Margaret Karram y Jesús Morán, presidenta y copresidente del Movimiento de los Focolares, acaban de concluir la etapa coreana de su primer viaje oficial a Asia y Oceanía, que seguirá con visitas a Japón, Islas Fiyi, Australia e Indonesia, hasta el 25 de mayo. He aquí una breve narración de lo sucedido en Corea.
“Enséñanos, Señor, a caminar juntos, con la mirada en la misma dirección, unidos por la misma meta, en busca de los mismos valores hacia Aquel que nos ama y nos espera: es el fundamento de cada nueva amistad”.
Esta oración, que el pasado 22 de abril abrió el encuentro de los 160 focolarinos y focolarinas de la zona de Asia Oriental (con varios conectados online), expresa bien el sentido del primer viaje oficial de Margaret Karram y Jesús Morán a Asia y Oceanía. La primera etapa es en Corea, luego visitarán Japón, las Islas Fiyi, Australia y por último Indonesia. Los acompañan Rita Moussallem y Antonio Salimbeni, consejeros de la zona y corresponsables del diálogo interreligioso de los Focolares. En Asia Oriental (la zona incluye Corea, Japón y el área geográfica de lengua china), el Movimiento está presente desde finales de los años 60 – en Corea el padre Francesco Shim llevó la espiritualidad de la unidad en 1967 y en Hong Kong se abrió el primer focolar en 1970. Entre miembros internos y adherentes son cerca de 10.000 las personas que viven la espiritualidad de la unidad en esta parte de Asia.
Margaret Karram: Recomenzar desde el diálogo
“¿Por qué ha elegido precisamente Asia para su primer viaje?”, le pregunta a Margaret el reportero del “Catholic Chinmoon”, el principal semanario católico coreano. «Estoy aquí para escuchar, conocer, aprender, pero sobre todo para amar el ‘continente de la esperanza’», responde. La riqueza espiritual de estos pueblos será un regalo para todos. Siento que es importantísimo reavivar en el Movimiento el camino del diálogo, instrumento por excelencia para construir la paz, el bien que hoy más necesita el mundo”.
Corea: entre contradicciones y esperanza de paz
Su capital, Seúl, con casi 10 millones de habitantes, muestra el rostro de una nación que desde hace 50 años corre veloz y se ha transformado en uno de los países más avanzados y tecnológicos del planeta. “Velocidad, eficiencia y competitividad son las características distintivas de la moderna sociedad coreana –explica Matteo Choi, periodista y focolarino coreano– tanto desde el punto de vista económico como cultural, pero esto trae consigo muchas contradicciones”. “Aquí se pone un gran énfasis en el resultado –añade Kil Jeong Woo, delegado del Movimiento Político por la Unidad en Corea– con un sistema académico altamente competitivo y una fuerte ética del trabajo. Tenemos problemas de desigualdad social, pero se está haciendo un esfuerzo para afrontar todo esto a través de reformas sociales y políticas, aunque los resultados tardan en llegar”.
La Iglesia coreana, puente en una sociedad dividida
El arzobispo de Seúl, monseñor Pietro Chung Soon-taek, destaca entre los desafíos sociales también los conflictos intergeneracionales y el envejecimiento de la población. Explica que “en la Iglesia, el riesgo es el de encerrarnos en nuestras comunidades. Es necesario abrirse y este es el aporte que los Focolares pueden dar”. Margaret Karram y Jesús Morán se reunieron después con Mons. Taddeo Cho, Arzobispo de Daegu, Mons. Augustino Kim, Obispo de Daejeon y Mons. Simon Kim, Obispo de Cheng-ju. En el clima social y político de fuerte polarización entre progresistas y conservadores, la Iglesia intenta ser un puente y actuar como antídoto a la secularización que afecta particularmente a los jóvenes.
