El 26 de febrero de 2022, la colaboración entre Gen 4, los niños del Movimiento de los Focolares, y la asociación Forme Sonore, organizó un workshop sobre la composición de música para niños, con unos cien participantes de todos los continentes. Fueron muchas las reflexiones recogidas entre los participantes y las impresiones de los Maestros, Sabrina Simoni y Siro Merlo. La bellísima colaboración nacida en el verano boreal de 2021 entre Forme Sonore, asociación que se ocupa de producciones y experimentaciones para favorecer el crecimiento del pensamiento musical, y los Gen 4, creó un trozo musical grabado por un pequeño coro de niños de Burundi. La ocasión para unir fuerzas y realizar nuevamente algo bonito juntos se volvió a presentar el 26 de febrero de 2022. Ese día los fundadores de Forme Sonore, la maestra Sabrina Simoni (directora del Pequeño Coro “Mariele Ventre” del Instituto Antoniano de Boloña, protagonista de la manifestación canora anual italiana para niños “Zecchino d’oro”) y el maestro Siro Merlo (experto en escritura y dirección artística de canciones para niños) gestionaron un hermoso workshop organizado y promovido por GEN 4 y dirigido, en especial, a los que entienden de música y que trabajan en estrecho contacto con los más pequeños. Un momento de formación seguido online por unas cien personas de todos los continentes, que puso en el centro la composición de música para la infancia, no sólo desde el punto de vista técnico, sino como medio para vehiculizar valores como el compartir, la unidad, la fraternidad y el cuidado del otro y de la naturaleza. “Cuando el año pasado nos contactó Valeria Bodnar, asistente GEN4 de Burundi –cuentan los maestros– sinceramente quedamos muy impresionados por su entusiasmo. La misma emoción la vivimos el sábado 26 de febrero. La palabra que mejor consigue describir ese momento es “lo coral”, esa sensación intensa que se experimenta cuando, animados por una alegría auténtica, se ejecuta una canción junto con los demás. Las personas que participaron, además de estar muy lejos geográficamente las unas de las otras, pertenecen a ambientes sociales y culturales notablemente distintos. Sin embargo, los mensajes que nos llegaron al terminar el workshop expresaron opiniones con gran consonancia y en perfecta armonía”. “Este curso, de una manera particular, me hizo volver a sentir el deseo y las ganas de componer algo para nuestros Gen 4 –dice Filippo de la ciudad de Monopoli, Italia–. Aprendí que las canciones para nuestros niños tienen que ser simples, lúdicas, tienen que hacerlos sentir libres y contentos de cantarlas”. Han sido muchos los agradecimientos que nos han llegado. Ramia de Costa de Marfil escribe: “Me di cuenta de que la composición de la canción hay que hacerla teniendo en cuenta la psicología de los niños, el target que la interpretará, encontrando el medio mejor para transmitir una emoción y la rítmica adecuada para permitir al niño cantar sin preocupaciones”. Ha sido un verdadero viaje entre notas y técnica, que ha manifestado a los participantes cuán importante es considerar la música como un “medio y no como un fin –explican los Maestros Sabrina Simoni y Siro Merlo–, un vehículo en condiciones no sólo de ‘transportar’ contenidos de variada naturaleza (didácticos, pedagógicos, emotivos o lúdicos), sino también hacerlo en tiempos breves, de una manera más directa y llegando más en profundidad”. Un momento de gran participación entre todos que se hizo don recíproco y dejó un mandato importante a quien se ocupa de infancia y música: crecer y formarse cada vez más, acompañando a los niños en este recorrido de descubrimiento en el que “la música –concluyen los maestros– tiene una energía socializante especialmente potente que tiene que ser guiada y canalizada oportunamente por docentes competentes, animados por una gran pasión y ricos de empatía y sensibilidad”.
Maria Grazia Berretta
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