Movimiento de los Focolares
Argentina: parroquia y vacaciones

Argentina: parroquia y vacaciones

La Lucila es una pequeña y graciosa ciudad que se recuesta en hermosas playas a 350 km. de Buenos Aires, Argentina. Es aquí que se realizan, desde hace 13 años, las semanas de “Vacaciones escuela” como le llamaron. Omar y Susana Zazzerini, del Movimiento Parroquial en Buenos Aires y organizadores junto al párroco y a otras familias de esta iniciativa cuentan: “Comenzamos a partir las palabras de Jesús ‘Vengan conmigo a descansar’ y pensando sobre todo en las familias que no tenían posibilidades de vacacionar. Queríamos que fuera además del descanso, una escuela de vida generada por el amor reciproco, viviendo con la presencia de Jesús en medio nuestro. Como al inicio de los Focolares cuando iban a pasar sus vacaciones en Las Dolomitas y muchas personas experimentaban este estilo de vida del Evangelio y descubrían a Dios como Amor”. Los participantes provienen de distintas parroquias del gran Buenos Aires. La primera vez éramos 23. Este año participaron 140, de los cuales 115 participantes durante toda la semana. Hasta ahora participaron de esta experiencia aproximadamente 1200 personas. “La realidad más importante -afirma Omar- es amar con la potencia del momento presente, en la atención de los otros mirándonos siempre con ojos nuevos”. Olvidando tal vez defectos e incomprensiones, sobre todo con quien se conoce desde hace más tiempo. “De lo contrario -continúa-, no sería posible compartir una semana de convivencia, donde distribuyéndonos en equipos nos toca un día cocinar , otro lavar platos y un tercero servir las mesas, manteniendo la armonía en los ambientes”. “Esta es una escuela -agrega Susana- donde podemos ayudarnos a aprender frente a las circunstancias dolorosas o de conflictos. Cuando nos molesta lo que el otro hace, Dios permite que a través de la convivencia, aprendamos a transformarlo” Y así las relaciones interpersonales llegan a ser más sobrenaturales. Profundización espiritual, compartir lo que se vive: “Los dolores… -sigue Susana- algunas situaciones de vida difíciles se resuelven con la comunión. El momento más importante es la misa. El resto del día se dedica a la playa, juegos, caminatas, diálogos y muchas otras cosas para distraerse”. Es notorio el crecimiento espiritual de todos y el impacto en los jóvenes, “que van creciendo en cantidad, pero también en calidad: se ve del amor hacia las personas mayores y los niños y de la relación entre ellos. Algunos de ellos ya han formado sus familias, otros hicieron su experiencia en la Mariápolis Lía, o participaron del Genfest en Budapest. Una de las jóvenes participó, con la ayuda de todos, en la Jornada de la Juventud en España, y hoy es referente para la de Río de Janeiro. También tuvimos entre nosotros a personas consagradas, personas de otras iglesias, seminaristas y varios sacerdotes”. Una experiencia de fraternidad, como la definió uno de los que participaban por primera vez, que luego continúa durante el año en las distintas parroquias de proveniencia.

 A cargo de Carlos Mana

El precio de la coherencia

El precio de la coherencia

«Soy ingeniero hidráulico, desde hace varios años trabajo en el  manejo de equipos de depuración de agua en una región del Sur de Italia.

A fines de los años ’90 comencé a trabajar para una multinacional que gestionaba  cincuenta depuradores en toda la región. Apenas comencé a trabajar allí, me di cuenta que probablemente era el único empleado asumido gracias a mis estudios y mi currículo, y no por recomendación.

Comenzamos nuestro trabajo con gran responsabilidad y, al contrario de lo que había sucedido en años anteriores, después de los clásicos 30-40 días de funcionamiento, los depuradores empezaron a trabajar perfectamente. Una señal preocupante, porque indicaba claramente que antes no había  sido el motivo de que no funcionaran bien impedimentos técnicos, sino más bien intereses económicos contrarios.

Enseguida empecé a trabajar para otras empresas. En todos lados me daba cuenta que la gestión rigurosa del agua pública, la salud de los ciudadanos, el futuro de nuestros hijos, el bien de una ciudad eran valores secundarios frente al usufructo e intereses económicos. Se me pidió explícitamente que me olvide de los primeros intereses para servir  a la ganancia económica. Para ganar más, en una de las comunas, se descargaba el barro de la depuración en el torrente limítrofe que desembocaba, después de pocos kilómetros en el mar. Hoy, ya pasaron dieciséis años de aquellos hechos y se produjeron los primeros arrestos.

Todo esto chocaba contra mis principios. Con mi esposa y muchos amigos tratábamos de vivir el Evangelio en todas las circunstancias de la vida. Mi conciencia, mis ideales, me decían que vaya en contra de estas prácticas, aún a costa de un gran sacrificio. Me fui del trabajo, era mejor ser pobre pero honesto.

