellas.

Así, los gestos fundamentales de mi cotidianidad, el vivir la Palabra, el encuentro consciente y esperado con el Crucificado, el rezar y vivir la comunión en una realidad de célula viva, son cosas que me hacen comprender siempre más un hecho fundamental: yo no vivo la vida solo, no soy el solista de la salvación de los demás, sino que soy una persona que vive con el Otro y por el Otro.

Mi ser está dirigido hacia el Padre y hacia los demás. Es por lo tanto, communio y reciprocidad. Está dirigido hacia tres direcciones fundamentales que parten de Cristo Crucificado: hacia el Padre, hacia el mundo, hacia la comunión.

Wilfried Hagemann, “Klaus Hemmerle, innamorato della Parola di Dio”, Città Nuova Ed., pág. 233.

Agradecidos a Benedicto XVI

Agradecidos a Benedicto XVI

Un año después del gesto histórico de Benedicto XVI que –hecho con plena conciencia, valor y gran humildad– ha cambiado el rostro de la Iglesia, le recordamos llenos de gratitud.

En su último Angelus, el 24 de febrero de 2013, nos conmovieron sus palabras: «El Señor me llama a “subir al monte”, a dedicarme aún más a la oración y a la meditación».

¡Gracias Benedicto por haber sido instrumento del Espíritu Santo!

Loppiano: Primer “Week-end del Dar”

Loppiano: Primer “Week-end del Dar”

“Eran tiempos de guerra y todo se derrumbaba… sólo Dios quedaba”. Así comienza a menudo el relato del nacimiento del Movimiento de los Focolares. Era el año 1943, en el furor de la Segunda Guerra mundial. De aquellos años se recuerdan muchos episodios que luego han sido emblemáticos y que se han repetido y difundido en todos lados donde está presente la comunidad de los Focolares.

Uno de estos episodios fue “la montañita”.  Veamos cómo lo recuerda Vittoria (Aletta) Salizzoni, una de las primeras jóvenes que emprendió con Chiara Lubich “la aventura de la unidad”:

«Recuerdo un hecho. Pienso que habrá ocurrido  en 1946. “Demos toda nuestra ropa superflua a nuestra comunidad”, propuso Chiara, y así comenzamos a hacer lo que llamamos “montañita”. Éramos pobres. ¡Imagínense! En la post guerra no había nada. Sólo teníamos ropa vieja y usada, pero todas pusimos algo. Me acuerdo de una linda montaña, allí, en medio del cuarto de la “casita”, que luego fue distribuida»

Este hecho, que recordaba lo que hacían las primeras comunidades cristianas donde “a nadie le faltaba lo necesario, porque lo que poseían (los bienes)… los ponían a disposición de todos… y luego se distribuía a cada uno según sus necesidades” (Hechos 4, 34-35), se convirtió en una praxis en las comunidades de los Focolares esparcidas en el mundo.

Los habitantes de la ciudadela internacional de Loppiano decidieron, el 8 y 9 de febrero, lanzar una propuesta similar, involucrando el propio territorio, y siguiendo las indicaciones de Papa Francisco que en su mensaje para la próxima Cuaresma, invita a compartir. El Papa recuerda, entre otras cosas, que “es necesario que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y a la comunión”.

La iniciativa solidaria se tituló “Week-End del Dar”. «Se trata de una “completa inmersión en la cultura del dar” –explican los organizadores- que promovió la apertura de un espacio de intercambio y de solicitud de objetos en buenas condiciones, sin limitaciones o restricciones de clase; sin olvidar “la cartelera” con las necesidades y el “banco del tiempo” donde se ofrece el tiempo disponible para los demás»

El Salón de la ciudadela se destinó como centro de recolección. «Llegó de todo: ropa usada de todas las tallas, para todas las edades, libros, electrodomésticos, muebles, juguetes, objetos de decoración», cuentan.

Durante el domingo, hubo momentos de diálogo y se profundizó sobre los motivos que fundamentan la “cultura del dar”, en contraposición a la cultura del poseer, y su directa aplicación en la vida de todos los días.

Finalmente se inauguró la llamada “Red montañita permanente”, es decir, un punto de recolección y de redistribución de los objetos donados. Un lugar abierto a la solidaridad y pensado como tránsito de bienes hacia quien los necesita.

En África, como familia

En África, como familia

“No estamos yendo a África para conocer el lugar, para hacer turismo, sino para encontrar a un pueblo”, escriben Flavia y Valter.

Ella es suiza, estudió relaciones internacionales en Ginebra y durante algunos meses trabajó en Bukas Palad en Tagaytay, Filipinas. Walter es un periodista brasileño. En el 2012 terminó una maestría en el Instituto Universitario Sophia, en Loppiano, Italia. En el 2005 fue como voluntario a Indonesia, seis meses después del Tsunami que destruyó el suroeste asiático.

Aún viviendo en lados opuestos del océano Atlántico, se encontraron en el 2004 y se casaron ocho años después.

Ahora dejan seguridades, proyectos, trabajo… Pasarán un par de meses con la comunidad de los Focolares de Man, en el África subsahariana, a 600 km al oeste de la capital de Costa de Marfil, Abidjan. “Dejar todo detrás nuestro no es fácil –escriben-, pero sentimos que esta experiencia de desapego total nos hace más libres para vivir profundamente cada momento, sin mirar atrás”.

En Man trabajaremos en la ciudadela del Movimiento, en un centro de informática y en un centro que lucha contra la desnutrición de cientos de niños.

