Movimiento de los Focolares

Costa de Marfil: el “riesgo” de la fraternidad

Dic 21, 2014

Relato de un médico español que durante veinte años vivió en ese país africano, también durante el terrible conflicto, ya olvidado, que devastó al país. La contribución a la paz del Movimiento de los Focolares.

04aEn Costa de Marfil, entre el 2002 y el 2006, se combatió una guerra civil que fue poco conocida en Europa y en el mundo. No se trató de una guerra de religión, aunque algunos medios trataron de presentarla de esa forma. Fue un conflicto político por el control del poder.

Desde 1975, los Focolares están presentes en este país. Residen en la capital Abidjan y en Man.

«Cuando estallaron las hostilidades, y la zona de Man comenzó a ser el blanco de los rebeldes, los países occidentales aconsejaron a sus compatriotas que residían en esa zona, que evacuaran el país de forma inmediata. El punto de evacuación de los extranjeros se encontraba delante de uno de nuestros centros, la ciudadela Victoria. El Centro se estaba llenando de prófugos. Entonces nosotros los europeos y africanos decidimos permanecer con la población. Era una elección verdaderamente arriesgada, pero nos motivaba el deseo de compartir el drama que involucraba a todos».

A partir de ese momento trabajaron juntos para recibir a las miles de personas que se dirigieron a este Centro. Los refugiados pertenecían a distintos grupos tribales y eran musulmanes, cristianos y fieles de las religiones tradicionales africanas. Todos fueron recibidos sin ningún tipo de distinción. Los miembros de los Focolares ofrecieron sus locales para ubicarlos provisoriamente. Muchos de los refugiados trajeron todo lo que podían.

20141221-02«La vida dentro del centro, aún entre inconvenientes causados por el conflicto, continuó igual que en las ciudades con una convivencia pacífica e integrada por las diversas comunidades, aún si existían inevitables tensiones. Se realizó un amplio operativo de comunión de bienes de primera necesidad (ropa, comida y agua). Según la información que brindó el gobierno, todos los médicos y enfermeros habían escapado y el único médico que quedaba era uno de nosotros, quien se ocupó de la atención de todos sin ninguna discriminación, incluso de los rebeldes, que, por un lapso de tiempo, controlaron la zona de Man. Apenas el gobierno retomó el control de la zona, la mayoría de las personas se fueron a sus pueblos, pero algunos quisieron quedarse».

La experiencia realizada en Man pone en evidencia algunos aspectos que son propios de la forma de proceder de las comunidades de los Focolares cuando existen situaciones riesgosas: «En primer lugar, la presencia en el territorio que durante años se inspiró en la vida evangélica y creó una comunidad inter-étnica, supo ofrecer un lugar de acogida y de paz. Los miembros de nuestra comunidad, movidos por una fuerte motivación espiritual, maduraron la elección de quedarse con la gente, compartiendo su destino. Actuando el principio de la fraternidad, pudimos garantizar que todos fueran acogidos, sin ningún tipo de discriminación. De aquí nació una confianza recíproca que permitió que miles de personas no sólo sobrevivieran, sino también que compartieran lo que tenían con los demás. Se generó confianza entre todos, incluidos los rebeldes, y est4o hizo posible que se pusieran a salvo otras vidas. De hecho, algunos rebeldes, poniendo en peligro su vida, escoltaron un omnibus especial, que pudo llevar al territorio controlado por el gobierno, a los niños que estaban alojados en un hospital que había caido en manos de otros de ellos. Finalmente, gracias al esfuerzo de todos, se mantuvo una cierta cohesión del tejido social».

Lee también: Più potente delle armi (Más poderosa que las armas)

 

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