Diálogos e inundaciones: el camino ha comenzado
El Movimiento de los Focolares en Corea aporta su contribución al diálogo ecuménico e interreligioso, así como en los diversos ámbitos culturales. Un ejemplo fue el evento del 14 de abril en Seúl, titulado: “El diálogo se convierte en la cultura de la familia humana”. Intervinieron representantes de diversas Iglesias cristianas, de varias religiones, exponentes de distintos ámbitos sociales, motivados todos por un espíritu constructivo de colaboración para la reconciliación social y la paz. “Es muy importante que cada uno pueda generar ambientes que abran las puertas al ‘diálogo de la vida’ poniendo en práctica las enseñanzas de la propia fe religiosa”, dijo Margaret Karram en su intervención. Jesús Morán animó a proseguir en este camino común: “No importa la grandeza o la pequeñez de las cosas que se hacen. Lo importante es que lleven el germen de lo nuevo. Los testimonios que han presentado tienen esta impronta”. Sa Young-in, Directora de la Oficina de las Naciones Unidas para el Budismo Won, dijo que cuando era joven soñaba con una “aldea religiosa” donde los creyentes de diversas religiones pudieran compartir amor, gracia y misericordia. “Lo que yo imaginaba –dijo– me parece verlo realizado aquí, hoy”.
Gen 2: “¡Ánimo y adelante!”
El 15 de abril se reunieron 80 en el Centro Mariápolis: 70 gen de Corea, 9 de Hong Kong y otros conectados desde Japón y las áreas de lengua china. Trajeron a Margaret Karram y Jesús Morán el fruto del trabajo realizado en cuatro talleres sobre cómo encarnar la espiritualidad de la unidad en la vida cotidiana; sus relaciones dentro y fuera del Movimiento; las dificultades para encontrar la propia identidad humana y espiritual y sobre cómo “sueñan” el Movimiento. “Nuestra identidad es una”, les dijo Margaret. “No somos primero gen, y luego nos convertimos en otra cosa cuando vamos, por ejemplo, a la universidad. El don de la espiritualidad que hemos recibido nos hace personas libres; nos da la valentía y la fuerza de anunciar lo que somos y lo que creemos y quisiera decirles también a ustedes lo que el Papa me dijo a mí, cuando fui elegida presidenta: ‘ánimo y adelante’”. “Después del fallecimiento de Chiara –dijo un gen– hubo momentos en los que sentí nostalgia y oscuridad. Hoy la cercanía, la confianza y la escucha de Margaret y Jesús me animan mucho. Me hacen comprender una vez más que la herencia de Chiara es un don de Dios adecuado a cada época”.
Ciudadela Armonía
El pasado 16 de abril Margaret Karram y Jesús Morán fueron al terreno que el Movimiento recibió como regalo a unos setenta kilómetros al sur de Seúl, para realizar un sueño ya expresado por Chiara en su visita a Corea en 1982: el nacimiento de una ciudadela de formación y testimonio de la vida evangélica y de la espiritualidad de la unidad para este pedazo de Asia. En presencia de unas 200 personas –miembros de los Focolares, bienhechores y amigos que han contribuido de las formas más variadas– el terreno fue bendecido y como colofón, se enterró una medalla de la Virgen. “Confiémosle a Ella esta Obra –concluyó Margaret– y pidámosle que nos ayude a adherirnos a los planes de Dios que quizás no conocemos, pero Él es más grande que nosotros y si le damos nuestra disponibilidad y generosidad, podrá actuar”.