No fue fácil por un largo período. No obstante realizamos experiencias positivas en la gestión de instalaciones de depuración. Una de estas fue en  la cooperativa social de un pueblo del litoral. Éramos tres: yo como ingeniero, otro que era electricista y un obrero con un pasado de toxico dependencia, que gracias a esta experiencia se pudo reintegrar  en el mundo laboral. Los resultados fueron extraordinarios, a tal punto que un técnico de laboratorio nos dijo que no era posible tener un agua tan pura: que seguramente debía haber algún engaño!

Actualmente gestiono un depurador comunal y otras pequeñas instalaciones privadas. El mismo técnico de laboratorio que no creía en nuestra agua tan pura, hoy lleva a los estudiantes –futuros técnicos de laboratorio- a visitar las instalaciones donde trabajamos nosotros.

El precio de la coherencia es alto. La situación de mi familia fue siempre precaria, llegar a fin de mes es una empresa.  Pero para dejar lugar a la obra de Dios es necesario creer en su amor, aunque esto signifique realizar elecciones que van contra la corriente común.

Esta mañana fui a caminar por la playa. Delante del espectáculo del mar y de los reflejos del sol en el agua, sentí la presencia de Dios que me animaba».

(Roberto, Italia)

* Extraído de Una buona notizia. Gente che crede, gente che muove. ( Una buena noticia. Gente que cree, gente que se mueve), Ed. Cittá Nuova, Roma 2012.

Sophia: entre política y teología

Sophia: entre política y teología

Gabriel de Almeida tiene 25 años. Rio de Janeiro, donde nació, es una metrópolis activa y dinámica: será la sede de la próxima  Jornada Mundial de la Juventud y de la edición 2014 de la Copa mundial de fútbol. De la gran Río Gabriel ha traído al Instituto Universitario Sophia (IUS) la vivacidad y la apertura hacia el futuro de la población carioca. El itinerario de estudio que está concluyendo presenta varios puntos de interés. ¿Por qué te inscribiste en el IUS? «Habiendo llevado a casa el título en Relaciones internacionales, sentía la necesidad de dar un paso más allá de los conflictos de las teorías políticas y explorar el horizonte del humanismo. Después de cuatro años y medio de universidad, sentía dentro una gran sed: buscaba dónde y cómo responder a mis interrogantes. Las historias de algunos amigos míos que ya habían frecuentado Sophia me hicieron intuir que precisamente el IUS podía ser el lugar adecuado. ¿Por qué elegiste la especialización en “Ontología trinitaria”, tú que ya tenías a tu haber estudios políticos? ¡Qué relación hay entre los dos itinerarios! «Llegué a Sophia pensando seguir la especialización en política; era una elección más que natural para mí. Pero después de algunos meses, vinieron a flote dos nuevas impresiones. La primera de maravilla: la maravilla de conocer quién es Jesús, quizás por primera vez en una forma tan personal, sobre todo frecuentando el curso sobre el Evangelio de Marco. La segunda: una nueva comprensión de mí mismo madurada con ocasión de un seminario sobre temas teológicos; me sentí “capaz” de acercarme al pensamiento de Jesús, a lo que Pablo llama el “noûs christos”. No por una ambición de conocer el sentido de todo, de poseer la auténtica lógica, sino por el descubrimiento de un lugar plenamente humano desde el cual poder leer el mundo y sus desafíos, respetando sus lenguajes y sus razones. Estás inscrito en el segundo año: ¿ya empezaste a preparar la tesis? «Si, ya elegí el tema, la fenomenología del “extranjero”, si así se puede definir, un argumento de gran impacto para la política, pero mi visión será distinta, porque trataré los flujos migratorios que caracterizan las sociedades contemporáneas haciendo emerger nuevas tendencia políticas y culturales a partir de un “lugar” de conocimiento que inspira las razones del Amor. Estás en el IUS desde hace casi dos años: ¿cómo definirías este tiempo que estás viviendo? Quisiera seguir usando la metáfora del “lugar”: Sophia es ante todo un lugar desde donde observar… las miles y variadas realidades humanas a partir de la fraternidad, de una idea profundamente innovadora de sociedad.  Además Sophia me está dando los instrumentos, no sólo para reflexionar, sino también para actuar concretamente teniendo como punto central la persona en toda la riqueza de sus relaciones. Sé que todavía me esperan infinitos momentos de “maravilla”, de esa maravilla filosófica que anticipa y revela el conocimiento, y junto a los demás estudiantes y a toda la comunidad del IUS me siento más que nunca en camino. Fuente: Instituto Universitario Sophia

