Tommaso Carrieri, co-fundador de la asociación italiana “Non dalla la guerra”
«La experiencia que llevó al nacimiento de nuestra asociación, “Non dalla Guerra”, comenzó casi por casualidad. Éramos muy jóvenes, inexpertos y poco preparados, pero llenos de energía y de deseo de ir más allá de la realidad que se nos transmitían por los medios de comunicación.
Nuestra actividad consiste principalmente en educar a la paz en las escuelas, en los grupos y a los ciudadanos. Nuestra intervención consiste en hablar sobre
la situación de Medio Oriente, de países como Jordania, Palestina, Siria e Iraq... sobre las guerras que no matan solamente a las personas sino también a los países, que destruyen la esperanza, la libertad y el futuro. Cada año involucramos a muchos jóvenes para que participen en los proyectos de voluntariado, especialmente en Jordania, gracias a Caritas, con el objetivo de que permanezcan y estén con las personas, con las familias y con los jóvenes que escapan de la pesadilla de la guerra.
En el 2014 llegamos por primera vez a Jordania y desde ese momento todo cambió. A través de las historias de millares de refugiados de Siria e Iraq, que están viviendo todavía en Jordania, conocimos las consecuencias de la guerra: devastación, pobreza y pérdida de toda esperanza. Comprendimos que la realidad es sumamente compleja allí y qué duro es comprenderla.
¿Qué significa la paz? ¿Por qué existe la guerra? Somos jóvenes, y nos preguntamos: ¿qué cosa podemos hacer? Tratando de responder a esta pregunta comprendimos cada vez más,
y entendimos que el cambio y la paz deben partir de nosotros, a través de un viaje lento, interminable y trabajoso hacia la coherencia entre quienes somos y lo que hacemos, un gran desafío.
El hecho de ser jóvenes no fue un impedimento para llevar adelante nuestros ideales, al contrario. Es cierto que cometemos todavía muchos errores, pero esto forma parte del “juego”. Sentimos que tenemos una responsabilidad y esta responsabilidad para nosotros tiene un rostro, una historia y el nombre de todas esas personas con quienes nos hemos encontrado.
Wael Suleiman, el director de Caritas en Jordania, en una ocasión dijo: “La paz no es una campaña, es vida”, y entonces ¿qué puedo hacer? ¿Formar parte del “No a la Guerra? Comprometerme en mi ciudad, sí, seguramente.
Lo más importante que hay que hacer, es responder con la vida. Mi vida es una respuesta ¡a lo que vivo! Gracias a esta experiencia comprendimos que los jóvenes pueden hacer todo lo que quieren y si esto es verdad, debemos unirnos, no para ser iguales, sino para estar unidos, para no repetir los errores y los conflictos que estamos viviendo ahora. Queremos apuntar al cambio y lo podemos hacer juntos».
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