De visita en Sungsimdang
Todo comenzó en 1956, con dos costales de harina para hacer pan al vapor y venderlo delante de la estación de Daejeon. Hoy Sungsimdang se ha convertido en la empresa de restauración más famosa de la ciudad y, con sus 848 empleados, desde 1999 vive en todo y para todo el espíritu de Economía de Comunión (EdC). Margaret Karram y Jesús Morán la visitaron, encontrando con alegría a Fedes Im y a su esposa Amata Kim, propietarios y voluntarios del Movimiento. “No estudié administración ni dirección de empresas –cuenta Fedes– pero seguí a Chiara”. “Traten de hacer el bien delante de todos los hombres”, es el lema que ella le dio a la empresa que sirve a 10.000 clientes al día y que desde siempre vive la compartición, llevando diariamente el pan a más de 80 centros de asistencia social. Pero lo que llama la atención es el estilo de las relaciones y del trabajo: “Para nosotros –dice la hija Sole, jefa del sector de la restauración– todas las personas tienen el mismo valor: hombres y mujeres, ricos y pobres, gerentes y empleados, proveedores y clientes. Tratamos de poner a la persona en el centro de cada una de nuestras decisiones”. Jesús subrayó la importancia del impacto de la empresa en el territorio, prerrogativa de las empresas que operan según el estilo de la EdC, y Margaret comparó el testimonio de esta empresa con el de una ciudadela de la que se puede decir “vengan y vean”. “Y esta –dijo– es la medicina más grande que el mundo espera”.
Escuchar, conocer, compartir
Las jornadas de Margaret Karram y Jesús Morán en Corea son intensas y variadas: hay tiempo también para una parada turística en el antiguo enclave de Bulguksa, para conocer las raíces de la cultura budista nacional. Con sus templos milenarios, inmersos en una naturaleza fresca ¡es un día verdaderamente regenerador! También están los numerosos encuentros con los miembros del Movimiento de esta amplia zona, como la alegre tarde con los focolarinos y algunos miembros del área de lengua china. El momento con 80 sacerdotes, religiosas y religiosos fue una experiencia de ‘cenáculo’, con testimonios de fidelidad y de vida evangélica auténtica, en un coloquio íntimo con Margaret y Jesús. El 23 de abril, además, fue el turno del tan esperado encuentro con todos los miembros del Movimiento; estaban presentes 1.200, con cerca de 200 conectados online desde varios países. Fue una fiesta extraordinaria, que reunió pueblos y culturas que difícilmente veríamos danzando y cantando en el mismo escenario y gozando los unos de la belleza y riqueza de los otros. Tal vez es por eso que algunos definieron el evento “un milagro” y la semilla de una sociedad renovada por la unidad. En el diálogo con ellos, Margaret Karram y Jesús Morán respondieron sobre varios argumentos, junto a los consejeros Rita Moussallem y Antonio Salimbeni: el “designio” del continente asiático, la actualidad del diálogo entre las religiones. A la pregunta sobre cómo tener una relación más profunda con Jesús Eucaristía, Jesús explica que no se trata de “sentir” la relación con Él, sino de vivirla, porque la Eucaristía alimenta toda nuestra persona y nos hace vivir a cuerpo, en el amor a los demás”. A propósito de la disminución de las vocaciones en el Movimiento, Margaret dijo que para los jóvenes son importantes las relaciones personales y el testimonio auténtico de los adultos. “Si nuestra vida es fruto de la unión con Dios y es coherente con el Evangelio, ellos serán atraídos, porque toman inspiración de quien ‘se atreve’ a vivir por Dios y así comprenderán dónde Él los llama”. A la última pregunta sobre cómo deben ser nuestras relaciones para poder dialogar con todos, Margaret responde con una experiencia: “Este año hemos profundizado nuestra vida de oración y el amor hacia Dios, un amor ‘vertical’ podríamos decir, como esos pinos cuyas ramas van hacia lo alto. El otro día, mientras paseaba, vi un árbol que me gustó muchísimo: sus ramas estaban abiertas, se extendían hacia afuera; se entrelazaban con otros árboles. Así deberían ser nuestras relaciones: nuestros brazos deberían estar siempre abiertos, ir hacia los demás; deberíamos tener el corazón abierto de par en par a las alegrías, los dolores y la vida de todas las personas que pasan a nuestro lado”. “Es la hora de Asia”, había escrito Chiara Lubich ya en 1986, durante su primer viaje a estas tierras; son palabras que hoy manifiestan toda su actualidad y valor profético.
Stefania Tanesini
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