Obispos: por el camino del hermano

Obispos: por el camino del hermano

El Sínodo para la nueva evangelización cerró sus puertas hace tres meses. Una experiencia colegial universal desde la cual mirar y afrontar los retos que la contemporaneidad presenta al testimonio y anuncio del Evangelio. Se perciben nítidos los estímulos y los frutos de la cumbre en los 32 obispos amigos del Movimiento de los Focolares que del 29 al 31 de enero se reunieron nuevamente en Roma. En la audiencia general del miércoles 30, recibieron el “saludo especial” y el estímulo de Benedicto XVI. Sus palabras llegaron al centro del alma de los obispos, a quienes aseguro “mi oración” y auspició “que el  carisma de la unidad tan amado por ustedes los anime en su ministerio apostólico”. Y como sucede en las reuniones de familia, también en esta ocasión siguió un saludo personal a cada uno y una alegre foto de grupo, un saludo que el Papa Ratzinger quiso extender a los obispos que “participarán en los encuentros organizados en varias partes del mundo”.

De hecho este año el tradicional encuentro de inicio del año se multiplicará en otras ciudades, entre las cuales Melbourne (Australia), Beirut (Líbano), Seúl (Corea del Sud), Buéa (Camerún), Ambatondrazaca (Madagascar), Nueva York (Estados Unidos), Sao Paolo (Brasil), Berlín (Alemania), ocasiones para reunirse entre obispos de naciones cercanas y responder a las exigencias de las Iglesias locales.

Es esta la razón por la cual en la cita romana estaban sobre todo obispos europeos, la mayoría de Italia, con representantes de España, Luxemburgo, Alemania, Polonia, Chequia, Eslovenia, República Moldava. Llena de significado la presencia de dos obispos de Medio Oriente, que han ensanchando el corazón y las oraciones a esta sufrida parte del planeta.

Tres días entretejidos de la espiritualidad de la unidad, reflexiones y testimonios, injertados en el hoy del Movimiento de los Focolares que es el hoy de la Iglesia. Año de la fe y del amor a Jesús en el hermano; de la nueva evangelización y los desafíos del continente europeo; del 50° del Concilio Vaticano II y de la dimensión profética del carisma de la unidad.

Significativo en este aspecto el análisis del secretario general del Sínodo de los Obispos, Mons. Nikola Eterovic, quien profundizó el tema de la conciencia de la crisis del Viejo Continente y la exigencia de encontrar nuevos caminos para la transmisión de la fe. Le hicieron eco los frutos del compromiso evangélico de las comunidades del Movimiento en el corazón de Europa.

Otra reflexión que enriqueció el intercambio recíproco fue la del teólogo Pbro. Hubertus Blaumeiser, sobre la Iglesia en la transición de la prospectiva de su deber ser “sacramento de unidad”, como emerge en el Concilio Vaticano II.

A los obispos del gustó el grupo de jóvenes que llevó a la sala un soplo de esperanza y de coraje que caracterizaron el  Genfest de Budapest: “algo inusual, porque a menudo los jóvenes escuchan a los obispos, mientras que aquí son ellos los que nos quieren oír a nosotros”. Otro testimonio seguido con interés, en la onda de la nueva evangelización, fue el del grupo musical Gen Rosso y la incidencia de su trabajo entre los adolescentes en las escuelas de distintos países.

Algo inédito de este congreso fueron las muchas entrevistas recogidas por periodistas de varios diarios. Ante la pregunta de qué significa la reflexión central del programa, sobre el tema del amor a Jesús en el hermano que el Movimiento de los Focolares profundiza este año, Mons. Anton Cosa, obispo de Chisinau de la República de Moldavia, respondió a los micrófonos de la Radio Vaticana: “Entendí que no existe otro camino para evangelizar, para crear puentes, para ofrecer esperanza. Vivir junto al hermano que el Señor nos pone cerca es un desafío pero cada hermano que encuentras, que escuchas, es una forma de vivir el Evangelio, es un acto de fe. Primero tenemos que creer que Él nos ha amado y después nosotros tenemos que dar nuestro paso. Yo como obispo no estaría en grado de servir a la Iglesia ni de cumplir con mi ministerio si no es caminando por esta vía: la vía del hermano”.

Australia: Los jóvenes y la voz de Dios

Australia: Los jóvenes y la voz de Dios

Si existe una característica indiscutible de los jóvenes australianos, ésta es su espontaneidad. Esta espontaneidad lleva a los representantes de las nuevas generaciones presentes en el meeting de los Focolares de Melbourne, en la visita de Maria Voce y Giancarlo Faletti, a recibir a los dos huéspedes rodeándolos en un círculo en que bailan al ritmo de su música. Había dos sillas sobre la moquette, en el centro de una circunferencia imaginaria, y nada más. Ellos tenían ganas de moverse, y sobretodo de comunicar. Los jóvenes estaban vestidos con T-shirts o remeras (a pesar del frío “veraniego”), son negros o coloradísimos, con los cortes de pelo más originales, piercing, tatuajes y descalzos.

