Conexión

Cuándo | Nació en 1980. El 11 de agosto, fiesta de Santa Clara de Asís. Ese día Chiara Lubich se encuentra en Suiza con un grupo de personas que la saludan por su onomástico: es una fiesta familiar. Se crea una profunda comunión.

Quién | En los días siguientes, desde la propia casa de Chiara, se pone en marcha una cadena de llamadas telefónicas para alimentar la realidad percibida de ser “un único focolar”. Se mantiene al corriente de los nuevos pasos en el vivir con intensidad la espiritualidad de la unidad y de las noticias que llegan del mundo.

Cómo | En aquellos días, se descubrió la existencia del servicio de “conferencia telefónica colectiva” en Suiza y se utilizó inmediatamente. Esta conexión, en las semanas siguientes, se extendió a otras naciones, hasta llegar a todos los países donde hay comunidades de los Focolares.

Por qué | Con el tiempo y la rápida evolución de las telecomunicaciones, pasamos de la conferencia telefónica al satélite y al streaming porque, decía Chiara:

“una Obra, que tiene como ideal la unidad”, una familia “cuyos miembros están en todo el planeta” debe compartir “entre todos, con los medios más rápidos y adecuados”, “alegrías, dolores, esperanzas, proyectos”, experimentar “el amor que va y vuelve”, hacer juntos el camino, “el santo viaje” de la vida.

Por un mundo unido | Es una experiencia fuerte y gozosa de la “unidad y universalidad” que une a millares de personas, repartidas por los cinco continentes, orientadas hacia la fraternidad universal.