“El hecho de ir como pareja es un aspecto que queremos subrayar –escribe Flavia-. Muchos dicen que el matrimonio encierra a la pareja, obligando a una vida basada en la búsqueda de seguridad material. Nosotros queremos asumir el desafío de que es posible abrirnos juntos a los demás”.

“Encontrarnos con el pueblo africano siempre ha sido un sueño nuestro –agrega Valter-, y las numerosas relaciones que hemos construido, han transformado  nuestra expedición en una aventura que queremos compartir con muchos amigos. Para ellos y para todas las personas interesadas en conocer más el Continente africano nació la idea de escribir un libro con la experiencia que viviremos y las fotos que la documentarán”.

“Deseamos compartir con todos nuestra aventura – concluye Flavia –, y ofrecer el fruto de nuestra experiencia. Creemos que la familia no está hecha sólo de lazos de sangre, sino que involucra todo tipo de relaciones construidas junto a las comunidades que integramos”.

Quienes deseen participar en el proyecto pueden contribuir y recibirán un “libro documental” con la experiencia.

Para mayores informaciones: Juntos rumbo a África

Chiara Lubich y las religiones: Budismo

Chiara Lubich y las religiones: Budismo

La relación con el mundo budista tiene un significado especial en la historia del diálogo vivido en el Movimiento de los Focolares. Si bien ya en los años Sesenta Chiara Lubich tuvo algunas intuiciones, con respecto a la posibilidad de construir una auténtica fraternidad con personas de religiones y culturas diferentes, y fue sólo en 1979 que Chiara se encontró un líder de otra religión, el Rev. Nikkyo Niwano, fundador de la Rissho Kosei kai. Nació una amistad sobre la base de una profunda estima recíproca. En 1981 Niwano la invitó a Tokio a hablar de su experiencia a 12 mil budistas. Fue el inicio histórico de una experiencia de auténtica fraternidad. Es una relación que perdura ya desde hace muchos años, ulteriormente saldada por la visita de María Voce a Tokio en el 2010.

Se han abierto caminos de encuentro y colaboración con otras realidades de la corriente Mahayana en Japón y en Taiwán. Permanecen imborrables los encuentros con el Venerable Etai Yamada de la Escuela Tendai.  El venerable Yamada amaba citar el lema del gran maestro Saicho: «Olvidarse de sí mismos y servir a los demás es el ápice del amor-compasión», son palabras, por otro lado, mencionadas por Juan Pablo II con ocasión del encuentro con representantes de otras religiones en 1981 en Tokio.  El venerable Yamada también decía: “Se puede decer que el Focolar pone en práctica las palabras del maestro después de 1.200 años”. Hoy día también son fructíferas las relaciones con la Escuela Nichiren. No han faltado contactos con budistas chinos del monasterio Fo Guan Shan y del monasterio Dharma Drum Mountain.

A lo largo de los años, se han abierto también caminos para conocer y encontrar el mundo del budismo therevada. Gracias a una prolongada estadía del Gran Maestro Ajhan Thong y de Phramaha Thongratana en la ciudadela internacional de Loppiano, donde los dos monjes tailandeses tuvieron un contacto vital con el cristianismo. Regresando a su país comunicaron su descubrimiento e invitaron a Chiara Lubich a donar su experiencia en la universidad budista y en un templo en Chiang Mai. El Gran Maestro Ajhan Thong, presentando a la fundadora de los Focolares decía: «El sabio no es ni hombre ni mujer. Cuando se enciende una luz en la oscuridad, no nos preguntamos si fue un hombre o una mujer quien la encendió. Chiara vino a donarnos su luz».

A partir del 2004 hasta hoy, se han realizado algunos simposios. El quinto en orden cronológico tuvo lugar del 28 al 31 de mayo de 2012, después de aquellos realizados en el 2004 y en el 2008 en el centro Mariápolis de Castelgandolfo y en el 2006 y en el 2010 respectivamente en Osaka (Japón) y en Chiang Mai (Tailandia), acogió a participantes provenientes de Tailandia, Sri Lanka, Japón, Corea, Taiwán, Inglaterra, Usa, Suiza, Austria e Italia. La variedad no radica sólo en la proveniencia geográfica, sino también en la de distintas pertenencias. De hecho, entre los budistas estaban presentes monjes y laicos de la tradición Theravada y Mahayana, y entre los cristianos representantes de la Comunión anglicana y de las Iglesias reformadas.

A lo largo de los años, entre los participantes en estos congresos se ha ido madurando una profunda confianza recíproca, que ha permitido afrontar el argumento de las Escrituras con apertura y sin malos entendidos. El congreso de Castelgandolfo contó también con la presencia de S.E. el cardenal Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el diálogo interreligioso, y de la Presidente del Movimiento de los Focolares, María Voce.

El 20 de marzo de 2014, en la Universidad Urbaniana de Roma, tendrá lugar un evento dedicado a “Chiara Lubich y las religiones: juntos hacia la unidad de la familia humana”. Pretende poner en evidencia, seis años después de su desaparición, su compromiso a favor del diálogo interreligioso. La manifestación coincide con el 50° de la declaración conciliar “Nostra Aetate” sobre la Iglesia y las religiones  no cristianas. Se prevé la participación de personalidades religiosas también del budismo.

 Fragmentos de la Intervista  a Chiara Lubich sobre el diálogo interreligioso (1998)