Y luego cuentan el relato de sus altos y bajos, experiencias lindas y no tan lindas, la búsqueda de la felicidad y de una vida que se pueda vivir entre amistades que decepcionan y otras que llenan el corazón. Del mismo modo se dirigen a los huéspedes con sus preguntas sinceras y comprometedoras sobre el significado del dolor, la necesidad de no perder el contacto con aquellos que tratan de vivir el mismo ideal y la diversidad de opiniones con los adultos.

Hay una pregunta que parece que expresa el fondo de todas las otras preguntas: ¿cómo lograr escuchar la voz de Jesús? Explica María Voce: “No sé lo que Jesús les dice, pero les puedo asegurar que escuchar su voz es lo más inteligente que pueden hacer” Aplausos. “Jesús –continúa- quiere grandes cosas para nosotros. En la creación, Dios dijo una Palabra y te creó. Podría hacerlo también ahora, pero quiso bajar con Su Hijo a la Tierra para que todos colaboremos con Él. Y es así que Jesús habla con cada uno de nosotros. Pero su voz es sutil y muchos rumores la tapan, rumores que nos destruyen y nos dejan inertes”.

“Aquí está el camino justo: Si nosotros amamos, el amor se convierte en el altoparlante de esta voz. Cuanto más amamos, con mayor claridad sentimos su voz. Tal vez parecerá una voz que pide cosas demasiado grandes, pero tenemos que tener el coraje, y él mismo nos ayudará a realizar lo que nos pide. Al final nuestra vida será maravillosa”

Un joven le pregunta qué piensa ella cuando se encuentra con los jóvenes en sus viajes por el mundo, y ella responde que se siente inmensamente reconfortada, porque “en cada lugar donde hay jóvenes que viven el mismo ideal de Chiara Lubich, aunque aún no hayan expresado completamente su potencia, tienen siempre esa fuerza, esa esperanza y esa vida que antes o después estallará”

Y concluye: “Por lo tanto, ¡feliz Australia, feliz Nueva Zelanda, felices son las islas del Pacífico! Y ¿cómo hacer estallar esta potencia? By loving, amando harán cosas grandes. ¡Y nosotros les iremos atrás!”.

De Michele Zanzucchi, enviado.

Está en gestación un mundo nuevo

Está en gestación un mundo nuevo

Globe«Vivimos en un tiempo de “cambio radical”, de dolorosa gestación de un mundo nuevo. Pero se necesita un alma: el amor.

(…) El amor –lo constato siempre estando en contacto con individuos y grupos de religiones, etnias y culturas diversas –está inscrito en el ADN de cada hombre. Es la fuerza más potente, fecunda y segura que nos puede unir a la humanidad entera. Pero exige un vuelco total de los corazones, de la mentalidad, en las decisiones.

Por otro lado forma parte del sentir común de la vida internacional la necesidad de hacer una nueva lectura desde la reciprocidad, uno de los puntos cardinales de las relaciones internacionales.

Estos son los tiempos en los que cada pueblo está llamado a ir más allá de sus fronteras para mirar más lejos, hasta amar la patria del otro como la propia.

Reciprocidad entre los pueblos significa entonces superar la lógica de antiguas y nuevas alineaciones o explotación, estableciendo en cambio relaciones con todos que no estén basadas en condiciones o intereses, porque miran al otro como a sí mismo, como parte de la misma humanidad, es en esta línea que se puede plantear el desarme, el desarrollo, la cooperación.

Nacerá una reciprocidad capaz de hacer de cada pueblo, también del más pobre, un protagonista de la vida internacional, al compartir pobrezas y riquezas. No sólo en las emergencias, sino en la cotidianidad. Identidad y potencialidad se desarrollarán precisamente poniéndolas a disposición de los otros pueblos, en el respeto e intercambio recíprocos.

Entonces sí, si individuos y gobernantes hacemos nuestra parte, podremos soñar en componer una única comunidad planetaria.

¿Utopía? El primero en lanzar la globalización fue Jesús cuando dijo: “Que todos sean uno”. No sólo, nos hizo capaces de ese amor que tiene la fuerza de recomponer la familia humana en la unidad y en la diversidad.

Después basta abrir los ojos: en el mundo están diseminados muchos “laboratorios” de esta “humanidad nueva”. ¿Quizás ha llegado la hora de proyectarlos a escala mundial?»

Chiara Lubich

(Tomado de “El planeta en la encrucijada”, publicado en Città Nuova el 13 de julio de 2001)