Los primeros contactos del Movimiento de los Focolares con miembros de la comunidad judía en varios países se remontan a los años ’70 y ’80.
En 1995 una representación de la comunidad judía de Roma regaló a Chiara Lubich un simbólico olivo como reconocimiento de su compromiso a favor de la paz entre judíos y cristianos, el cual fue plantado en el jardín del Centro del Movimiento, en Rocca di Papa (Roma).
En 1996 tiene lugar en Roma el 1° congreso internacional entre judíos y cristianos, promovido por el Movimiento. El tema está centrado en el amor a Dios y al prójimo. Es sorprendente la gran consonancia entre la genuina tradición rabínica y la espiritualidad del Movimiento. El ápice del encuentro es “el pacto de amor y misericordia” promovido por Norma Levitt, judía de Nueva York, por la reconciliación entre judíos y cristianos y entre judíos de distintas tradiciones.
Sin embargo el acontecimiento más significativo tuvo lugar en Buenos Aires (Argentina), con ocasión de la visita de Chiara Lubich en 1998. Chiara presenta la espiritualidad de la unidad poniendo en evidencia los puntos comunes con el patrimonio espiritual judío. Un momento relevante es su referencia a la Shoah: “El dolor indecible de la Shoah y de todas las recientes sangrientas persecuciones, no puede dejar de dar fruto. Nosotros queremos compartirlo con ustedes, para que no sea un abismo que nos separe, sino un puente que nos una. Y que se convierta en una semilla de unidad”. A partir de ese momento, todos los años, se celebra la Jornada de la Paz en la “Mariápolis Lía”, la ciudadela de los Focolares en la provincia de Buenos Aires.
Otra etapa es el encuentro con amigos judíos en 1999 en Jerusalén. Chiara, a pesar de no poder estar presente, responde a sus preguntas leídas por Natalia Dallapiccola y Enzo Fondi, en aquel entonces co-responsables del diálogo interreligioso del Movimiento. Muy apreciada por los presentes, entre los cuales algunos rabinos, fue una respuesta sobre el por qué del dolor que cita también un pasaje del Talmud: “Quien quiera que no experimente el escondimiento del rostro de Dios, no forma parte del pueblo hebreo”. (TB Hagigah 5b).
A partir del 2005 tienen lugar cuatro simposios internacionales: los primeros dos en Castelgandolfo (Roma), el 3° en Jerusalén, en el 2009. “Milagro” y “esperanza” son dos palabras que se repiten continuamente en la boca de todos: judíos y cristianos. Está presente también la comunidad árabe local del Movimiento. Todos quieren acoger el difícil desafío de la unidad: el “Caminar juntos hacia Jerusalén”, como dice el título del congreso. Es conmovedor el momento del “pacto de amor recíproco”, solemnizado tanto en el Monte Sión en la Escalera, donde dice la tradición que Jesús rezó por la unidad, como en Kotel, el Muro Occidental o Muro de los Lamentos.
En el 2011, el simposio se realizó en Buenos Aires. Cristianos y judíos de varias corrientes –ortodoxos, conservadores y reformados- se confrontan, en la Mariápolis Lía, sobre el tema “Identidad y diálogo, un camino que continua”. El programa es rico de intervenciones sobre disciplinas distintas como la Filosofía, la Antropología, la Psicología, la Pedagogía, el Derecho y la Comunicación. Son días importantes no sólo por la riqueza de los contenidos, sino también por la escucha recíproca y el intercambio de experiencias. Un participante judío comentó: “En estos días de diálogo respetuoso las distintas corrientes del Judaísmo se encontraron armoniosamente”.
Pasos ulteriores se dan en el 2013 en Roma, en un encuentro internacional en el que se trató de profundizar en la tradición los unos de los otros. Pero la característica principal de este fructífero diálogo no son tanto lo congresos sino la vida y el continuo intercambio de puntos de vista y experiencias, que se desarrolla durante todo el año en muchas ciudades de Europa, Israel y en las Américas.
El 20 de marzo de 2014, en la Universidad Urbaniana de Roma tendrá lugar un evento dedicado a “Chiara y las religiones: juntos hacia la unidad de la familia humana”. Pretende poner en evidencia, seis años después de su desaparición, su compromiso a favor del diálogo interreligioso. La manifestación coincide con el 50° de la declaración conciliar “Nostra Aetate” sobre la Iglesia y las religiones no cristianas. Se prevé la participación de personalidades religiosas del judaísmo religioso.
leer más Buenos Aires, 20 de abril de 1998. Chiara Lubich aos membros da B’nai B’rith e a outros membros da comunidade judaica
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