Durante la IV Jornada Mundial de la Juventud, realizada en Santiago de Compostela (España) en 1989, Chiara Lubich expuso un tema titulado “Jesús es el Camino”. Hemos elegido un fragmento de este, en el que invita a todos a poner en marcha la fuerza transformadora del amor como hizo el mismo Jesús. (Jesús) Hijo de Dios, que es Amor, vino a la tierra por amor, vivió por amor, irradiando amor, donando amor, llevando la ley del amor y murió por amor. Después resucitó y subió al Cielo, cumpliendo así su designio de amor. Todo por amor hacia ustedes, hacia mí, hacia todos. Podemos decir entonces que el camino recorrido por Jesús tiene un nombre: amor. Y que nosotros para seguirlo, debemos recorrer este camino: el camino del amor. Amor. Alguno de ustedes podrá preguntarse: ¿Qué tipo de amor tenía Jesús en su corazón? ¿Con qué amor actuó? ¿Cómo es el amor que dejó aquí en la tierra? El amor que Jesús vivió y que nos trajo es un amor especial y único. No es un amor como ustedes podrían imaginarlo. No es filantropía, por ejemplo, ni simplemente solidaridad o benevolencia; no es pura amistad o afecto (como el que una chica puede sentir por un chico o una madre por su hijo); y tampoco es la no-violencia. Es algo excepcional, o mejor, divino: Es el mismo amor que arde en Dios. A nosotros Jesús nos ha dado una llama de ese incendio infinito, un rayo de aquel inmenso sol. Es algo extraordinario en lo que pensamos poco y que, si lo tomáramos en consideración, nos haría potentes (…) Tenemos que hacer fructificar este amor. ¿De qué manera? Amando.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich “Jesús es el Camino”. Discurso a los jóvenes participantes en la JMJ, Santiago de Compostela 16 de agosto de 1989)
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